12/5/10

GRECIA EN RUINAS ¿Y...ESPAÑA?


José Rafael Revenga

Marzo 08, 2010

Primer Ministro Papandreu: “los griegos no deberían hacerse ilusiones pensando que un impago de la deuda es una pesadilla de un escenario remoto.”

UNA NACIÓN ARRUINADA

Grecia es bien conocida como una de las primordiales cunas de la “Civilización Occidental”. Entre sus legados inestimables perduran sus ruinas arquitectónicas las cuales todavía maravillan. Sin embargo, sus grietas económicas actuales la amenazan con la ruina financiera. Pero el colapso es una realidad a vista no sólo para ella sino para el “euro”, moneda común vigente desde 1999 para las dieciséis naciones de la Unión Europea. Además, su desplome puede determinar el desmoronamiento de las economías de España, Portugal, Italia e Irlanda –los llamados PIIGS en la jerga internacional- que muestran una fragilidad autónoma.

Las llamadas deudas soberanas son aquellas asumidas por las naciones y que las comprometen directamente. Se presumía por largo tiempo que los países no podían ir a la bancarrota. De allí la sorpresa que cundió en los circuitos financieros mundiales cuando Dubai, uno de los siete emiratos árabes, estuvo al borde de “quebrar” a fines del 2009 como nación al verse incapaz para cancelar sus préstamos internacionales.

EL EURO VULNERABLE

Importantes firmas financieras estadounidenses y bancos franceses y alemanes han colaborado con el gobierno de Grecia en el endeudamiento del país al esconder gigantescos préstamos a fin de no superar visiblemente el límite del endeudamiento nacional fijado por el Banco Central Europeo en un 3% del Producto Domestico Bruto. En la actualidad el déficit de Grecia alcanza un 12% lo cual representa una grave anomalía a pesar de que la economía griega es solo el 2% de la economía de la “eurozona”. Las regulaciones europeas obligan a Grecia a iniciar la ejecución inmediata de un programa drástico de reducción de gastos públicos como condición indispensable para recibir un salvavidas financiero. El primer ministro Yorgos Papandreu se ha resistido hasta ahora de solicitar una ayuda, principalmente de Alemania, pues ésta lo obligaría a ponerle severas restricciones a su populismo botarata para reducir su déficit.

El problema se torna aún más complejo porque algunas entidades financieras ubicadas en Wall Street se están lucrando emitiendo papeles derivados (“derivatives”) al apostar que Grecia efectivamente se ahogará. Alguien ha establecido un símil entre esta situación y la de una empresa de seguros que aumenta la prima de la póliza anti-incendios en momentos en que la casa de su cliente arde en llamas. O sea, estas entidades iniciaron su especulación financiera siendo cómplices del endeudamiento encubierto y ahora aspiran a cobrar por el entierro. La Reserva Federal de Nueva York ya ha iniciado investigaciones en este manejo por “la libre” que amenaza con desestabilizar a naciones con alto endeudamiento. Además, varios fondos de inversión se han puesto de acuerdo para jugar en contra del euro. George Soros, inversionista casi profético, ha aumentado la tenencia en oro de su fondo de colocaciones en 150% en los últimos tres meses del 2009 deshaciéndose de inversiones en papel moneda y bonos. Se le atribuye la frase que a pesar de un salvamento de las finanzas griegas, el euro es altamente vulnerable.

EL INCUMPLIMIENTO DE LAS DEUDAS SOBERANAS

El tsunami de la insolvencia de estados soberanos, hasta ese momento inesperado e inconcebible, se desata en noviembre del 2009 cuando Dubai, no puede cumplir como nación con el compromiso de cancelar su deuda equivalente a unos 100 mil millones de dólares. Dubai, país vecino de las petro-naciones del Medio Oriente, pero sin el recurso del “oro negro”, ha sido el lugar preferido para gigantescas y fantasiosas inversiones inmobiliarias, dentro y fuera del país por empresas gubernamentales, las cuales se vieron afectadas por la crisis global y la caída de las bolsas de valores.

Gracias al rescate parcial de una emisión de bonos por 10 mil millones de dólares, que devengan un 4% de interés, instrumentado por el banco central de Abu Dhabi- el estado más rico del grupo de los Emiratos Árabes Unidos- Dubai pudo cancelar los primeros compromisos a la vista. Sin embargo, desde ese momento se generó una preocupación subterránea de que si Dubai podía incumplir, entonces naciones tales como Grecia, Portugal, España, Italia e Irlanda bien podían caer en la insolvencia total.

Efectivamente, todavía se encuentran varios esqueletos en el armario de países derrochadores en cuanto a sus gastos públicos. El primero en aparecer fue Grecia a principios del 2010. Grecia requiere algo más de 60.000 millones de euros para saldar su deuda. España requiere unos 200.000 millones. Italia y Portugal otros 100.000 millones de euros adicionales.

Todo se complica por la especulación de entidades financieras multinacionales que apuestan al fracaso de Grecia por lo cual aumentan la prima de su cobertura de incumplimientos soberanos (“credit default swaps”)

ALEMANIA SE OPONE AL SALVAMENTO DE GRECIA

El 90% del electorado alemán se opone a que su gobierno rescate al de Grecia. La economía alemana no está boyante pues no se ha recuperado totalmente de la crisis bancaria del 2008/2009 ni los teutones entienden por qué han de sacarle las castañas del fuego a los “despilfarradores mediterráneos.” Haciéndose eco de éste sentir, el ministro de economía dijo: “el gobierno alemán no piensa dar un céntimo.”

Grecia ha contraatacado y amenaza a Alemania y a la Unión Europea con recurrir al Fondo Monetario Internacional lo cual debilitaría toda la eurozona y enviaría el valor del euro al sótano: “Si Grecia no recibe un apoyo político sustancial estará dispuesta a escuchar las propuestas del FMI.”

En fin de cuentas, el Primer Ministro griego Yorgos Papandreu terminó por negociar con la Unión Europea un “paquete de austeridad” que él mismo ha calificado como “duro y posiblemente injusto” pero imprescindible para “salvar el país.” No se trata de menos de eso pues la deuda griega alcanza a 110% de su PIB.

Papandreu alertó: "Vamos a hacer un esfuerzo enorme para recuperar la credibilidad de los mercados y evitar que nuestra economía se derrumbe…ahora el pueblo griego espera la solidaridad de Europa."

LOS GRIEGOS SE OPONEN AL “PAQUETE”

El 90% del electorado griego rechaza el “paquete” que contempla el aumento del IVA, la reducción de las pensiones, la eliminación de “bonos” para los funcionarios públicos, una tributación del 45% a los ingresos superiores a los 100.000 euros y la eliminación temporal de las inversiones públicas. Todo esto sumaría unos 5 mil millones de euros y reduciría el déficit fiscal en un 4% en el 2010. La intención es llevarlo durante los próximos cuatro años del 13% actual a un 3% lo cual es la norma límite obligatoria para los miembros de la Unión Económica Europea.

Los griegos no han tomado esto a la ligera y han protestado enérgicamente en las calles. En verdad el gobierno de Papandreu se tambalea entre dos abismos: la pérdida de apoyo doméstico lo cual precipitaría su caída y las exigencias de los inversionistas internacionales a que ponga orden en sus gastos sin lo cual no sólo el Partenón se vería arruinado.

El Banco Central Europeo calificó las medidas como “apropiadas y creíbles” lo cual ayudó a que a fines de la semana pasado Grecia, pudo obtener una inyección de unos 5.000 millones de euro a diez años de vencimiento por parte de inversionistas internacionales. Representa un salvavidas temporal y en malas condiciones: la tasa de interés es de casi un costoso 7% y Grecia enfrenta vencimientos adicionales de su deuda por un monto de unos 20 mil millones de euros en abril y mayo. El total de su deuda soberana es superior a los 60 mil millones de euros.

SALVAR A GRECIA Y AL EURO

En todo caso inmediatamente el presidente francés, Nicolás Sarkozy reafirmó: "Debemos apoyar a Grecia, porque está haciendo esfuerzos… …si Grecia cae, el euro deja de tener sentido".

Las instituciones involucradas se han puesto de acuerdo para cantar “victoria”. La agencia calificadora comunicó: "Las nuevas medidas representan una manifestación de clara resolución del gobierno heleno para controlar las finanzas públicas". Por su parte, el FMI declaró: “el plan de austeridad es muy fuerte y su aplicación supondrá un paso adelante decisivo.” La canciller alemana Ángela Merkel añadió: “Grecia está haciendo verdaderos esfuerzos para sanear sus cuentas públicas."

Pero no deja de persistir la amarga sensación que se está cantando “victoria” para ganar tiempo antes del desplome. Así el comisionado para asuntos económicos y financieros de la Unión Europea declaró hace dos semanas: “más adelante, en el 2011 y en el 2012, será necesario que Grecia ejecute medidas adicionales…para evitar que sus efectos se desborden y puedan contagiar a otras economías del sur y también del norte de Europa".

El colapso financiero es tan inminente y tan devastador que traería consigo un “efecto dominó” el cual arrastraría a entidades financieras, países enteros y pudiera hasta deshacer la Unión Económica Europea.

En una semana se inicia una ronda de consultas ya que la deseada “consolidación” luce bien precaria pues lo acordado como “plan de contingencia” bien puede quedarse corto en su aplicación. Por consiguiente, el gobierno de Papandreu está destinado a instrumentar medidas aún más impopulares lo cual bien pudiera conducir a su derrota parlamentaria y popular y por otro lado, Papandreu es acosado por las exigencias austeridad en el gasto público de quienes pueden rescatar a Grecia.

Sin ambages el ministro de finanzas francés ha alertado: “todo esto está condicionado a que Grecia honre sus compromisos.” El próximo 16 de marzo los funcionarios de la Unión Europa iniciarán su evaluación de cuán eficaz es en la práctica el plan de austeridad tallado por Papandreu. No sería motivo de sorpresa para nadie que insistieran en el aumento de impuestos y en la reducción de gastos de forma permanente. Merkel insiste que Grecia “tiene que hacer su tarea…sólo cuando los mercados reciban el mensaje de que Grecia está en la buena perspectiva, podremos ver al euro otra vez en un camino de estabilidad.»

¿Y ESPAÑA?

España es una de las naciones que más preocupación genera por ser la cuarta economía (1,6 billones de dólares) de la “zona euro”. La cancelación de su deuda soberana requiere una infusión de unos $270 millardos, suma bien superior a la suma de los paquetes de emergencia necesitados por Grecia ($68 millardos), Irlanda ($47 millardos) y Portugal ($41 millardos)

La nación ibérica confronta un desempleo del 20%, su mayor recesión en cincuenta años con un decrecimiento del 4% en el 2009, un mercado laboral muy rígido y el estallido de su impresionante burbuja inmobiliaria. No obstante, hay que anotar que dos terceras partes de su deuda es privada.

España actualmente considera la puesta en marcha de un plan de creación de 350.000 empleos durante dos años principalmente en el sector de la construcción mediante incentivos de reducción de impuestos para quienes rehabiliten su vivienda o adquieran una nueva con financiamiento oficial hasta el final del 2012. Sería ingenuo pensar que el diseño en el papel se convertirá sin más ni menos en la compensación de los centenares miles de desempleos generados en los dos últimos años. Además, el gobierno de Zapatero está muy lejos de articular un consenso con su rival político.

El gobernador del Banco de España advirtió hace poco: “Si las reformas llegan tarde o si son insuficientes, indudablemente nuestro futuro es preocupante.” En el 2010 España debe cancelar 35 mil millones de euros en bonos que se vencen y adicionalmente atraer unos 80 mil millones de euros. No hay tiempo para perder pero el gobierno de Rodríguez Zapatero no se ha caracterizado por una capacidad ejecutiva decisiva.

¿EL PARTENÓN EN VENTA?

Quizá tengan razón dos parlamentarios alemanes al proponer que la tablita de salvación de la economía griega consiste en proceder a vender sus islas deshabitadas, edificios y empresas. Así, de repente, la venta del Partenón pudiera salvar al país heleno de verse también en ruinas. Sería un desenlace trágico pero ese es otro de los grandes legados de la civilización griega.

















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