29/3/15

CONFLAGRACIÓN EN EL MEDIO ORIENTE: IRÁN vs ARABIA SAUDÍ




José Rafael Revenga                                                            Abril 05, 2015                                                

jrrevenga@gmail.com                                  

@revengajr
                           
Entrevista en "Golpe a Golpe" con Fausto Masó y Pedro Pablo Peñaloza (27.03.15) [Cortesía "doctorpolítico.com"]


  • Arabia Saudí y Egipto no aceptarán que Irán controle el Mar Rojo y el Canal de Suez
  • El antagonismo Suni/Chií conduce a una guerra de religión desestabilizadora del Medio Oriente
  • Los marcadores de los precios del petróleo comienzan a incluir primas costosas debido al factor de “riesgo geopolítico”.       
  • Yemen como nueva base del terrorismo de Al-Qaeda y de ISIS
  • La amenaza territorial externa y la subversión interna en Arabia Saudí es asunto más urgente que la potencial capacidad nuclear bélica de Irán.
  • Diez naciones árabes en pie de guerra contra Irán.
  • El miércoles 01.04 los tanques de los chií/hutíes ocupan el centro de Adén. 
  • Yemen está por caer en manos de Irán.      
  • Arabia Saudí-Israel: ¿Un nuevo eje nuclear?
      
Una desolada región de unos 528.000 km cuadrados situada al sur y suroeste de la Península Arábiga y caracterizada por planicies desérticas y montañas rocosas desprovistas de vegetación y habitada por una población de unas 24 millones personas de gran heterogeneidad cultural y religiosa, se ha convertido en el epicentro de una conflagración la cual, de no ser contenida, acarreará una zona de guerra en todo el Medio Oriente y el norte de África en torno al eje antagónico Irán- Arabia Saudí. 




Además de la guerra entre dos facciones del Islam -los sunnis y los chiíes- por el control religioso/político de las poblaciones involucradas existe una gigantesca vulnerabilidad geopolítica en cuanto al dominio sobre una de las principales rutas del trafico marítimo del petróleo. La Republica de Yemen comparte unos 2.000 km de frontera con Arabia Saudí, su vecino al norte, y se encuentra en el vórtice del acceso al Mar Rojo, el Golfo de Eden y el Mar Arábigo.


El Yemen se pone al rojo vivo al Arabia Saudí reaccionar de manera sorpresiva con una aparente desproporcionada proyección de fuerza militar en la operación etiquetada “Tempestad Resuelta”. Casi un centenar de ataques aéreos a partir del miércoles 25.03 impactaron las unidades armadas de la milicia de los hutíes alrededor del puerto de Adén y su aeropuerto internacional a igual que determinados blancos alrededor de la capital Saná.

La operación militar está a cargo del príncipe saudí Mohammed bin Salman, el sexto hijo del Rey Salman, quien con 30 años de edad es el Ministro de Defensa. O sea, el desenlace previsible de los futuros acontecimientos en la explosiva región depende de un joven con una muy limitada experiencia militar pero con gran habilidad política quien además ejerce la jefatura del consejo económico y la administración ejecutiva del Palacio Real.

Mas allá de la operación militar en pleno desarrollo en el Yemen, Arabia Saudí, junto con Egipto y otras ocho naciones, ha establecido una fuerza multinacional con el objetivo nominal de combatir al terrorismo en la región, Sin embargo, no se requiere de mayor análisis interpretativo para darse cuenta que en realidad se trata de una gigantesca alianza militar intervencionista anti-Irán cuya primera operación se centra en contener a las milicias hutíes apoyadas y orientadas por Irán.




La capital Saná





El profundo giro asumido por la monarquía saudí al pasar de una postura más bien pasiva en relación a la multifacética dinámica del Medio Oriente a un posicionamiento de liderazgo agresivo tanto político como militar se inicia a raíz de la muerte del octogenario Rey Abdula bin Abdel-Aziz el pasado 23.01 y el subsiguiente pase sucesoral a uno de sus hijos, el ahora Rey Salman bin Abdel-Azizde salud precaria.

Si bien el Rey Salman ha respetado el deseo del Rey Abdulá de designar a su vez  a su medio hermano, Miqrin bin Abdul-Aziz como príncipe heredero, de hecho el príncipe Salman como ministro de defensa goza de una gran autonomía.

De allí, la vigencia de la autoridad ahora en manos del príncipe Salman quien en escasas semanas estructura una alianza con el Sudan y con la muy importante Turquía cuyo presidente  Recep Erdogan hasta ahora había mantenido una afinidad táctica con Irán y una acerba critica al Presidente egipcio Abdel Fattah al-Sissi,  ahora socio fundamental de la coalición promovida por Arabia Saudí.

La recién formada coalición financiera y militar suni anti-chiíta en función de contrarrestar la toma de Yemen por milicias hutíes afines a Irán está liderada por Arabia Saudí e incluye a: Egipto, Sudan, Jordania, Marruecos, Kuwait, Qatar, Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos.


Todo esto configura una realidad religiosa-política-militar preñada de un enorme potencial para influir de manera decisiva en lo que es ya un nuevo Medio Oriente. 

Penetracion progresiva de los huties a partir de enero del 2014 hasta el presente cuando toman el control de la capital Sana y del puerto de Adén controlando casi totalmente la region centro-occidental y occidental de Yemen. Los cuatro graficos corresponden a 01,14, 07.14, 09.14 y 03.15. Los tres puntos negros corresponden de arriba hacia abajo a las ciudades de Sana, Taiz y Aden (cortesia nytimes.com)
La invasión de los chiíes/hutíes

Hasta ahora las acciones militares de la coalición suni integrada por los miembros de la Liga Arabe se han limitado a numerosos ataques aéreos varios de los cuales han golpeado duramente a la población civil ubicada en los campamentos de refugiados cerca de la ciudad de Harad en el norte de Yemen.
Las fuerzas militares hutíes controlan la capital Saná desde el pasado mes de septiembre, después ocuparon la tercera ciudad más importante de Taíz y desde hace tres semanas amenazan con la toma del puerto estratégico de Adén lo cual desencadena la intervención de Arabia Saudí en lo que llama “una guerra necesaria”.

El nuevo mosaico de alianzas y antagonismos se agita como un caleidoscópico. Los Hutíes, apoyados por Irán, están acompañados por militares yemeníes leales al presidente Ali Abdula Saleh (apoyado durante varias décadas por los EE.UU y por la monarquía saudí) depuesto a principios del 2012 por los sucesos democratizadores de la “primavera árabe”.

El actual presidente Abd Rabbu Mansour Hadi, después de abandonar la capital en la cual estaba  bajo arresto domiciliario decretado por las fuerzas de ocupación hutíe a fines del 2014 se refugia inicialmente en Adén pero después de un ataque de la fuerza aérea hutie sobre su palacio se fuga el 19.03 por barco a Omán y en la actualidad se encuentra en Arabia Saudí.

Otro factor cooperante con la total fragmentación del Estado yemenita es la supremacía de una filial de Al-Qaeda la cual domina la región central de la nación.

Para intentar comprender la impredecible volatilidad presente en Yemen hay que tener en cuenta que el presidente saliente, después de tres décadas (1978-20120) en el poder, se convirtió en el gran aliado de los EE.UU. en el control de los militantes de la organización terrorista al permitir el intenso uso de drones desde los aeropuertos yemeníes y de las fuerzas especiales estadounidenses para después secretamente apoyar a AQAP (Al-Qaeda Península Arábiga) y de esa manera justificar mayores niveles de ayuda estadounidense.

Hoy en día, el ex-presidente Saleh apoya a los chiíes hutíes a fin de retomar el poder. Se calcula su fortuna personal entre 32 y 60 millardos de dólares.

El Yemen esta fracturado por los chiís hutíes presentes en el Oeste y en control de la capital, AQAP –vía su filial Ansar Al-Sharia- en el centro y diversas tribus en el este. Y todo este convulsionado panorama está aderezado por doquier por militantes del Estado Islámico y el retiro de los efectivos militares de los EE.UU.
La expansión iraní
Y aun mas, un conflicto energizado por el antagonismo religioso presente entre chiíes y suníes y por la contienda por la supremacía política en toda la región entre Irán y Arabia Saudí
.
El verdadero objetivo de toda la agitación militar es la caída de la monarquía saudí y el consiguiente arrebato de las manos suníes del control sobre los lugares sagrados de la Meca y Medina con lo cual se consolidaría el predominio chií en toda la región.


El diseño fue expuesto, quizás sin autorización, por un alto funcionario del régimen iraní cercano al Líder Supremo Ayatola Ali Khamenei, quien, vanagloriándose de los avances de los hutíes en Yemen, declaró que Saná era la cuarta capital árabe ahora en manos de Irán. Las otras tres serían: Beirut por medio del Hezbolá en el Líbano; Damasco en Siria por medio del Presidente al-Assad y Bagdad en Irak  gracias al gobierno en manos de los chiíes. 





El estrecho de "estrangulamiento" Bab el Mandeb que da acceso a los tanqueros al Mar Rojo y al Canal de Suez



El numero de jets que integran la coalición suni liderada por Arabia Saudí y Egipto es tan abrumador en función de los blancos huitíes en Yemen que seguramente es un claro mensaje para Irán.


En todo caso, Arabia Saudí se encuentra con milicias chiíes en su frontera norte con Irak y en su lindero sur con el Yemen. Pero la amenaza no es solamente externa
.
Está claro que los saudíes no pueden tolerar la instalación de un “territorio” liberado en el centro de Yemen desde el cual Al-Qaeda pueda lanzar incursiones contra la infraestructura petrolera del reino y servir de factor de agitación a la amplia minoría de chiitas residente en el norte y este de Arabia Saudí lo cual pondría igualmente en peligro a los regímenes de Qatar, Abu Dhabi y los Emiratos Árabes Unidos. Esto representaría una hecatombe solo comparable con el uso militar de artefactos nucleares en la región.

Un autorizado líder político iraní lo expresa de la siguiente manera:
“Las llamas del fuego que los saudíes han prendido en el Yemen eventualmente rebotarán y los hará los eventuales perdedores en esta guerra”.
Los huties, desde el punto de vista militar, son mucho más que unas milicias civiles rebeldes. Han sido entrenados por el Hezbolá y cuentan con el apoyo de blindados, lanzacohetes tierra-aire SCUDy lanzagranadas suministrados por Irán. Por lo tanto, será costoso desalojarlos de posiciones conquistadas. Y mientras más la ofensiva saudí se concentre sobre la retoma de ciudades en la franja oeste del país, mayor libertad de acción tendrán Al-Qaeda y el ISIS para consolidar sus propias bases de operaciones en el centro y este.

El petróleo y el riesgo geopolítico

La prima del “riesgo geopolítico” vuelve a cobrar toda vigencia ya que por el estrecho de Yemen,Bab-el-Mandeb, pasan diariamente tanqueros con un volumen de cuatro millones de barriles con destino al Mar Rojo y el Canal de Suez. Es uno de los múltiples puntos de estrangulamiento que afectan el transporte marítimo del crudo y del gas a nivel mundial.

Más aun, la población predominante en las zonas orientales de Arabia Saudí las cuales contienen los principales yacimientos de petróleo (Ghamar) pertenece a la secta chií. Una agitación interna y la consiguiente represión y control por parte de los 30.000 efectivos se seguridad que custodian las cruciales instalaciones prendería todas las señales de alarma en el mercado petrolero mundial.
El panorama se complica pues se estima que unos 6.000 jóvenes saudíes han sido reclutados por Al-Qaeda y otros 3.000 se han incorporado al Estado Islámico para combatir en Irak y en Siria.

Yemen: un Estado fracasado

Yemen ha pasado, aun peor que Libia, a la categoría de failed state o “estado fracasado” lo cual sirve de terreno bien abonado para la instalación tanto de milicias tribales como organizaciones terroristas en el medio de una guerra civil-religiosa y en el marco de una pre-existente antagónica rivalidad regional entre Irán y Arabia Saudí.

Los ataques aéreos, una vez más, son considerados como una función táctica que puede frenar el avance de los jihadistas pero solo acompañados de una decidida fuerza militar “pies en tierra” pueden lograr la reconquista y el control sobre los avances territoriales de los insurgentes.

Por lo tanto, Arabia Saudí no tiene otra alternativa que la de lanzar una amplísima invasión tierra-mar para neutralizar su perfil de vulnerabilidad.


[Para un análisis actual de posibles equivocaciones estratégicas de Arabia Saudí ver The Saudi- led Misadventure in Yemen]


Así se comprende la premura por parte del Príncipe Salam de convocar en Sharm el-Sheikh, Egipto a una cumbre de emergencia de la Liga Árabe para formar una coalición integradora de una fuerza militar de 150.000 efectivos más centenares de aviones de ataque y naves de guerra que puedan bloquear el puerto de Adén. El objetivo explicito de la coalición es enfrentarse a las milicias hutíes, Al Qaeda y el ISIS en Yemen.

No obstante, el miércoles 01.04, una semana después del bombardeo por parte de aviones de la coalición suni, los chií/hutíes continuaban con sus avances y anunciaban la toma de la ciudad portuaria de Adén de la cual había escapado hace una semana el presidente Abdo Rabu Mansur Hadi reconocido internacionalmente como legitimo jefe del Yemen.

Igualmente, la base aérea Al-Anad, a unos 60 km de Adén, desde la cual las fuerzas especiales de los EE.UU. operaban los mortíferos drones contra los terroristas de Al-Qaeda, cayó en manos de las fuerzas huitíes apoyadas por militares yemenitas leales al ex presidente Ali Abdala Saleh. Para colmo, el ministro de defensa de Yemen fue apresado.

Otra dimensión de creciente gravedad es la situación de los refugiados y de las bajas en la población civil yemeni debido a los ataques aéreos. La incipiente crisis humanitaria se complica debido al bloqueo marítimo y aéreo impuesto por la coalición lo cual imposibilita la distribución de alimentos y medicamentos. Sin embargo, Arabia Saudí ha manifestado que facilitara toda entrega de la Cruz Roja Internacional y de organismos internacionales siempre que se utilicen canales diplomáticos.

El alto comisionado de las Naciones Unidas para los derechos humanos alerta:
“La situación en Yemen es extremadamente alarmante. El país parece encontrarse en el umbral de un colapso total”.
Un conflicto multidimensional

En fin, el Medio Oriente se ha incendiado en un conflicto multidimensional de zonas de guerra dispersas las unas de las otras pero imbricadas por una polarización religiosa y por la ambición del control hegemónico sobre los recursos petroleros de la región.
 
Egipto ha pasado a ser de nuevo un factor de primera importancia en la región. Su participación en la coalición con Arabia Saudí se debe a la necesidad de proteger el acceso al Mar Rojo y al Canal de Suez.

Las dimensiones del conflicto se extienden hasta el punto de ser inmanejables desde el punto de vista de una estrategia convencional. Las relaciones basadas en criterios convencionales y estáticos pierden todo carácter operacional. Por ejemplo, ya se da una alianza activa entre Israel y la Liga Árabe frente a una beligerancia activa de Irán tanto desde el punto de vista nuclear como de su expansión a Irak y Yemen y el apoyo a organizaciones insurgentes.

Dado que el probable acuerdo –antes del 30.06- con Irán en cuanto al levantamiento de sanciones financieras y económicas a cambio de severas restricciones en torno a su arsenal de material radioactivo, ahora será visto siempre como insuficiente por Israel y la monarquía saudí, es fácil suponer el desarrollo de relaciones de colaboración entre ambos países con lo cual no tardaremos en ver a una Arabia Saudí con capacidad nuclear militar.

La dinámica actual pone fin al Medio Oriente árabe como firmante del tratado de no-proliferación nuclear.

En otro eje de complejidad, el 31.03 se produce una llamada telefónica entre el Presidente Obama y el Presidente de Egipto, Abdel Fallah al-Sisi, en la cual el mandatario estadounidense notifica que levantara la prohibición –vigente desde el 2013- sobre el envió de equipos militares. En concreto, Obama autoriza despachar 12 caza/bombarderos F-16; 20 misiles anti-buques Harpoon; 125 tanques M1A1. Adicionalmente, Obama se compromete a presentar al Congreso el presupuesto tradicional anual de ayuda militar por $1.300 millones.

Los EE.UU. se encuentran en una posición de total ambivalencia. En Irak apoya a las milicias chiíes y a las fuerzas de operaciones especiales de Irán pero batalla contra ambas en Yemen. Egipto y los Emiratos conducen ataques aéreos contra facciones en Libia apoyadas por Turquía y Qatar las cuales apoyan la nueva coalición anti-Irán.

Los EE.UU., hasta ahora, hacían lo posible por derrocar al presidente al-Assad de Siria, un aliado de Irán. Hace pocos días, el Secretario de Estado, John Kerry, se pronuncia a favor de la estabilidad del actual régimen sirio.

¿Hay alguna salida? Una invasión por tierra y un bloqueo marítimo por parte de la coalición árabe a Yemen sería sumamente difícil de operar. Tanto voceros iraníes como saudís mencionan que el objetivo real es llegar a un proceso de negociación política al incorporar a los hutíes al gobierno. Si bien puede ser una meta deseable, es dudoso que pueda reducir la convicción saudí en cuanto al expansionismo e intervencionismo de Irán en toda la región.

Además, Irán se siente envalentonada debido al éxito de sus planes estratégicos y ha adoptado una posición intransigente en las negociaciones sobre el tema nuclear que tienen lugar en Lausanne, Suiza lo cual ha obligado al Presidente Obama de extender el plazo fijado para el acuerdo final hasta el 30.06.

Ver:
http://www.nytimes.com/2015/04/02/world/middleeast/iran-nuclear-talks.html?via=newsletter&source=CSAMedition

Por si falta hiciera, Yemen está al borde de una guerra civil entre los chiíes/hutíes al norte y los suníes presentes en el sur con el añadido de Al-Qaeda en el centro –actualmente los yihadistas intentan tomar control de la ciudad/puerto de al-Mukallah a unos 500 km al este de Adén para consolidar su proyección sobre la ruta marítima de los embarques petroleros-. y la evacuación de emergencia de las fuerzas especiales estadounidenses, de 600 ciudadanos chinos y de 350 hindúes mientras que grupos de Al-Qaeda liberaban a unos 300 prisioneros muchos de ellos yihadistas.

Tampoco hay que descontar la sigilosa presencia del Ejercito del Estado Islámico (ISIS).




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