José Rafael
Revenga Marzo 22, 2015
jrrevenga@gmail.com
@revengajr
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Para
asombros de todos, consternación de muchos y alivio de pocos, el Papa Francisco
menciona por segunda vez en unos ocho meses que su pontificado será “breve”.
En ocasión
de su segundo aniversario (13.03.2013) como Pontífice, Francisco hace uso, una
vez más, de un medio de comunicación independiente para dar a conocer, en una
entrevista periodística de formato televisivo convencional, sus reflexiones más
personales sobre el mundo, la Iglesia y su oficio como Papa.
El recurso
a medios no oficiales por parte del
Santo Padre, es una manera de liberarse del escrito control ejercido por la
Oficina de Prensa del Vaticano (la Sala
di Stampa) y un ardid para tomar de sorpresa a todos y causar un impacto
mediático extra muros. La ayuda
técnica en este caso, si fue suministrada por Radio Vaticano la cual colocó una
amplia reseña del contenido de la conversación entre el Papa y la prestigiosa
periodista Valentina Alazraki de la red Televisa.
Ver la
transcripción completa en:
Ver en
ingles la versión Radio Vaticano: http://en.radiovaticana.va/news/2015/03/13/pope_francis_on_his_pontificate_to_date/1129074
El
intercambio tuvo lugar el 13.03 en la Casa Santa Marta en El Vaticano en donde
se hospeda y tiene su oficina personal el Santo Padre.
Se hace imposible
resumir la multiplicidad de temas tratados a fondo y ampliamente (son 7.000
palabras en total) por Francisco. Sin embargo, considero que en muchos sentidos
es una “confesión de fe”, una especie de testamento anticipado y un esbozo
claro de las principales líneas de acción previstas a corto plazo para la
duración de su Pontificado. Vale la pena consultar el texto completo en
profundidad.
El mayor
impacto de las declaraciones de Francisco ha sido la cobertura dada por los
medios de todo tipo y en todo lugar a su reflexión sobre la duración de
su gestión como Papa. Obviamente su respuesta a la pregunta de la
entrevistadora no fue casual.
Su edad -78
años-, su condición física –carece de un pulmón desde joven-, y la opción de
una renuncia voluntaria actualizada por Benedicto XVI en febrero del 2013
justifican una percepción y la preocupación correspondiente que su pontificado
pudiera ser corto así como el Juan XXIII (1958-1963) y no extenso como los de
Pablo VI (1963-1978) y Juan Pablo II (1978-2005).
VALENTINA ALAZRAKI: “Papa
Francisco, hay algo que nos preocupa un poco. Porque ha habido varias ocasiones
en los vuelos…que usted dice: Bueno en dos o tres años vuelvo a la Casa del
Padre; luego viene alguien que está organizando una feria, un congreso, de aquí
a cinco años, a diez y usted dice: Bueno, le deseo lo mejor, pero yo no estaré
ahí. Cosas por el estilo. ¿Por qué tenemos la sensación que
usted, por un lado es como si tuviera prisa en su forma de actuar? Por otro: ¿por qué como que parecería como que viera su Pontificado a corto plazo?
Su edad, es su edad, pero quiero decir que con lo largo que se vive hoy, son
pocos años, en realidad, no es relativo. ¿Por qué tiene esa
sensación? Por qué de repente nos dice estas cosas?”
PAPA FRANCISCO
“Yo tengo
la sensación que mi Pontificado va a ser breve. Cuatro o cinco años. No sé, o
dos, tres. Bueno dos ya pasaron. Es como una sensación un poco vaga. Le digo,
capaz que no. Por ahí es como la psicología del que juega y entonces cree que
va a perder para no desilusionarse después. Si gana está contento no? No sé que es. Pero tengo la sensación que el
Señor me pone para una cosa breve, nomas…Pero es una sensación. Por eso tengo
siempre la posibilidad abierta ¿no?”
Después de
esta afirmación, el Santo Padre abre una opción diferente al de un posible
fallecimiento lo cual pudiera ser una interpretación acertada de su
declaración:
PAPA FRANCISCO
“Creo que,
lo que hizo Benedicto con mucha valentía fue abrir la puerta de los papas
eméritos. A Benedicto no hay que considerarlo como una excepción sino como una Institución.
Por ahí sea el único en mucho tiempo, por ahí no sea el único. Pero es una
puerta abierta institucional. Hoy día el Papa emérito no es una cosa rara, sino
que abrió la puerta, para que pueda existir esto”.
Me parece
que Francisco quiere advertir y prevenir tantos a tiros como a troyanos que sus
fuerzas pueden flaquear eventualmente lo cual lo llevaría con toda
responsabilidad a dimitir su Oficio. En
tal caso, el Pontificado dejaría de ser un cargo y una carga vitalicia para
pasar a tener un carácter temporal aun cuando quien lo detenga se encuentre en
buena forma. De ser así, no debería causar gran sorpresa la eventualidad de dos o más papas eméritos.
Múltiples
consideraciones surgen a raíz de lo dicho por Francisco. Algunos lo han
interpretado como un preaviso que durante el próximo año o dos, el Papa va a
acelerar con su diseño transformacional de la Iglesia. Obviamente, hay prioridades y prioridades.
Una de las primeras es el montar los mecanismos que procuren hacer realidad en
toda su extensión la “tolerancia cero” en cuanto a la pedofilia.
Le sigue –y no
en estricto orden- el animar a la Iglesia como propulsora de misericordia más
que un apego literal a una doctrina que admite revisiones en su aplicación
pastoral.
La reforma y modernización del aparato burocrático de la Curia y la administración
de los activos y de las finanzas del Vaticano obviamente ocupan un lugar
especial en el “hit list” de
Francisco. No se trata solo de una mejor gestión sino de una conversión de los
más altos prelados portadores de las “quince enfermedades”.
A toda esa agenda
proactiva se suman problemas de gran envergadura como la persecución de
cristianos en el Medio Oriente.
La
resistencia interna al diseño de Francisco no es ningún secreto que yace escondido
en los archivos del Vaticano. Hay quienes difieren de él por razones
doctrinales, otros por haber visto disminuido sus privilegios y andanzas y
todavía otros para escapar sanciones penales. Por último, hay quienes empiezan
a manifestar su desilusión por considerar que Francisco ha incumplido sus
supuestas promesas iniciales y ha abandonado puntos esenciales de una “agenda
progresista”.
La hoja de
ruta conocida de Francisco para el 2015
incluye viajes a Ecuador, Bolivia y Uruguay, asistencia al Congreso
Internacional de la Familia a fines de
septiembre en los EE.UU.; discurso en el Congreso de los EE.UU. el 24.09; alocución
en las NN.UU. el 25/09; conducción del Sínodo Ordinario de la Familia en el
Vaticano las primeras dos semanas del próximo octubre; encíclica sobre el
cambio climático; nombramiento de nuevos cardenales; consolidar y convalidar
las reformas de la Curia, etc.
El tiempo
para acometer con algún grado de éxito tal abanico de dimensiones siempre será
corto por más prolongado que sea. Pudiera ser que la sorpresiva declaración del
Papa sea un llamado para la activación de quienes concuerdan con él. Frente a
ellos, la mayoría de los “vaticanistas” coinciden en suponer que surgirá una
estrategia de resistencia sorda a la espera de un desenlace a corto plazo. No
hay que dudar que el enjambre de intrigas en los pasillos del Vaticano en
cuanto a la pre-selección de un nuevo Pontífice se encuentra en un alto nivel
de excitación.
En todo
caso, sea larga o breve la duración de Francisco en la silla de Pedro, su
pontificado es uno de “urgencia” como lo califico su colega jesuita Antonio
Spadaro, director de la revista la
Civilta Cattolica.
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