12/5/10

HOMO DIGITALIS I


  
José Rafael Revenga
Marzo 29, 2010
Un breve lapso  -escasamente una generación- ha transcurrido desde que Internet se convirtió en una nueva atmósfera en la cual todo nuestro ser respira y en la cual nos desenvolvemos adquiriendo, con facilidad creciente, potencialidades y destrezas insospechadas. Ningún medio de comunicación previo ha tenido una penetración tan acelerada.  Se trata de una transformación radical del “ser hombre”, tan profunda y extensa que sobrepasa todas las  bien conocidas “edades” ó “revoluciones” humanas anteriores. El hombre ya  dejó de ser sencillamente “homo sapiens” y ahora somos testigos y a la vez protagonistas del nacimiento de una nueva especie: el “homo digitalis”.
Después de varias miles de décadas nos habíamos acomodado a un dominio técnico creciente sobre la naturaleza y  a un conocimiento cada vez más profundo de ella. Si bien  estos logros nos asombraban por los sobresaltos a los cuales nos tenían sometidos, no irrumpían como ruptura en cómo manejábamos el acceso, el procesamiento, la difusión y el almacenaje de la información ni cómo ni con quien nos comunicábamos
La DIGITALIZACIÓN GLOBAL
La digitalización de los contenidos informativos representa la invención de una nueva capacidad de lenguaje y de un nuevo alfabeto. Su velocidad de expansión y de extensión nos impele hacia un torbellino poblado por vórtices inesperados que configuran  una dinámica multiversa muy superior a nuestra capacidad de comprensión para asignarle una direccionalidad.
 Quizás podamos recurrir a una  metáfora propia de la cosmogénesis a fin de imaginar la quinta dimensión –la noética- en la cual estamos obligados a continuar la transformación humana.
Los datos más recientes (septiembre 2009) indican que hay unos 1.800.000.000 usuarios  de Internet (IN) a nivel mundial. Esto significa que 1 de cada 4 habitantes tiene acceso a la Red. La cifra de internautas en comparada a la población total de cada región nos indica el grado de penetración o el porcentaje de cobertura para cada caso. Las disparidades regionales son muy marcadas. Así, para Canadá y USA el 74,2% de la población disfruta del acceso mientras que para Asia el indicador es de sólo 19,4%; para América Latina y el Caribe es de 30,5%; Europa: 52.0% y para África: 6,0%.
Al reflexionar sobre éstas cifras nos damos cuenta que el mercado de usuarios potenciales se encuentra relativamente saturado para Norteamérica mientras que para África, Asia y América Latina y el Caribe (AL y C) la ola de crecimiento de conectados y la consiguiente transformación social e institucional exhibe una  aceleración marcadamente mayor durante los últimos diez años (2000-2009). Por ejemplo, en África la tasa de crecimiento durante ese lapso ha sido de casi 1.400%. El mismo indicador refleja para Asia un aumento de 546%; para AL y C  de 891%.
O sea que estas regiones con elevada  población aún están por sentir el impacto transformacional de las llamadas nuevas tecnologías cuya irrupción se caracteriza por una impresionante aceleración invasiva.                                                    
CHINA Y JAPÓN
Si nos alejamos de los promedios regionales y nos concentramos en el desempeño  de algunas naciones  los resultados son impresionantes. China, por ejemplo, tiene unos 365 millones de usuarios y ha crecido a partir del 2000 a una tasa de 1.500% muy  superior a la tasa promedio de toda la región asiática. Además, a pesar de contar con una penetración de sólo 25,3% ya el número de internautas es superior al de USA con sus 223 millones.
Obviamente, China no podrá mantener  una tasa similar de incorporación de nuevos internautas a la exhibida durante los últimos diez años la cual la llevó de unos 25 millones a la cifra actual. No obstante, es previsible que un periodo inferior a diez años alcance el doble de la cifra actual. Es decir, unos 700 millones de internautas lo cual  generará consecuencias inimaginables para su integración nacional, sus instituciones y su proyección mundial.
Otro caso que merece particular atención es el de Japón. Sus 96 millones de internautas actuales significan que tres de cada cuatro japoneses están “conectados”. Por consiguiente, dicho mercado está casi saturado desde el punto de vista del número de usuarios pero no así en cuanto al número de horas semanales dedicadas a la conexión con la Red ni a la extensión de la cobertura “banda ancha” ni en cuanto al uso de las miles novedosas aplicaciones que aparecen cada año ni al desplazamiento de la conexión hacia aparatos móviles.
Una región muy especial, desde esta perspectiva,  es el continente africano. De sus 1.000 millones de habitantes unos 70 millones hacen uso de IN.  Sin embargo, hay grandes disparidades  en cuanto a la penetración de la Red. Nigeria con 150 millones personas  registra 11 millones de usuarios  o sea el 7,4% de su población. Su tasa de incorporación de usuarios  ha sido de 5.400% a partir del 2000 pero seguramente ya debe de estar próxima a un techo fijado por las condiciones socio-económicas y la distribución geográfica a menos que intervenga una política oficial expansiva.
En Marruecos el  33% de sus habitantes está conectado o sea algo más de 10 millones de usuarios. La expansión de la Red ha sido gigantesca pues partió de unos 100.000 beneficiarios en el 2000 para crecer al ritmo vertiginoso de 10.200%. 
AMÉRICA DEL SUR Y VENEZUELA
América del Sur, en promedio, presenta un cuadro  entremezclado de atraso y de avances. La región indica una cobertura de 30,7% de su población total de unos 570 millones. Al  analizar algunos de los países nos encontramos con resultados sorpresivos: en Chile la Red tiene una penetración de 50,4%, la mayor de la región, Una explicación parcial es su relativamente limitada población de 16,5 millones y la aplicación sostenida de un proceso de modernización.
En comparación, Argentina presenta un logro significativo pues sus 20 millones de internautas representan casi el 50% de sus 40 millones habitantes. Colombia con una población de unos 43 millones se acerca al indicador chileno y argentino con un 46% de penetración la cual obedece a un plan acelerado de expansión de acceso que le ha permitido ampliar su cobertura a un ritmo de 2.150% a partir del 2000.
Venezuela, paradójicamente, acusa indicadores inferiores al compararlos con los de otros países ya que sus 7 millones y medio de internautas representan sólo el 28% de su población de unos 27 millones. Esta realidad es comparable a la penetración exhibida por Perú y Panamá. México exhibe una situación similar ya que 1 de cada 4 de sus 112 millones de pobladores se considera internauta. Brasil, a pesar de tener la mayor población de la región  con  200 millones de ciudadanos, acusa un índice de 34% el cual significa la existencia de unos 68 millones de personas que acceden a IN. Si bien las últimas cifras disponibles para Venezuela, actualizadas a principios del 2010, muestran unos 8 millones y medio de internautas, es innegable que su tasa de ampliación de la cobertura de la dimensión digital es inferior a la ejecutable. 
LOS “MILENARIOS”: UNA NUEVA GENERACIÓN
Sólo recientemente los investigadores del impacto de los medios de conexión y de la sociabilidad a nivel global facilitada por el uso de la Red han dado curso a estudios en profundidad  sobre la nueva forma de ser hombre: la especie “homo digitalis.” La siguiente reseña de uno de ellos, si bien se focaliza en los Estados Unidos, puede servir de referencia genérica para otros contextos nacionales y culturales.
Un exhaustivo estudio realizado en  enero del 2010 en los Estados Unidos tipifica  la cohorte que en la actualidad tiene de 18 a 29 años como los “milenarios”. Incluye unas cincuenta millones personas. Es decir, todos aquellos niños y adolescentes que han crecido desde el inicio de la nave “Netscape”, el buscador  “Altavista” y el modem telefónico  de hace unos quince  años y que ahora son diginautas nativos en Explorer, Mozilla, Jaguar, Google y banda ancha.  El 19% es de procedencia hispánica y el 18% son afro-descendientes.
Obviamente, del estudio referido no podemos derivar conclusiones transculturales pero sí puede servir como brújula para visualizar resultados por lo menos análogos en otras latitudes y longitudes dada la homogeneización creciente del “ser aquí y ahora” de la circunstancia digital.
El documento resultante de la investigación designa a dicho grupo de edad (18-29 años) como los “milenarios” pues ha iniciado y crecido “enredado” junto con el inicio del milenio. De ellos, más de 8 de cada 10 no se desconectan de su celular. Día y noche se mantienen prestos para “multitasking” y tuiteos multipersonales  a lo ancho y largo del mundo. En todo momento están prestos a bajar,  subir y almacenar documentos de todo tipo. Ellos integran la primera generación en la historia de la humanidad que esta siempre conectada a nivel global. Tres de cada cuatro han creado un perfil personal en uno de las plataformas sociales. Esto se compara significativamente con el registro de la llamada “generación X”, en la cual sólo uno de cada dos de sus miembros entre 30 y 45 años de edad están inscritos en un “medio social.”
Sesenta y un por ciento de los milenarios  relatan que se sienten diferentes de las generaciones anteriores. Uno de cada cuatro  auto-define su carácter común por ser proficientes en el uso de la nueva tecnología. Otro 11% considera que los que los hace distintos es su apego a la música y a la cultura pop. En todo caso, consideran que son sus valores y actitudes de mayor tolerancia los que los hacen distintos a generaciones previas.
En cuanto a su comportamiento digital, 6 de cada 10 permanecen conectados por señal inalámbrica cuando no están en su hogar o puesto de trabajo. 1 de cada 5 han subido por lo menos un video personal. 1 de cada 7 tuitea en comparación con 1 de cada  12 para el total de la población USA. 9 de cada 10 utilizan su celular para textear  y el mismo porcentaje se aplica al uso frecuente del  email. Como referencia conviene anotar que hace 15 años sólo el 15% de la población total estadounidense hacía uso de esa herramienta. Un dato revelador del alto índice de vinculación entre nivel educativo y el apego a Internet es que casi el 100% de los inscritos  en la educación superior  la utilizan por lo menos ocasionalmente mientras que en el universo de quienes no cursan dicho nivel el 83% frecuenta la Red.
Como indicador del crecimiento explosivo de la presencia en las redes sociales, el estudio señala en referencia a los “milenarios” que sólo un 7% participaba en ellas mientras que para  el inicio del 2010 ese baremo aumentó hasta el 75%. De ese grupo, un 55% hace  uso de ellas de manera intensiva pues visita algunos de esos sitios por lo menos una vez diaria.
Si bien los porcentajes mencionados son asombrosos tanto en cuanto a su valor numérico como por la dinámica de su crecimiento todavía estamos por ver la consolidación de los índices para este grupo de edad. Se estima que esto ocurra en los próximos cinco años.  Hay que tener en cuenta que las curvas de inserción de dicho grupo de edad en el uso de las herramientas digitales se réplica  en mucho otros países con entornos culturales marcadamente diferentes. Solo acusan algún retraso en cuanto al inicio del proceso.




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