11/5/10

ESE MUERTO NO ES NUESTRO: EL PROCESO APORREADO

José Rafael Revenga

Enero 18, 2010

El “desgobierno de la insensatez” ha puesto en graves apuros a la Sala Situacional del Palacio (SSP) durante los últimos días. Los colegas han tenido que montar una U.T.I. en un anexo pues los aporreos sufridos por el “proceso” son de pronóstico reservado. Además, han decidido convocar una “Junta Asesora de Máximo Nivel” (AseMax) a fin de que sus integrantes tercereen en la compleja y delicada dinámica actual.
Los tres integrantes del equipo de AseMax gozan de una poco común autoridad y credibilidad con el Cliente Único de la SSP. Trabajan individualmente y sus criterios y opiniones no son el resultado de ninguna confabulación: “la cantan como la ven” y todos coinciden que el llamado “proceso revolucionario” y su homónimo “socialismo del siglo XXI” –expresiones cuyo significados son descifrables sólo para un prestidigitador o un egiptólogo pues la supuesta pirámide siempre está en construcción y todavía nadie ha visto la primera piedra- han recibido una tunda de porrazos iniciados por su Cliente Único.

LA “ASEMAX” FRENTE AL DESGOBIERNO

El actual “desgobierno de la insensatez” en su versión “real”, es decir en su engendro histórico, le ha brindado una zurra a todo aquel quien quiera adornarse con la etiqueta del “socialismo” en las décadas por venir. Alguien con talento jocoso pero acertado ha dicho: “toda utopía comulga con el dicho mi reino no es de este mundo”. Pero llamémoslo como queramos, el resultado es el mismo: el diagnóstico es tan claro como difícil es la aplicación de la terapia.
Obviamente la cortesía personal y profesional me obliga a no identificar las personas de la muy discreta “AseMax” pues la eficacia de sus dictámenes depende en gran medida de su invisibilidad: están para ver pero no para ser vistos. No obstante, los enunciados que reseño a continuación son citas textuales y fieles de sus más recientes documentos entregados a la SSP.

LA PRIMERA ASESORÍA

La “prima supra pares” miembro de la “Junta” y relevante académica, ha revelado la angustia que anima sus reclamos frente al desvío y la distorsión del llamado “proceso”. Según ella lo que estuvo planteado al inicio del proceso, hace ya diez años, no era replicar un “socialismo del siglo XX” ya que éste:
“Fue un modelo que se pensó desde el Estado y el partido hacia donde hay que ir para resolver los problemas del pueblo, pero no se convocó al pueblo a participar…Consideramos que el socialismo no se puede decretar desde arriba.” Y a continuación: “La gente se aferra y cree que en la crítica del enemigo no hay nada de verdad, pero ocurrían [se refiere a las causas de la caída del Muro de Berlín] cosas que eran imperceptibles, y cuando pasa el tiempo y se empieza a estudiar, nos damos cuenta de que había defectos en la participación y en la democracia.”

En relación al otro modelo histórico del “socialismo del siglo XX” que tiene algo más de medio siglo sembrando fracasos, la muy distinguida autora se pronuncia:

“La gente de izquierda quedo perpleja por un tiempo porque el socialismo no es totalitario ni planificación centralizada o burocrática; no es populismo ni falta de libertad ni de democracia.”

LA SEGUNDA ASESORÍA

El otro calificado miembro de AseMax es un catedrático renombrado con impecables credenciales de la ortodoxia revolucionaria. En su más reciente colaboración se expresa con toda firmeza:

“La preocupación por la supervivencia de la revolución bolivariana… existe en amplios sectores de la Nueva Clase Política (NCP) [¿una lejana resonancia de la “nueva clase” de Milovan Djilas?] bolivariana, desde alcaldes, diputados, diplomáticos, militares, comunicadores, gobernadores y hasta ministros. Esa preocupación nació hace alrededor de tres años, pero se manifiesta hoy con mayor fuerza, porque el iceberg [se refiere al que perforó el casco del “Titanic”] está más cerca. Como es natural, hay fracciones de derecha, centro e izquierda en la NCP, definidas por ideología, política y economía. Lo que tienen en común es su miedo a perder el poder. Por eso no actúan ante el presidente con la verdad y firmeza que requiere la grave crisis del sistema y de la nación.”

Y por si fueran a caer en oídos sordos los trabucazos proferidos, el profesor continúa:

“Creo que el punto de viraje, el punto de no retorno, será enero [2010]. Porque hay que rediseñar un nuevo modelo de gobierno, eficientizar [sic] su ejecución y convencer a la población de su viabilidad, y eso requiere tiempo.” Al procesar esta información mis colegas de la SSP entran en colapso catatónico: ¡Treinta días para rehacer todo el castillo de arena que se viene abajo! Sólo la lealtad con el Jefe los mantiene en su puesto de batalla.

Para que no quede la menor duda el distinguido académico remata:

“Estoy desencantado con los altos líderes del proceso, a muchos de los cuales conozco personalmente, que se hacen cómplices históricos de la catástrofe que se avecina. No entiendo su falta de decisión para cambiar las cosas.” O en otras palabras, “el gobierno se ha devaluado.”

En su más reciente entrega a la SSP, el prestigioso profesor escribe sin tapujos:

“La fuerte devaluación de la moneda venezolana ha revelado una vez más la extrema incapacidad del gobierno y de los líderes del Partido de Estado (PSUV), de entender y contener la crisis política terminal que viven. No entienden que la forma diletante en que se realizó la devaluación y, aún más, el discurso simplón con que se lanzó, significan el fin de su credibilidad en el sector indeciso de las clases medias, que decidirá las elecciones parlamentarias de septiembre.”

Y lleno de indignación frente a tanta torpeza, trasnocho, improvisación y amateurismo, el profesor remata:

“Ninguno de los “argumentos” esgrimidos por el equipo gubernamental resiste un análisis económico serio. La ligereza con que fueron confeccionados solo se explica por la, al parecer, inquebrantable fe (o inercia) del gabinete, de que una vez más la popularidad del Presidente y la invocación de los diablos clasistas serían suficientes para convencer a la grex (rebaño). Sin embargo, el discurso binario de ángeles y diablos convence cada día menos a las clases medias urbanas y éstas le dieron la espalda al Presidente, votando con los pies en beneficio de sus bolsillos.”

Y el apreciado colega vuelca nuevamente su angustia al alertar:

“Realizar una devaluación diletante dieciocho meses demasiado tarde; movilizar a la Fuerza Armada para combatir a la “especulación comercial”; amenazar a la pequeña burguesía con la expropiación; calificar a los compradores que querían proteger sus bolsillos de una devaluación de la cual no son responsables, de una “conducta perversa”; poner tres teléfonos (sic) al servicio de la denuncia pública y acotar que "Yo digo que Venezuela cada día marchará con mayor fuerza y nosotros convertiremos a nuestro país en una verdadera potencia en este continente", convierte, como es obvio, la política en telenovela y tragicomedia. Las consecuencias de esa tragicomedia son previsibles.”

LA  TERCERA ASESORÍA

El tercer miembro de AseMax es un diplomático de alto nivel y de prolongada experiencia. Su
dramática crítica del torbellino que nos arropa a todos es un llamado a la acción: “Tenemos cuadros bien preparados y comprometidos con la Revolución que cumplen su compromiso con el Pueblo, acompañándolo solidarios a un futuro de justicia social, democracia y paz; pero otros, incrustados en el Proceso Bolivariano disfrutan las mieles del poder, subestiman a los trabajadores o abandonan a sus compatriotas humildes y en su autismo revolucionario no escuchan la voz de la calle. Por eso, por ejemplo, aún vemos colas de ancianos obligados a caer en las garras de un gestor o tener que madrugar para coger un número.”

Y si fuese necesario remachar agrega: “Aterrorizan los supermilitantes manganzones y corruptos camuflados de rojo, para sacar provecho de nuestro Proceso. Sectarios y excluyentes, ahuyentan a muchos venezolanos indecisos e incluso comprometidos. Aterrorizan los neoburgueses burócratas enamorados de su propia importancia, que no reciben ni responden a quienes están obligados a servir, mientras con gestos halagadores procuran una miradita de aprobación desde las alturas;…”

“ESE MUERTO NO ES NUESTRO..."


No obstante, ya el problema se extiende mucho más allá de la derrota o triunfo en unas próximas elecciones que pueden servir de “marcador” político temporal y limitado. Lo que está en juego es una nueva muerte del “socialismo” la cual dará pie a que muchos dirán con abundantes razones lo que otros dijeron del socialismo del siglo XX: “…ese socialismo que murió no era el nuestro. Nos invitaron al entierro de un muerto que no era el nuestro.”

Y entonces me preguntó -desde mi Propia Sala Situacional (PSS)- y me hago eco de la soledad sonora que acompaña a mis colegas de la SSP: “¿Es que no hay nadie que se dé cuenta de la gravedad, de la exorbitada crisis que se nos viene encima? Ya no se trata de ubicaciones topográficas en cualquier cuadrante. No es cuestión de ortodoxias. Se trata de que el Capitán por lo menos de una orden de girar algunos grados a babor y no por ser un sinónimo de izquierda, sino para evitar el apaleo que nos va a dar el “iceberg”. Si no es capaz de hacerlo, por el bien de toda la tripulación y de sus pasajeros –ya prestos al amotinamiento- tiene que transferir el mando.

Después de procesar las sabias consideraciones de los miembros de AseMax no me extrañaría que algún miembro de la SSP recordara el pensamiento de Julio Cortázar: “¿En qué medida puede gestarse el hombre nuevo? ¿Quién conoce los parámetros? Hay un esquema ilusorio que rápidamente deriva al sectarismo y al empobrecimiento de la entidad humana: el querer crear un tipo revolucionario permanente, considerado a priori como bueno.”

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