José Rafael Revenga Julio 05, 2013
!Egipto en caos! ¿Hasta cuándo?
¿Estamos frente a un escenario similar al de Siria?
¿Dos territorios y dos poblaciones enfrentadas en una guerra civil y hasta religiosa?
No hay tema más preocupante para las potencias mundiales que el candelero prendido en Egipto y su impacto meta-regional.
El miércoles 03.07 las fuerzas militares ejecutaron el ultimátum e intervinieron para poner fin al gobierno del presidente Morsi quien 4 días antes celebraba su primer aniversario. En febrero del 2011 los egipcios tomaron 18 días para deponer una dictadura militar en manos de Hosni Mubarak por 3 décadas. Ahora, en el 2013 fueron necesarios solo 4 días para destituir al presidente electo democraticamente a mediados del 2012. El lunes, hace una semana, se movilizaron 17 millones de manifestantes en la calle quienes sitiaron al palacio presidencial y colmaron plazas y avenidas en las ciudades más importantes del país.
El PREÁMBULO
El lunes 01.07 los protestantes contra el gobierno del Presidente de Egipto, Mohammed Mursi, atacaron con toda violencia la sede principal de la Hermanos Musulmanes en el Cairo sin que interviniera la policía. Fue durante el segundo día consecutivo de las protestas las cuales congregaron más de 1 millón de manifestantes en cada ocasión.
El presidente depuesto al año y tres días de su gestión, Mohammed Moursi |
El reclamo colectivo: la salida del presidente Mursi por medio de la renuncia a su cargo. Mahmoud Badr, vocero del grupo rebelde Tamarud, con más de 22 millones de firmantes, plantea la separación del cargo presidencial y la convocatoria a elecciones anticipadas. De no ser aceptadas ambas condicionalidades, se procedería a promover la completa desobediencia civil en toda la nación.
La confrontación es tan intensa que los opositores lanzaron un ultimátum otorgándole al jefe del Ejecutivo hasta las 5pm del martes 02.07 para abandonar su investidura. Las reivindicaciones esgrimidas son: el fracaso de la recuperación económica y las limitaciones a la libertad religiosa impuesta por los adherentes fanáticos del Islam. A su vez, el mismo día, quienes apoyan la permanencia de Mursi tomaron varias calles y espacios públicos en confrontación violenta con el bando opositor.
La plaza Tahrir, Cairo |
Es obligatorio referirse a la ausencia del principal factor de gobernabilidad en Egipto: los militares. Obviamente prestan la máxima atención a la dinámica desatada pero obedecen a lineamientos estratégicos y consideraciones tácticas que los inducen a no hacerse presentes ni, mucho menos, tomar directamente las riendas del mando civil.
El mismo lunes, el general vocero de las FF.AA., anunció un plazo de 48 horas para que los rivales antagónicos llegaran a un acuerdo para superar el enfrentamiento radical.
Mientras tanto, el presidente Morsi, en una entrevista concedida el domingo 30.06 a un medio británico, reiteró su postura inamovible:
"Si removemos a alguien de su puesto al cual fue elegido acorde a la legitimidad constitucional, bueno, abría gente que se opondría al nuevo presidente y, en una semana o en un mes más tarde, esa misma gente pediría su renuncia".
"No hay espacio para oponerse a esta legitimidad constitucional. Pueden haber demostraciones y gente expresando sus opiniones. Pero el punto crucial en todo esto es la adopción y la aplicación de la constitución. Ese es el punto crítico",La estrategia de Morsi es conocida y ha sido pesta en práctica por varios gobernantes. Sin embargo, adolece de la falla argumentativa conocida como "petición de principio". Es decir, invoca el supuesto que el mandatario respeta plenamente la Constitución cuando puede ser que él mismo la vulnere en sus principios.
¿Hasta cuándo resiste el texto constitucional formal frente a una actuación sostenidamente inconstitucional de los poderes públicos la cual es netamente favorecedora de uno de los dos grandes grupos presentes en una sociedad?
¿Cómo hacerle frente "constitucionalmente" a un propósito político promotor de una estrategia de reducción, y hasta eliminación, de las libertades constitucionales del contrincante."
Ese es el "corazón del asunto" planteado al recién celebrar solo el primer aniversario de la ejecutoria presidencial de Morsi.
Ignoro si los militares egipcios han resuelto la ecuación diferencial expuesta más arriba. En todo caso, el Ministro de Defensa, general Abdel-Fattah el-Sissi, advirtió hace días que gobierno y oposición disponían de una semana para alcanzar a un acuerdo. El lunes pasado (01.07) el general se refirió a dicha advertencia al anunciar en declaración televisada que restaban solo 48 horas a la cuenta regresiva y satisfacer las demandas de la gente". El suspenso sobre cuales pudieran ser las actuaciones de la intervención de los militares permeo a todos los factores de la disputa.
Un día después, un vocero de la presidencia desestimó el pronunciamiento militar al enfatizar que el rol de las fuerzas armadas era proteger las fronteras y brindarle seguridad a las instalaciones estratégicas. No es probable que Morsi renuncie. Ya ha organizado a grupos organizados para defenderlo en la calle.
Además, el prospecto de nuevas elecciones presidenciales a corto plazo no luce la formula adecuada para resolver los problemas. Tampoco es previsible una toma del poder por el estamento militar el cual siempre velará por sus propios e importantes intereses institucionales.
En otras palabras, es difícil formular otro pronóstico para Egipto que no sea el de un conflicto permanente con altibajos de violencia y una continúa erosión de la economía. En otras palabras, Egipto luce encaminado a un apartheid religioso implantado por organizaciones ultraconservadoras islamistas acompañado por fuertes divisiones sociales.
Otra imagen sería la de una prolongada "guerra de trincheras" con sus espasmos de mortífera violencia y largas treguas informales.
Sin embargo, el lunes 01.07 helicópteros militares con banderas nacionales guindando de la parte inferior de la cabina sobrevolaron la plaza Tahrir lo cual fue interpretado como una muestra de apoyo a los manifestantes.
La contraparte formal al gobierno de Morsi es el Frente de Salvación Nacional cuyo vocero rechaza toda negociación con el presidente limitándose a declarar: "él debe salir".
Morsi no se da por vencido en absoluto. El martes 02.06. renego el ultimátum militar y declaró que propondría su propio plan de reconciliación nacional:
"La presidencia considera que algunas de las afirmaciones contienen significados que pudieran causar con fusión en el complejo ambiente nacional".A la vez, la Fraternidad ha calificado el pronunciamiento militar como un "golpe de estado". Sin embargo, Morsi no las tiene todas consigo. Por lo menos 5 de sus ministros han renunciado en la última semana. La más sonora ha sido la renuncia del canciller Mohamed Kamel Amr.
La incierta y convulsa dinámica en la cual se encuentra insert Egipto traerá todo tipo de fracturas y vacíos en la región. Tanto la supervisión militar de la Faja de Gaza como el Canal de Suez y la península de Sinaí se encuentran afectados. De continuar Morsi con su proyecto fundamentalista, Egipto se hará pedazos y la primera presencia estabilizadora en el mundo árabe sunni empezará a dar tumbos. Si Morsi abandona, los militares intentarán trazar y aplicar un “mapa de ruta político”.
Los EE.UU no saben que hacer. Por una parte, amenazan con cortar la ayuda anual de $1 millardo a las fuerzas armadas egipcias si promueven un golpe de estado. Por otra, el presidente Obama presiona para que el presidente Morsi incluya una representación de las fuerzas opositoras en el Ejecutivo pero se pronuncia a favor de elecciones parlamentarias y presidenciales a corto plazo.
Es un ingenuo reflejo condicionado que considera que el rearreglo de las fuerzas políticas por vía electoral obligatoriamente traerá la estabilidad.
EL DESENLACE
La tarde del miércoles 03.07 llegó y con ella el vencimiento del ultimatum militar, A principios de la noche la voz del general Abel-Fattah el-Sissi se hizo sentir en los altoparlantes del plaza Tahrir repleta con decenas de miles manifestantes. Morsi había sido depuesto. La celebración callejera se extendió desde Alexandria hasta Luxor. Si bien diversos grupos fundamentalistas promovieron hechos de violencia éstos fueron mucho menores que los previstos. Las hipótesis optimistas apuestan a que Egipto puede escapar a los grillos de la polarización generada desde la presidencia según mandato de la Hermandad Musulmana.
El general Abel-Fattah el-Sissi |
El comandante de las fuerzas armadas centró su anuncio en 5 puntos:
la "suspensión provisional" de la Constitución,
la disolución del Parlamento,
la destitución del presidente
la formación de un gobierno de "transición" presidido por el presidente del Tribunal Constitucional Supremo, Adly Mansour.
la creación de un comité de reconciliación nacional con la presencia de los partidos políticos incluyendo a Libertad y Justicia de la Hermandad Musulmana.
El presidente interino Adly Mansour |
El acontecimiento ha dado lugar a las previsibles interpretaciones encontradas. Unos afirman que los militares no son la solución y que a Morsi no se le ha concedido el tiempo necesario para el desempeño democrático. Los otros admiten que los militares no son solución pero inevitablemente son la palanca para constituir una nueva democracia contraria a la instalación de un régimen político islámico. Esta posición argumenta que de habérsele dado mayor tiempo a Morsi, él hubiera destruido la democracia haciendo uso de sus propios mecanismos.
Mismo los comentaristas que critican la actuación militar hablan de "los arrebatos totalitarios" de Morsi. Me pregunto: ¿Y si no fueron simples arrebatos sino expresiones de un diseño político torpemente llevado? En todo caso, unos y otros admiten el fracaso de la gestión de Morsi al frente de la economía y muchos consideran que traicionó el espíritu democrático que tumbó a Mubarak.
Entre la opción de los islamistas teocráticos y los militares tutelares muchos no dudan de optar por los segundos los cuales anuncian elecciones presidenciales y parlamentarias en meses. No obstante, ninguna de los dos opciones garantiza la estabilidad del Estado ni la gobernabilidad colectiva.
En una nueva elección, es previsible que los ultras conservadores salafistas adquieran una importante, si bien no mayoritaria, representación parlamentaria. Simultáneamente, es muy probable que ellos desaten focos de violencia para forzar a los militares retener el poder y después, dar lugar a protestas masivas en contra de ellos.
Dependerá de los gobernantes civiles ver cómo armonizar la polarización religiosa y la convivencia cívica. En su primer anuncio formal, el ministro de defensa estuvo acompañado por el jeque de la mezquita al-Azhar y el papa de la Iglesia Copta.
El canciller de los Emiratos Arabes Unidos fue uno de los primeros en reconocer al nuevo gobierno:
"el grandioso ejército egipcio una vez más demostró que es el protector de Egipto y garantizará que permanezca como una nación de instituciones y de ley que protegerá todos los componentes del pueblo hermano".
El rey de Saudí Arabia envió un mensaje al presidente interino de Egipto en los siguientes términos:
"lo felicitamos por su liderazgo en este período crítico de la historia egipcia".
Mientas tanto, el ex-presidente Morsi se encuentra bajo arresto en lel Ministerio de Defensa. Una docena de sus principales asistentes permanecen detenidos en las instalaciones de la Guardia Presidencial y de la Inteligencia Militar. El ejército tomó el control de los medios de comunicación en manos del gobierno y clausuró las estaciones de televisión en manos de la Hermandad Musulmana.
En verdad, el derrocamiento de Mubarak fue interpretado por muchos como la llegada al poder de la radical Hermandad. Recuerdo las declaraciones de Morsi, al ser electo hace un año, en las cuales trataba de disipar los miedos de que él procedería a instalar una dictadura religiosa. En aquel entonces, el discurso que salía de sus labios era un canto al pluralismo. Ya para noviembre del 2012 desafió al Tribunal Constitucional al argumentar que la presidencia reinaba sobre cualquier ley.
El líder de la Hermandad Musulmana egipcia, Mohammed Badie, fue arrestado el jueves 04.07 así como unos 300 miembros pertenecientes a la organización político-religiosa la cual convocó un "viernes de rechazo" después de los rezos rituales. Las fuerzas de seguridad detuvieron al líder, Saad El-Katatny, y al sub-director del partido Libertad y Justicia, brazo político de la Hermandad.
A su vez, el nuevo presidente Mansour extiende una mano a la Hermandad al calificarlos como miembros del pueblo egipcio invitados a participar en la construcción nacional. No serán suficientes meras palabras para hacerle frente a lo que ciertamente será una resistencia violenta por parte de grupos focales que apoyan al presidente destituido.
El líder de los Hermanos Musulmanes, Mohammed Badie |
A su vez, el nuevo presidente Mansour extiende una mano a la Hermandad al calificarlos como miembros del pueblo egipcio invitados a participar en la construcción nacional. No serán suficientes meras palabras para hacerle frente a lo que ciertamente será una resistencia violenta por parte de grupos focales que apoyan al presidente destituido.
Sin embargo, parecieran existir espacios para acuerdos limitados que pudieran servir como bases para una ampliación de las zonas de entendimiento. Por ejemplo, el líder del partido salafista Nour, Younis Makhioun, decidió negociar con las autoridades militares la vuelta al aire de los tres canales de televisión ose fueron sacados del aire por transmitir contenidos de odio en contra los cristianos, las personalidades seculares de la oposición y los musulmanes chiítas.
Para mantenerse actualizado en torno a la postura y estrategia de la Hermandad es conveniente visitar su página oficial en inglés: http://www.ikhwanweb.com/
El viernes 05.07 despertó en una atmósfera de alta tensión con el anuncio de la primera respuesta por parte de los Hermanos a su exclusión del poder. Los partidarios de Morsi han sido convocados a concentrarse en sitios públicos en numerosas ciudades. Las fuerzas armadas comunicaron que respetarían las protestas siempre que fueran pacíficas: "no tomaremos medidas arbitrarias contra ninguna facción o corriente política".
A primera hora de la tarde miles de miembros de la Hermandad acamparon alrededor de la mezquita Rabaa al-Adawiya en el centro de el Cairo dando inicio al "Día del Rechazo":
Y antes de las 11am (hora Caracas) me entero por un tweet del corresponsal de la BBC en el Cairo que soldados han disparado causando 3 víctimas en la medida que un par de miles de personas se aproximaron a las instalaciones de la Guardia Presidencial.
Otros testigos activos en #egypt informan que hay por lo menos 5 muertos. Otro tweet me dirige al reportaje del New York Times de cuyo video extraigo las siguientes imágenes:
Manifestantes pro-Morsi se enfrentan a las fuerzas de seguridad con varios heridos y víctimas |
Un canal local ofrece un video de la concentración y de una víctima. (escenas fuertes)
A finales de la tarde, el presidente interino Mansour disuelve la Cámara Alta del Parlamento dominada por la Hermandad y conocida como el Consejo Shura,
¿QUÉ LE ESPERA A EGIPTO?
Lo qué suceda en Egipto y cómo suceda marcará lo que ha de ser la trayectoria política de toda la región árabe. El desenlace del conflicto prolongado de un régimen basado en un partido único mayoritario con apelación fundamentalmente religiosa y con finalidades autocráticas enfrentado a un enjambre colectivo modernizante y pluralista, no será facil de resolver.
Hay que tener en cuenta que las manifestaciones del domingo, lunes y martes pasados fueron numéricamente muy superiores a las ya gigantescas movilizaciones que derrocaron una tiranía militar incrustada por 3 décadas. Solo se requirieron 12 meses de un gobierno teocrático y monopólico para desatar la protesta de 17 millones de personas en la calle las cuales en 4 días depusieron al régimen.
En ambos casos, el factor militar fue el pivote esencial. Al caer Mubarak, las fuerzas armadas retuvieron el control de la gestión gubernamental pero no tuvieron, o si lo tenían no lo aplicaron, un mapa de la ruta a seguir para que la transición desembocara en un sistema pluralista. Ellos no supieron, o no pudieron, evitar que el aprovechamiento de las instituciones democráticas tuviera una vez más como resultado el secuestro de las mismas libertades.
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@revengajr
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