José Rafael Revenga
Marzo 09, 2015
- El Vaticano sacudido por un nuevo Vatileaks
- La lucha por el poder entre las facciones que apoyan al Papa
- Las repercusiones del Scontro di potere amenazan la gestión renovadora del Santo Padre
- Francisco corta el nudo gordiano contra la corrupción y los conceptos petrificados
Una reciente filtración informativa revela nuevas
rivalidades internas presentes en los corredores del Vaticano.
Los ya conocidos
pugilatos de poder entre quienes se
esfuerzan por sanear las finanzas internas, procesar las denuncias relativas a
la pedofilia con un criterio de cero
tolerancia y proyectar un mensaje y una acción más orientada hacia las
exigencias de la realidad pastoral y aquellos concentrados en mantener una
Curia en la cual abundan los privilegios burocráticos que sirven para camuflar
numerosas “enfermedades”, continúan
vigentes pero más atrincherados en bandos irreconciliables
.
Ahora se agrega una nueva línea de fractura.
La develación de la oscura lucha por el poder ha sido
responsabilidad de la influyente plataforma comunicacional L’Espresso la cual, coincidiendo con los dos años de la renuncia de
Benedicto XVI al pontificado, da a conocer varios reportajes [Scontro di potere in Vaticano] sobre el tema que ahora se centra principalmente en
los prelados y cardenales del “circulo” más afecto al Papa Francisco.
Esta última consideración ha causado una gran e
incómoda sorpresa pues pone en riesgo el logro de las metas del actual
pontificado.
Los documentos internos del Vaticano –nadie cuestiona
su autenticidad- publicados reseñan una supuesta “lucha fratricida” [lote fratricide] entre dos facciones,
ambas integrantes del anillo más cercano de colaboradores del Sumo Pontífice: una
liderada por el cardenal australiano ex--arzobispo de Sidney George Pell prefecto
del nuevo y poderoso Secretariado de la Economía, creado en febrero del 2014, y
la otra por el cardenal italiano Pietro Parolin
cargo de la Secretaria de Estado.
Cardenal George Pell |
El Vaticano de inmediato reaccionó con el inevitable
reflejo condicionado al calificar los reportajes como “noticias indignas y
mezquinas” pero no refutó la veracidad de la evidencia de los informes
publicados. En relación a la gestión de Pell, algunos de sus colegas
cardenales lo acusan de haber malgastado
medio millón de euros en los primeros seis meses de sus nuevas
responsabilidades en el Vaticano en viajes aéreos en clase ejecutiva, trajes hechos
a la medida, un fregadero por 4.500 euros y haberse auto-asignado honorarios
por la suma de 15.000 euros mensuales.
La paradoja consiste en que Pell ejerce las funciones
supremas de sanear y controlar las enmarañadas transacciones del Banco del
Vaticano y se le considera como el “gran moralizador” designado por Francisco.
Si falta hiciera, existe otro imbroglio: el cardenal Pell ha sido calificado, en una
investigación criminal sobre la pedofilia por parte del gobierno australiano,
como un sacerdote que prefirió defender el patrimonio de su diócesis antes de
dar justicia y mostrar compasión por las víctimas.
La Oficina de Prensa del Vaticano ha replicado que las
filtraciones son ilegales y ha caracterizado la gestión del cardenal Pell como
un proceso que procede con “continuidad y eficacia” lo cual a simple vista no
luce como un endorso entusiasta. Pell ha sido acusado por algunos de sus
colegas de “sovietización” para describir lo que algunos consideran su exagerado
control centralista.
Parte de la resistencia generada contra Pell y su
gestión radica en su compromiso a poner orden en el manejo de las finanzas del
Vaticano. Hace pocos días, el Secretariado
de Economía a su cargo, dio a conocer una serie de procedimientos por aplicar
al cierre, para el 2014, de los balances de todos los departamentos y unidades
del Vaticano. Entre ellos, la obligación por parte de los responsables de
firmar una declaración jurada en cuanto a la honestidad de las cifras presentadas
lo cual contraria una práctica inveterada de acomodo contable principalmente en
manos de funcionarios italianos. Adicionalmente, tanto las cuentas como los
activos requieren de una contabilidad certificada por los bancos.
No es motivo de sorpresa que un enfoque australiano en
el manejo de las finanzas sea bien diferente de uno colíndate con el Mar
Mediterráneo.
El dilema planteado es quien y como se controla al
Contralor o en otras palabras si Italia puede más que Australia o viceversa.
Principalmente está en juego el control sobre APSA, el
organismo encargado de administrar el patrimonio de la Sede Apostólica el cual
ha sido transferido en cuanto a su spervision al Secretariado de la Economía. O sea, la administración
del personal, de las compras y de los bienes inmobiliarios provisionalmente se
encuentran bajo la jurisdicción del cardenal Pell lo cual resienten los
administradores de la Curia previamente a cargo. Francisco decidirá si APSA
recupera su autonomía o permanece subordinada al Secretariado.
El Papa Francisco está obligado a mediar entre los dos
enfoques al aprobar en los próximos días el marco legal para tres nuevos
organismos cuya creación él ha autorizado: un Consejo de la Economía integrado
por una combinación de quince laicos y cardenales; el Secretariado para la
Economía y un Auditor independiente.
Así ha tenido que estar tan rienda libre la gestión de
las finanzas y de los activos del Vaticano que se considere necesario la
creación de tales mecanismos para la formulación de políticas y el diseño y
aplicación de los controles contables elementales.
Sin embargo, la disputa es en torno al grado de poder
apropiado por el Secretariado de Economía el cual pudiera sobreponerse aun a la
Secretaria de Estado actualmente en manos del cardenal Parolin. Otra zona de
conflicto es aclarar si el Secretariado de la Economía es autónomo o si debe
reportar al Consejo de la Economía como ente máximo.
La lucha por el poder entre quienes defienden viejas y
poco fiables prácticas contables y quienes imponen criterios y procedimientos
modernos –y transparentes- se desarrolla sobre el trasfondo de la convocatoria al
Sínodo Ordinario sobre la Familia por tener lugar del 04 al 25.10 próximo en
Roma. Es el llamado “segundo round” del esfuerzo del Pontífice por encarar la
complejidad de los temas en relación a la familia cuya primera cristalización
se celebro en octubre del 2014. Los resultados del evento no fueron totalmente
favorables al Santo Padre. Los “progresistas” no pudieron celebrar una clara
victoria sobre los “conservadores”.
Este primer y más fundamental “scontro” promete agudizarse durante los próximos meses para
culminar en las deliberaciones y resoluciones del Sínodo previsto para octubre
próximo. Si el Papa y sus aliados inmediatos no logran una flexibilización
importante en cuanto a la aplicación de los conceptos canónigos, varias
conferencias episcopales nacionales se pronunciaran de modo autónomo.
Por ejemplo, la semana pasada el Cardenal Reinhard
Marx, arzobispo de Múnich y Freising, presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania,
coordinador del Consejo de Economía y miembro del Consejo de Cardenales se
pronunció en los siguientes términos:
“Cada conferencia episcopal es responsable del cuido pastoral en su área jurisdiccional y tiene que proclamar al Evangelio en su propia y única manera. Nosotros no podemos esperar a que un Sínodo diga cómo debemos llevar a cabo nuestra tarea pastoral en las áreas del matrimonio y de la familia. Nosotros no somos subsidiarios de Roma”.
Cardenal Reinhard Marx |
Francisco
corta el nudo gordiano
Consciente de la urgencia de resolver el
conflicto entre las dos facciones antes que las líneas de fracturas amenazaran
las columnas de la Plaza de San Pedro, el martes 03.03 Francisco aprobó un
conjunto de planes en un documento oficial –motu
propio- para reformar el manejo de las finanzas dándole el mando completo
al Cardenal Pell. Menos de tres meses distancia la decisión del Papa de su
firme reprimenda del 22.12.2014 en la cual añadió a los siete pecados capitales
las quince “enfermedades” de la Curia.
Los integrantes de la burocracia
vaticana quedaron relevados de continuar con su opacidad administrativa la cual
era tan fuerte que las indagaciones de Pell han descubierto activos propiedad
del Vaticano por un monto superior a los $1.500 millones los cuales no estaban
registrados en los libros.
Los únicos bienes fuera del radio de
mando casi-dictatorial de Pell son los bienes inmuebles propiedad de la Iglesia
en Italia. Ha sido la única concesión a los numerosos cardenales italianos.
El despacho de Pell emitió un comunicado
el cual afirma: “La campaña de desprestigio era de esperar… …a costa de su
propia carrera personal y su reputación, el Cardenal Pell desea implementar la
tarea asignada por el Santo Padre: arrancar de raíces la corrupción una vez por
todas”.
No obstante, las
cuentas siguen estando algo confusas pues en el nivel superior de formulación de
políticas y de revisión de los informes presentados por el Secretariado de Economía
y el autónomo Auditor-General se encuentra el Consejo para la Economía creado
hace un ano e integrado por ocho cardenales y siete laicos.
Además, el motu proprio de Francisco estipula que
el Cardenal Parolin debe trabajar en colaboración con el Cardenal Pell pero
retiene la única competencia para los asuntos relacionados con los Estados y
otros temas de la ley internacional.
No deja de ser
interesante conocer los nombres y cargos previos de los siete laicos que
integran el Consejo para la Economía acompañados por ocho cardenales: Joseph
F.X.Zahra, exdirector del Banco Central de Malta y vice-coordinador del Consejo;
Jean-Baptiste de Franssu (Francia), expresidente de Invesco Worldwide
Management y actual presidente de IOR; John Kyle (Canadá), extesorero de
Imperial Oil Limited; Enrique Llano Cueto (España), profesor de economía,
Universidad de Madrid; Jochen Messemer (Alemania), Francesco Vermiglio
(Italia), profesor de la Universidad de Messina y George Yeo, exministro de
Finanzas de Singapur.
@revengajr
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