8/2/11

LA BATALLA DE TAHRIR: UNA EPOPEYA CIVIL






Entrevista de José Rafael Revenga en "Éxitos FM": "Penzini al Cuadrado", UNIÓN RADIO Feb. 09, 2011 : "La crisis de Egipto en caliente"

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La noche del miércoles 02 de febrero hasta entrada la madrugada del jueves 03  quedará inscrita como la “Batalla de Tahrir” en el historial de las acciones épicas de las manifestaciones civiles en contra de regímenes dictatoriales que se niegan a entregar el poder.



Los increíbles acontecimientos  de esa noche –en el noveno día de protesta- en la plaza Tahrir (plaza de la Liberación)  en el centro de Cairo, transmitidos en vivo a nivel mundial, a pesar de la censura de IN por parte del gobierno de Mubarak, resultaron en centenares de heridos y decenas de víctimas. Entre ellos numerosos reporteros internacionales quienes fueron  calificados por los agentes pro-Mubarak como blancos por neutralizar.
 
¿Los responsables? Miles de empleados públicos, obligados a pronunciarse públicamente a favor del régimen, policías disfrazados de civiles, efectivos paramilitares oficialistas quienes a pie o como matones profesionales montados en caballos y camellos cargaron con armas automáticas y provocadores quien desde lo alto de los edificios circunvecinos lanzaban bombas molotov contra las varias decenas  de miles de hombres, mujeres y niños quienes permanecían en la amplia plaza después de la gigantesca concentración de cerca de un millón de personas  convocada para el martes 1 de febrero. En la plaza, durante toda la noche, se oyen sin cesar los pedimentos: “!Renuncia ya!” y “Vete!”



EL TERRORISMO ACTÚA MIENTRAS LAS NEGOCIACIONES NO CULMINAN: 05 y 06/02/2011

La explosividad de toda la región del Medio Oriente quedo físicamente demostrada alrededor de las 2 am del domingo 06 de febrero: el ducto que cruza el norte del Sinaí para suministrar gas egipcio a Israel y Jordania fue objeto de un acto terrorista que causo múltiples conflagraciones a lo largo de las instalaciones. Días antes, los beduinos al norte del Sinaí opuestos al régimen de Mubarak y enemigos de Israel amenazaron con interrumpir el tráfico naviero por el canal de Suez.


A LOS 14 DÍAS ¿SE QUEDA O SE VA MUBARAK?


La topografía del conflicto levantada el sábado 05 y el domingo 06 de febrero revela que los líderes de la oposición -quien tienen solo un par de semanas asumiendo esa función- y algunos altos oficiales de las FF.AA. intentan convencer al presidente Mubarak de un abandono progresivo, diríamos “light”, de la jefatura máxima y ausentarse del palacio presidencial para retirarse a su residencia en el resort internacional Sharm el Sheik al sur de la península del Sinaí.

La ventaja de esa opción es proceder a una entrega de facto de los poderes presidenciales sin generar una ausencia definitiva la cual ocasionaría que el presidente del Parlamento asumiera el mando.


En Venezuela es bien conocida dicha fórmula de alejamiento del presidente en ejercicio por “razones médicas” y su sustitución por el vice-presidente designado por él en el caso de los generales Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez a principios del siglo XX. La dificultad inmediata asociada con dicho intento de solución reside en convencer al pueblo anti-Mubarak de su conveniencia.


El sábado 06 se conoce la renuncia de los directivos del partido oficialista (etiquetado por los manifestantes como “el partido de la corrupción”) incluyendo a Gabal Mubarak, hijo y supuesto sucesor del presidente. Mubarak designa un nuevo secretario general del partido conocido por sus buenas relaciones con representantes de la oposición.


El domingo 06 la actividad económica retorna lentamente en El Cairo con la apertura de los bancos y algunos negocios mientras amanecen miles de manifestantes en la plaza la cual ha sido convertida en un campamento. Sin embargo, la Bolsa de Cairo, la cual ha acusado pérdidas por más de 10 millardos de dólares durante las últimas dos semanas, se mantiene cerrada.




PARTE DE GUERRA: 05 Y 06/02/2011

El número de los rebeldes presentes en la plaza ha disminuido debido al cerco militar no violento que ha emplazado tanques en varias  alcabalas las cuales dificultan el acceso al amplio sitio de la concentración protestaría. No obstante, la determinación de estos miles de ciudadanos egipcios no ha flaqueado y el requerimiento de que Mubarak debe entregar la presidencia de inmediato no ha menguado.

El equipo negociador pro-democracia se fortalece con la inclusión de la Hermandad Musulmana la cual había mantenido la línea de no entablar conversaciones mientras Mubarak estuviese en el poder. Sus dirigentes se reúnen con el vicepresidente  general Omar Suleimán el domingo 06 por la mañana. 

Si la Hermandad no sale satisfecha de esa reunión en cuanto a la separación de Mubarak del poder presidencial efectivo, se convertirá rápidamente en la expresión de los manifestantes y de allí a ser el partido mayoritario hay un solo paso: el de las elecciones de setiembre del 2011 para controlar la orientación política de la nación. 

En tal caso, Egipto contaría con dos polos de poder: las FF.AA. y la Hermandad y la única fórmula de éxito pasaría a ser la conversión de la organización de los Hermanos, proscrita por Mubarak hasta el día de hoy, para aceptar la convivencia con otros partidos y movimientos políticos en un estado pluralista no islámico.
Ambas partes del conflicto han ejecutado estrategias rápidamente cambiantes lo cual no indica astucia fluida en la acción sino falta de previsión en cuanto a los acontecimientos y un darse cuenta progresivo de todo lo que está en juego que no es menos que el cambio radical y drástico de  la configuración  política del Medio Oriente y de su impacto en la economía mundial. 

Por ejemplo, 48 horas antes del encuentro dominical con el nuevo vice-presidente la Hermandad Musulmana rehusaba negociar antes de que Mubarak renunciara. También el general Suleimán es responsable  de un notable volapié. El jueves por la noche en una alocución televisada culpó a elementos anónimos, extranjeros y egipcios, de las protestas callejeras. Añadió que las disrupciones le habían costado a Egipto más mil millardos de dólares y que no serían toleradas. Para colmo ordenó a los grupos oposicionistas que aceptaran la permanencia en el control del poder central hasta las próximas elecciones dentro de unos siete meses.

Es una buena lección en el sentido en que en situaciones de conflictos intensos que amenazan con desplazar una estructura de poder instalada, las declaraciones no van a la par de las jugadas reales o anticipadas. Otro ejemplo de esta lectura brindada por los complejos acontecimientos en Egipto es el contenido cambiante de las posiciones públicas de USA. Aquí no podemos hablar de giros de 180 grados sino de una cadena de ellos. Todo esto refleja el manejo de una situación calificada como de “alta incertidumbre y máximo impacto”.

¿Y WASHINGTON?

 La postura de Washington permanece ambigua pues si bien hasta el viernes 04 de febrero el presidente Obama insistía en la salida de Mubarak “NOW”, su representante especial pronuncia una “opinión personal” el sábado 05 en el sentido que Mubarak debe permanecer para introducir los cambios constitucionales y políticos necesarios y de esa manera asegurar la transición a la democracia. El emisario norteamericano declara el sábado 05 en el seno de la Conferencia Internacional sobre Seguridad convocada en Múnich:


“El rol del presidente Mubarak sigue siendo importante. Contrario a Túnez en donde el presidente se ha fugado, Egipto mantiene su gobierno y la autoridad de éste continúa ligada a sus fuerzas armadas; no se trata de un caos completo. El presidente ha trabajado para su país durante 60 años, es él mismo quien debe mostrar el camino hacia el futuro”. 

Apartando la necesaria jerga diplomática se trata de la más explícita absolución de los regímenes dictatoriales.
De hecho, ese mismo día Mubarak se reúne con su equipo económico incluyendo el presidente del Banco Central y su recién designado primer ministro Ahmed Shafiq, ex comandante de la fuerza aérea, con  la finalidad de analizar la parálisis de la economía egipcia y especialmente para publicitar que él se mantiene en el centro del poder. 

Otros hechos tales como la puesta en libertad del director de la cadena Al Jazira, las disculpas públicas del ministro de relaciones interiores por la violencia desatada por las milicias oficialistas la noche del miércoles 02 y el retiro de la protección militar a los manifestantes de la plaza Tahrir configuran un precario retorno a la normalidad después de 14 días de la primera erupción pública.

LOS MANIFESTANTES AL MARGEN DE LAS NEGOCIACIONES

Al comenzar la semana del domingo 06 en Egipto ya se observa una grieta amplia entre los probables resultados del equipo negociador por parte de la oposición en sus conversaciones con el gobierno y la demanda absoluta de los manifestantes autónomos quienes dieron origen a toda la sorpresiva nueva dinámica política. Estos mantienen su exigencia absoluta  en cuanto a la separación de Mubarak del poder, las negociaciones están encaminadas a una salida “light” y quizás sólo cosmética. 

Los Estados Unidos enfrentan una severa crítica por parte de las petro-monarquías conservadoras de la región, especialmente la de Arabia Saudí, en cuanto al retiro del apoyo a un aliado por 30 años. En este sentido, el gran muftí de Arabia Saudí calificó el sábado 05 a las rebeliones en los países árabes como “actos caóticos” promovidos por “enemigos del Islam” con el propósito de dividir al mundo musulmán.

ISRAEL FUERA DE LA ECUACIÓN PERO EN LA MIRA DE TODOS


Un asesor del organismo encargado de la seguridad nacional de Israel, se pronuncia en el mismo sentido al alertar que el nuevo proceso electoral egipcio previsto para el próximo setiembre pudiera tener consecuencias dramáticas tales como “un aumento del radicalismo de la Hermandad Musulmana la cual se organiza para participar en ese proceso y beneficiarse de él; la presencia de sucesos anti-democráticos y anti-occidentales o aún más la aparición en escena de movimientos totalmente diferentes…Nosotros nos preparamos para lo mejor y para lo peor”. Esto me hace pensar en Afganistán en el Nilo.

¿CÓMO DAR INICIO A LA TRANSICIÓN?


Después de dos semanas conflictivas, la “batalla de Tahrir” se centra en la negociación en torno al grado de ausencia del presidente Mubarak. De lograrse esta próxima semana una solución consensuada entre la calle, los dirigentes de la oposición, las FF.AA. y el presidente, se pasaría de inmediato al diseño del modus operandi de la transición para culminar como resultado de un proceso electoral en un nuevo ordenamiento del poder ejecutivo y del legislativo. 

El acuerdo obtenido como resultado de la reunión del domingo 06 am entre los dirigentes de oposición y el general Suleimán en torno a la eliminación de la Ley de Emergencia, vigente desde 1981 es la apertura de un proceso político incluyente y la base para el diseño de la transición.

La transición estaría llena de escollos e interrogantes pues tiene que proceder a enfrentar los siguientes retos: introducir cambios constitucionales –a ser preparados por un comité conjunto para principios de marzo- que permitan la presentación de varios candidatos presidenciales, la legalización de partidos políticos y la  organización de un proceso electoral equitativo y transparente; la definición adecuada del papel futuro de las FF.AA.;  motorizar de nuevo la economía venida a menos por el desplome del turismo internacional; satisfacer las exigencias sociales del pueblo; enfrentar los movimientos radicales y los  terroristas provocadores de inestabilidad; rediseñar las relaciones funcionales con Israel independiente de que formalmente se mantengan en vigencia los acuerdos de paz suscritos hace más de 30 años; redefinir las relaciones con las petro-monarquías árabes, conciliar la iglesia copta egipcia con los Hermanos Musulmanes y prevenir nuevos ataques terroristas en contra de los cristianos, etc. 

EL DESEQUILIBRIO PERFECTO

Si todos los anteriores desafíos son resueltos satisfactoriamente, entonces y sólo entonces se daría comienzo por primera vez a una democracia “a la egipciana” la cual no estaría exenta de profundas interrogantes. 

La secretaria de estado norteamericana Hillary Clinton habló de “la tempestad perfecta” para caracterizar los movimientos populares que desafían a las dictaduras atrincheradas por décadas en el Medio Oriente y las cuales ahora corren la suerte de los castillos de arena. Se me ocurre que una frase imaginaria y sugestiva para describir la dinámica de las nacientes democracias sería la del “desequilibrio perfecto” o sea una pirámide apoyada sólo en su ápice, es decir la de una condición de estabilidad perfectamente precaria en la cual el impacto de cualquier granito de arena la hace caer.

DE LA DICTADURA A LA DEMOCRACIA: LA DIFICIL TRANSICIÓN

La batalla de Tahrir revela la obstinada estrategia del presidente Mubarak quien ha decidido ejecutarla entre un abanico de acciones. La opción seleccionada  revela un diagnóstico errado de la dinámica popular y un cálculo defectuoso  la inadecuación de su respuesta estratégica en función de sus propios intereses. Sus consecuencias conducen a un desalojo violento de la plaza por parte  de efectivos militares la cual a su vez produciría una masacre con repercusiones insondables.

LA PRIMERA OFERTA TÁCTICA: RENUNCIA DE LOS MINISTROS; NUEVO VICE-P

El primer mensaje del presidente Mubarak después de los acontecimientos tunecinos en la primera quincena de enero tiene lugar el 29 de enero. En esa comunicación Mubarak da a conocer su decisión de destituir a todo su gabinete de ministros. Es la receta clásica del manual cuando un gobierno se ve en apuros amenazantes pues absuelve al presidente de la responsabilidad culposa y la transfiere a su equipo. 

Cuatro días antes, el martes 25 de enero miles de ciudadanos egipcios se lanzan a la calle en varias ciudades inspirados por las protestas públicas en Túnez que dan lugar a la huída del presidente Ben Alí el 14 de enero. 

La respuesta del gobierno egipcio fue de una calculada y convencional baja intensidad: la policía utilizó gas lacrimógeno, bastones  y balas de caucho para dispersar a las multitudes sin lograr hacer mella en las concentraciones.  Además, el régimen impone un toque de queda a partir de las 6pm el cual es públicamente desafiado y procede a censurar a twitter y facebook. Estas medidas no logran amainar el vigor de la rebelión y en consecuencia el presidente considera necesario dirigirse a la nación el sábado 29.

En esa misma ocasión Mubarak designa por primera vez en sus 30 años de mandato a un vicepresidente ejecutivo para dar la semblanza de un nuevo gobierno, generar la percepción de una  continuidad futura del proceso y consolidar el apoyo de las FF.AA. pues el general Omar Suleimán ha sido el jefe de inteligencia militar durante casi dos décadas. Suleimán es figura clave para las relaciones con USA e Israel.

La decisión de Mubarak representa  un cambio al más alto nivel del gobierno en procura de no entregar el mando  y en el peor de los casos, asegurar una negociación dirigida  por él e instrumentada por el vicepresidente ejecutivo de la república. 

LA SEGUNDA OFERTA TÁCTICA: MUBARAK GERENCIA LA TRANSICIÓN

El eje central de la estrategia se materializa el martes 02  de febrero a las 10pm (hora local). Mubarak, en su segunda alocución televisada desde que se iniciaron las protestas públicas, anuncia su decisión de no presentarse en las elecciones presidenciales programadas para el próximo setiembre. Esta estratagema lo proyecta internacionalmente como no aferrado al poder a pesar de haber ocupado la máxima jefatura por 30 años y de haber triunfado en cinco elecciones caracterizadas por la opacidad.

El presidente egipcio añade en su “oferta conciliatoria” que propondrá revisar la constitución a fin de flexibilizar los requisitos para someter una candidatura  presidencial y promete legalizar a varios partidos políticos incluyendo a la Hermandad Musulmana que él mismo había excluido hace años.

En otras palabras, Mubarak sería el gerente de la transición preparadora de su retiro. La opción dinástica en la cual su hijo Gamal asumiría la presidencia había quedado descartada con la huída de éste al exterior a raíz de las primeras manifestaciones.

Salvo para los actores internacionales interesados o ingenuos, la oferta de Mubarak no es creíble pues en  Egipto se tiene viva conciencia del manejo amañado de las últimas contiendas parlamentarias en las cuales el partido del oficialismo ha obtenido más del 90% de los curules. 

La segunda apertura de Mubarak  lo presenta como conciliador, dispuesto a hacer concesiones y a retirarse de la presidencia a plazo fijo. ¿Qué más esperar de un dictador? Obviamente más de uno de los afectados habrá considerado la  propuesta como comparable a la de un verdugo quien  promete a los condenados  desmontar él mismo la horca a un plazo fijo.
 
Sin embargo, en este esquema se mantiene como no resuelto el pecado original de toda dictadura: la sucesión presidencial que le brindaría continuidad prolongada al régimen. La salida casi universal para este dilema es optar por una herencia familiar tal como el caso de Corea del Norte, Túnez, Cuba, Siria, etc.

 Por consiguiente, a pesar de sus 82 años y de su conocida enfermedad Mubarak está condenado a un desenlace “todo o nada”. Esto le resta margen de negociación y hace casi imposible la posibilidad de proponer y hacer efectiva una solución negociada del conflicto y un pase más fluido a la etapa de la compleja transición. Ésta es solo el preludio de la implementación de una democracia inédita desconocida por el pueblo y los dirigentes egipcios a quienes la historia les ha hecho conocer únicamente una monarquía y posteriormente varias dictaduras militares personalistas.

LA TERCERA RESPUESTA TÁCTICA: CAOS Y REPRESIÓN

La tercera dimensión a lo largo de la cual discurre el plan de Mubarak es la generación directa y apresurada de múltiples focos de violencia callejera con la finalidad de responsabilizar a los activistas pro-democracia de la violencia y proyectar, frente a las FF.AA. egipcias y a las naciones hasta ahora aliadas de su gobierno, una imagen del caos que representaría para Egipto su abandono de  la jefatura del Estado.

Así el martes  01 de febrero se da comienzo a este vector operacional mediante turbas integradas por policías vestidos de civiles, agentes provocadores y miembros no identificables de la Fuerza Central de Seguridad. Todos ellos se dedican a saquear diferentes urbanizaciones, provocar incendios en diversos inmuebles, profanar el Museo Egipcio situado en el perímetro de la plaza Tahrir del cual los matones provocadores extraen  dos momias y ponen en peligro a toda la incomparable colección.   

El vandalismo estratégico incluye la liberación de más de dos mil presos de las cárceles en El Cairo la mayoría de los cuales son adeptos al fundamentalismo islámico.

Los objetivos tácticos incluyen justificar una acción policial represiva en contra de los manifestantes, dispersar las concentraciones al atemorizar a sus integrantes, provocar que éstos a cometer acciones  violentas a su vez,  descalificarlos frente a quienes no participan en las protestas anti-gobierno y etiquetarlos internacionalmente como agitadores extremistas. Todas estas artimañas en cómo enfrentar acciones pacíficas públicas son bien conocidas y calificadas como tales por Amnesty International.

Al cierre de la tarde del miércoles 02 de febrero se produce una significativa escalada cuando miles de activistas pro-gobierno montan un asalto para cercar al bando opuesto. Unas cincuenta o sesenta personas arremeten haciendo uso de camellos y caballos. Hay evidencia que estos grupos fueron comandados directamente por Mubarak y fueron organizados en Mahalla, en las afueras de El Cairo, por el Partido Democrático Nacional controlado por el gobierno. 

Los contra-manifestantes alcanzaron el tejado de varios edificios de donde arrojaron bombas molotov. Hasta las cinco de la madrugada del día jueves 03 de febrero se desató una desencarnada batalla por la conquista del territorio de la plaza en la cual los manifestantes democráticos terminaron por obligar a los “matones” de las turbas pro-Mubarak a retirarse. 

Centenares de heridos y por lo menos ocho víctimas fatales fueron el resultado del enfrentamiento. La policía, seguramente por órdenes superiores para contribuir a que se desparramara el caos se no se hizo presente a igual que los efectivos del ejército los cuales tenían instrucción de no disparar en contra del público opositor.

LA CUARTA RESPUESTA TÁCTICA: AGRESION EN CONTRA DE LOS MEDIOS

El jueves 3 de febrero la estrategia de Mubarak sigue en pie: acosar nuevamente a los manifestantes en la plaza. Pero de manera calculada introduce un nuevo vector: provocadores oficialistas deciden arremeter físicamente en contra de periodistas de diversos medios. Así mientras Mubarak inocentemente concede una entrevista a Christiane Amanpour de ABC News, Anderson Cooper, periodista estrella de CNN, es violentamente agredido junto con su equipo de producción. La periodista de CBS fue hecho presa y hay orden de encarcelamiento de todos los reporteros internacionales  si no permanecen en sus hoteles. Además, las oficinas de Al Jazeera fueron saqueadas.

Esas acciones revelan la desesperación del régimen por cancelar la cobertura por parte de los medios internacionales. Además, es parte de una estrategia para convencer a la población egipcia de que elementos extranjeros son los responsables de la alteración del orden público. El costo en cuanto a la opinión pública internacional es gigantesco pero el cálculo detrás  de la medida es que es inferior al efecto negativo de las transmisiones a nivel mundial.


LA  QUINTA LINEA TÁCTICA: MUBARAK ESTA “HASTIADO DEL PODER” PERO SE QUEDA

Del otro lado el gobierno de Mubarak ha decidido escalar la intensidad de su línea dura. El jueves 3 en una nueva alocución nocturna televisada Mubarak declaró que estaba “hastiado” de permanecer en el poder pero no podía abandonarlo pues su ausencia de la presidencia resultaría en un “caos” y la toma del poder por la Hermandad Musulmana. Una versión actualizada de “después de mi el caos” pero en clave de chantaje. Más aún, el vice-presidente ejecutivo el general Suleimán afirma que Mubarak debería permanecer hasta las elecciones en setiembre y rechazó la “intervención  internacional en nuestros asuntos internos es inaceptable y no la permitiremos”.

LA ESTRATEGIA DE LOS MANIFESTANTES PRO-DEMOCRACIA

 Por la parte de los manifestantes pro-democracia la estrategia ha sido: mantener una postura pacífica, no acatar el toque de queda, concentrar a los manifestantes en la plaza 24/7 y servir de espoleta para protestas principalmente en Alejandría y Suez, convocar a mega-marchas tales como la del miércoles 2 de febrero y el viernes 4 de febrero; designar a un negociador principal en la persona de Mohamed ElBaradei, premio Nobel de la Paz (2005) y versado en los procedimientos de la diplomacia internacional, quien asume el papel de principal dirigente de la oposición. 

Se constituye de facto una alianza por parte de los opositores incluyendo la Hermandad Musulmana para iniciar y gerenciar la etapa transicional. A esta alianza se integra el viernes 04 de febrero el influyente y experimentado secretario general de la Liga Árabe.
 
El viernes 4 de febrero fue designado como el “día de la salida de Mubarak” por los doscientos mil ocupantes de la plaza. Sin embargo la jornada transcurrió y Mubarak se mantiene en la presidencia. La dinámica de los doce últimos días se  encuentra congelada debido a un inestable equilibrio de las fuerzas enfrentadas.

Por una parte, el pedimento de los manifestantes exige que Mubarak  "Batalla de Tahrir debe dimitir ¡YA! para abrir el camino a la transición gerenciada por un Consejo de Gobierno con un representante militar.

El movimiento pro-democracia parece reconocer la jefatura de Mohamed ElBarabei durante la transición aunque el influyente y experimentado secretario de la Liga Árabe y ex -canciller egipcio, Amr Moussa, ha regresado al país y goza de una amplia aceptación política. En todo caso, los activistas civiles tendrán que mantener la motivación de sus adherentes para movilizarlos a participar en actos públicos por lo cual han convocado a una huelga nacional para el lunes 7 de febrero y una nueva mega-concentración el martes 8 de febrero como parte de de “la semana de la resistencia”.

¿CÓMO ESCAPAR DEL CALLEJÓN SIN SALIDA?

La dinámica secuencial de la acciones, respuestas y ofertas de las fuerzas anti-Mubarak y de aquellas pro-Mubarak ha resultado en un estado de tablas o callejón sin salida aparente. Pasarán varios días antes de que la tranca o punto muerto en el cual está casi congelado el conflicto egipcio encuentre un vertedero.   

Cada uno de los dos bandos juega al agotamiento y estrangulamiento político del rival a escala nacional e internacional. La cuota de una negociación pacífica y por ende exitosamente consensuada  es sumamente alta debido a la baja probabilidad de su ocurrencia.


 ¿QUIÉN(ES) Y CÓMO SE GERENCIA LA TRANSICIÓN?
Ninguna de las dos partes contendoras tiene un diseño claro para iniciar y conducir una transición. Para el colectivo anti-Mubarak la primera condición absoluta es la salida inmediata de Mubarak en términos más o menos elegantes. La segunda condición: el rechazo aparentemente insalvable a la transferencia del poder presidencial a las manos del vice-presidente general Suleimán por ser símbolo inequívoco del régimen.

Por añadidura, esa opción sería anti-constitucional pues en ausencia del presidente es el jefe del parlamento quien lo suple. Esto revela la necesidad de tener en cuenta las disposiciones constitucionales en la elaboración del punto de partida de cualquier proceso de transición entre una dictadura y la democracia que la siga.

Casi seguramente habría que modificar el texto fundacional una vez consolidada la base inicial para luego liberar el paso hacia un régimen democrático participativo. La dinámica siempre tenderá hacia un cuerpo multi-personal integrado por los elementos representativos de los principales factores de poder.

Para el campo pro-Mubarak el desenlace más deseable es asegurar la permanencia de la estructura militar en la conducción del poder a pesar de que Mubarak se vaya. Para eso apuestan a la perdida de intensidad por parte de los manifestantes y algunos de ellos estarían dispuestos a desmontar a los grupos pro-democracia a la fuerza lo cual conduciría a una verdadera masacre.

En resumen, los dos bandos enfrentados no han finiquitado la redacción  del boceto con el cual superar los obstáculos iniciales que impiden dar paso a una segunda etapa del traspaso del poder dictatorial a un esquema pluralista.

En la práctica se puede hablar de tres actores: el pueblo manifestante que permanece en la calle y ha tomado la plaza Tahrir como bastión de su rebeldía y mantiene como exigencia absoluta la salida inmediata de Mubarak; los neo-líderes de la oposición quienes como tales no tienen un mandato claro ni amplio pero han llenado el vacío dada la inexistencia de partidos políticos y están a cargo de la negociación con el gobierno y, por último el gobierno el cual conjuga dos cuadrantes: el presidente y el alto mando de las FF.AA.

¿LA ESTRATEGIA DEFINITIVA?

La estrategia definitiva de parte de las potencias occidentales se cuajó en la reunión programada con antelación en Munich el sábado 05 con el título Conferencia Internacional de Seguridad. La transición fue definida como un proceso “ordenado” en el cual se introducirían cambios constitucionales y una apertura hacia las organizaciones civiles y políticas. 

En la práctica la estrategia acordada es un firme endoso al mantenimiento  de Mubarak en el poder si bien estaría mediatizado por su propio vice-presidente ejecutivo,  el general Omar Suleimán, quien contaría con el respaldo y la representación de las FF.AA.  De esta decisión colectiva surge la interrogante de cuál será la respuesta de quienes iniciaron el proceso y cómo los grupos políticos van a aceptar lo que continuará siendo la primacía del partido oficialista a pesar de su  lavado de cara hace solo 48 horas. 

Adicionalmente, el ejército instrumentará medidas para contener el flujo de manifestantes a la plaza-emblema y la policía estará nuevamente en la calle. La estrategia está basada en la apuesta de que  un mayor control del orden público y el agotamiento del entusiasmo de las protestas en las calles permitirá  conducir militarmente la etapa de la transición.

Hillary Clinton, presente en la Conferencia expuso largamente los criterios de la estrategia adoptada. Su intervención  es extensa y cuidadosamente hilvanada. (Al presionar “control y click” sobre el vocablo se tiene acceso al documento). Aquí reseño solo una de las premisas cardenales:

“las revoluciones han depuesto a dictadores en nombre de la democracia para ver más tarde que el proceso ha sido secuestrado por nuevos autócratas quienes utilizan la violencia, el engaño y elecciones amañadas para permanecer en el poder”.

Si bien la tesis expuesta cuenta con numerosos ejemplos históricos que la avalan, igualmente es cierto que se corre el peligro que la estructura militar, nuevamente garante de la estabilidad interna y regional, vaya deslizándose también por el camino de la autocracia. Es altamente probable que en los próximos meses la no aceptación de las condiciones iniciales de la transición generen  múltiples formas de protestas por parte del público en general y de las organizaciones políticas. En tal caso, las FF.AA. se verán obligadas a reprimirlas muy contrario a su record impecable durante las últimas dos semanas. La antesala de la transición puede haber sido gravemente vulnerada.

La atmósfera de la Conferencia estuvo impregnada por dos hechos cuya interpretación resultó ambigua: la explosión del gasducto egipcio hacia Israel y Jordania y un no explicado atentado cuyo blanco supuestamente era el general Suleimán. Los anales políticos contienen muchos casos similares y metodológicamente no se puede excluir el que los autores hayan sido quienes se beneficiaron de la justificada preocupación. Chantajes similares han mantenido a Mubarak en el poder por 30 años.

¿MISIÓN IMPOSIBLE?

Christiane Amanpour entrevistó al general Suleimán  de manera exclusiva y la transmitió el sábado 05 de febrero por ABC News. La veteranía de la periodista logró unas respuestas bastante espontáneas de parte del nuevo vicepresidente desde hace dos semanas y jefe de inteligencia militar desde hace dos décadas:
Suleimán:   “Todo el mundo debe regresar a su casa. Queremos tener una vida normal. No queremos a nadie en la calle. Regresar al trabajo. Traer de nuevo a los turistas. Regresar a la vida normal. Salvar la economía del país”. 

Amanpour: "¿Usted cree en la democracia?"                                                                                                                  Suleimán:                        "Seguro, todo el mundo cree en la democracia”.
Amanpour: “¿Pero cuando la hará realidad?                                                                                                                             Suleimán:   “Cuando el pueblo aquí tenga la cultura de la democracia”.
Amanpour: “¿Qué quiere usted?”                                                                                                                                                  Suleimán:   “Quiero que la oposición sepa que con el tiempo limitado con el cual contamos, podemos hacer lo que el Presidente Mubarak ha ofrecido [no presentarse en las próximas elecciones presidenciales de setiembre, 2011]. Y no podemos hacer más”.
Mohamed ElBaradei, el premio Nobel de la Paz, quien ha ganado la simpatía y el apoyo de los manifestantes en la plaza Tahrir al conocer la resolución colectiva de la Conferencia declaró de inmediato que la primera etapa del cohete de la transición no había despegado: “La formula no es adecuada para lo que pide el pueblo. Es necesario que Mubarak salga, ya es un asunto emocional. Tienen que ver su espalda, no hay la menor duda”.
La lista corta de las exigencias de los manifestantes y líderes pro-democracia incluye: Mubarak debe irse; el parlamento, producto de unas elecciones trampeadas a fines de noviembre del 2010, debe disolverse; la ley de emergencia de 1981 la cual permite arrestos sin juicio debe derogarse; proceder a revisar la constitución; formar un gabinete transicional de unidad y garantizar juicios imparciales.
El vice-presidente ha designado un panel para proceder a reformar la constitución en aspectos esenciales que  amplíen las libertades públicas y el reconocimiento de los derechos humanos. El informe debe entregarse en los primeros días de marzo.


Antes de postear este escrito recibo unas notas muy atinadas de una fuente muy perspicaz sobre el “caso Egipto” las cuales transcribo a continuación:
1. Esto tenía mucho tiempo fermentándose... corrupción, brutalidad policial, clique de favoritos, país policial.
2. Se pensaba que el egipcio sencillamente no respondía por estar descerebrado por los años en el poder de Mubarak.  3. Esto no estuvo armado por la Hermandad Musulmana. Son parte de ello, pero ni siquiera la cuarta parte.
4. Fue un movimiento de diferentes grupos, sobretodo de jóvenes que se atrevieron a salir a protestar y fueron seguidos por una cantidad  no esperada. Fue como demostrar que se podía
5.La inteligencia americana e israelí sí falló. Una cosa era saber que el caldo de cultivo esta allí y otra que había cuajado en una acción.
6.La falta de liderazgo es lo que pone en peligro el éxito de la rebelión.
7. El papel del ejército es clave. Y se está portando de manera de ser el factor decisivo irrelevante del resultado.
8. El tiempo solo ayuda al presidente... he can “regroup”.
9. Israel no sabe, por primera vez, qué hacer.
10. Ahora es que se van a mover los extremistas musulmanes. El campo está abierto.
11. El asunto de los matones es importante. El hecho de haberlos activado el presidente ya lo hace detestable.
12. De nuevo, los logros se deben a Twitter y Facebook. La información  al instante se vuelve un tipo de implementación de objetivos comunes. Además, esto se comienza a pensar cuando se tiene la “info” directa de los aconteceres de Irán y Túnez.
                                                              









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