José Rafael Revenga Junio 30, 2013
Actualización: La lección de la maestría en fútbol dada por Brasil a España hace minutos me induce a actualizar este blog escrito esta mañana:
EL GOL QUE NO FUE
La presidenta Dilma Rousseff decidió no estar presente en el Maracaná lo cual refuerza mi apreciación: "Brasil está en la calle".
Entrega original:
Los brasileños continúan en
la calle. El gobierno ha tomado acciones súbitas cancelando los aumentos de los
pasajes del transporte público –trenes, buses y metro- que sirvieron de
combustible inicial para las manifestaciones. No obstante, el “malestar” de fondo
se mantiene. http://bcove.me/zah1bcv1
Por ejemplo, el pasado
martes el gobernador de Sao Paulo –una metrópolis de 40 millones- postergó
hasta el 01.07.2014 el aumento del peaje en los 16.000 kilómetros de autopistas
de la región. Más de 10 capitales de estado y decenas de alcaldías han
revertido el aumento de equivalente a $0,10 decretado hace 2 semanas.
Junto a esas medidas, los
estadios recién renovados o totalmente nuevos han sido bautizados por los manifestantes
como “templos de corrupción”. La modernización del emblemático Maracaná ha costado unos $600
millones, casi el doble del presupuesto original mientras que las favelas a su
alrededor no han recibido mejora alguna. Los beneficiarios han sido grandes
empresas constructoras e inversionistas internacionales.
Otro ejemplo del adelanto en
las megas construcciones son: el estadio Mane Garrincha en Brasilia ($500
millones); la ampliación del aeropuerto de Río para atender cerca de 60
millones de pasajeros al año ($6.000 millones); la línea 4 del metro de Sao
Paulo ($2.000 millones) http://www.viaquatro.com.br/
y amplias modernizaciones al resto de los 12 coliseos en los cuales tendrá
lugar la Copa 2014.
El nuevo estadio Mane Garrincha, Brasilia |
En total, los gastos de
inversión sobrepasarán los $12 millardos en cuanto a la infraestructura de la
Copa. El gobierno calcula que ellos generarán más de $60 millardos en nuevas
actividades económicas durante el 2014. Sin embargo, es bien conocido que los
gobernantes tienden a exagerar los beneficios y minimizar los costos. Este tipo
de mega-eventos dan lugar a gigantescos déficits que terminan por poner a
prueba la economía de las naciones anfitrionas.
¿VALEN LA PENA LAS INVERSIONES EN LA COPA?Ciudades anfitrionas Mundial 2014 |
Si a ello le sumamos el enfriamiento de la economía brasileña -2,7% en el 2011 y 0,9% en el 2012- es razonable pronosticar el aumento del descontento popular en los próximos años. Un alto funcionario de la presidencia expresó: “La situación evoluciona con tal rapidez que no podemos predecir qué ocurrirá”:
Al mismo tiempo, el
Banco Central revisaba sus estimaciones del curso de la economía durante el
2013 al reducir la tasa de crecimiento del 3,1% al 2,7% anual. La inflación no
bajará del 6,5% este año y se calcula que para el 2014 se mantendrá en un nivel
5,4%.
Las anteriores
consideraciones se traducen en un preocupante desplome del apoyo y de la
opinión favorable (“excelente o bien”) dados por la opinión pública brasileña a
la gestión de la presidenta Rousseff. La caída ha sido de un 57% a principios
de junio a un 30% el sábado 29.06. Otra medición indica que 81% de la muestra
de entrevistados en el sondeo apoyan las protestas,
El mismo Neymar, poderoso
delantero e ícono de la selección nacional ha dicho en su cuenta en instagram (http://instagram.com/p/avwZ4Nxtk9/#)
“Quero um Brasil mais justo, mais seguro, mais saudável e mais honesto”.
“Siempre tuve fe en que no sería necesario que llegáramos al punto de tirarnos a la calle para exigir mejores condiciones de transporte, sanidad, educación y seguridad, sobre todo porque es una obligación del Gobierno. Mis padres trabajaron mucho para poder ofrecerme a mí y a mi hermano un mínimo de calidad de vida… Hoy, gracias al éxito que ustedes [en referencia a los aficionados] me proporcionan, podría parecer demagógico por mi parte —pero no lo es— levantar la bandera de las manifestaciones que recorren todo Brasil; pero soy brasileño y amo a mí país (…) Quiero un Brasil más justo, más seguro, más saludable y más honesto. En el partido contra México entro en el campo inspirado por esas movilizaciones, estamos juntos”.
La señal más clara que la clase política brasileña se encuentra extraviada es la propuesta de la presidenta Rousseff de convocar un plebiscito popular con el fin de aprobar la convocatoria de una asamblea constituyente para una reforma política. Casi de inmediato, la iniciativa fue declarada inconstitucional y, por ahora, solo permanece el proyecto del plebiscito pero sin definir cual sería su tema.
La evaluación positiva del gobierno de la presidenta de Brasil ha caído 27% en el mes de junio. |
Rousseff parece, una
vez más, haber perdido el contacto con “la calle”. Para ella, el plebiscito
debería versar sobre la reforma de los partidos políticos mientras para una
buena parte de la opinión pública el objeto de la consulta electoral debería
ser el amplio listado de las reivindicaciones solicitadas por los
manifestantes.
Los partidos se
encuentran en una grave crisis de popularidad y de legitimidad al ser el foco
de los escándalos de corrupción. Los analistas consideran que la gente no los
quiere ni aún reformados. O sea, el plebiscito en la mente de Dilma tiene poco
que ver con el plebiscito que está en la calle.
La salida a este
impensable nudo gordiano parecería girar en torno a la celebración de un
referéndum en vez de un plebiscito. El referéndum limitaría la consulta a un
simple sí o no en torno a la reforma de los partidos según un proyecto
elaborado por el Congreso mientras en el
estaría presente una serie de preguntas cuya respuestas servirían de base para
la reforma política.
No obstante, hay que
considerar que si el referéndum resulta negativo para el proyecto ya elaborado,
habría que comenzar de nuevo lo cual llevaría la consulta a aproximarse cada
vez más a la realización de la Copa a unos escasos 11 meses de distancia. El
Gobierno se encuentra apurado y en apuros para resolver una situación que nace
del fondo de unos 10 años de progreso desviado por la corrupción y el ostentoso
despilfarro del gasto público.
En el horizonte del
calculo político reina la elección presidencial pautada para octubre del
2014. En la lista de peticiones por
incluir en el plebiscito seguramente aparecería el tema de la reelección
presidencial lo cual pudiera resultar en que la presidenta Rousseff estaría
impedida de optar por un segundo período presidencial. Ya algunos prevén esta
posibilidad mientras otros opinan que la prohibición en cuestión podría
aplicarse solo a partir del 2018.
Otro asunto espinoso
de índole similar es la posibilidad constitucional de que un ex presidente se
presente de nuevo a ejercer la máxima jefatura después de 4 años de haber
ejercido su último mandato.
Esta disposición
también pudiera ser rechazada en un plebiscito. Es el caso concreto de Lula da
Silva, quién estuvo al frente del Ejecutivo por un total de 2 períodos, es
decir 8 años, y que en la actualidad está facultado para optar por una nueva
presidencia que se iniciaría el 01.01.2014.
El bloguero más
influyente de Brasil, Reinaldo Azevedo, elabora dos escenarios fundamentales:
(A) Dilma y Marina Silva (Ministra del Medio Ambiente del 2003 al 2008) disputan el segundo turno de las elecciones presidenciales a fines de octubre del 2014.
Para prefigurar la dinámica, hay que tener en cuenta que Dilma (PT) ha descendido bruscamente de un 58% de aprobación a 51% a principios de junio antes de las protestas públicas y a finales de junio se encuentran con un calamitoso 30%. En el mismo período, Marina Silva (REDE) ha generado los siguientes registros:16%, 16% y 23% lo cual denota una nueva gigantesca fragilidad de parte de la actual presidenta.
Marina Silva participó en las elecciones presidenciales del 2010 con la tarjeta del Partido Verde y obtuvo casi el 20% de los votos.
Su sitio oficial brinda mayor información:
http://www.minhamarina.org.br/home/home_campanha.php
B) Lula toma el relevo de Dilma y se presenta como candidato del PT.
La popularidad de da Silva también se ha visto erosionada por las protestas. En marzo pasado gozaba de un 60% de apoyo. Para comienzos de junio cayo a 55% y ahora es de solo 46%. Lula bien pudiera ganar en una segunda vuelta pero correría el riesgo de heredar una situación probablemente incontrolable lo cual vulneraría sus aspiraciones a desempeñar un alto cargo internacional tal como la secretaría general de las NN.UU.
Azevedo concluye su extenso
análisis, del cual he recogido solamente unos 2 párrafos, con una afirmación
que revela la imprevisibilidad del futuro a corto plazo de Brasil:
“En política no existen milagros. En política, los milagros son siempre brujerías”.
BRASIL vs ITALIA (22.06.13)
BRASIL vs ESPAÑA (27.06.13)
jrrevenga@gmail.com
@revengajr
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