José Rafael Revenga Octubre 16, 2017
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NOTA: La Teoría de Cisne Negro se refiere a los sucesos inesperados de gran magnitud, consecuencia y su papel dominante en la historia. Estos hechos, considerados atípicos extremos, colectivamente juegan roles mucho más grandes que los sucesos regulares.
Ver: ¨Lo inesperado: el cisne negro al acecho¨
Yemen, en el extremo sur de la Península Arábiga, se encuentra frente al estrecho de Bab al-Mandab uno de los principales puntos de estrangulación (¨chokepoints¨) de las rutas de navegación del petróleo y del comercio mundial en el extremo sur del Mar Rojo y frente al Golfo de Adén.
Dicho paso marítimo es solo comparable al estrecho de Hormuz en el Golfo Pérsico pues es la vía de acceso al Canal de Suez. No obstante, tradicionalmente su importancia ha sido soslayada y se le ha prestado poca atención al derrocamiento de su presidente y la toma de la capital, Sana, en septiembre 2014 por fuerzas insurgentes chiitas pertenecientes a la rama de los houthies.
La tragedia de la mortífera partición de Siria y el surgimiento de ISIS en Siria, Irak y Libia han acaparado la atención mundial lo cual ha colocado en la hornilla de atras a la toma de la mitad del territorio de Yemen por rebeldes financiados y equipados militarmente por Irán en una ¨guerra tercerizada¨ contra Arabia Saudí. Este conflicto, equivocadamente, ha sido considerado como una escaramuza regional.
A su vez, el Reino ha formado una coalición militar, activa desde marzo 2015, de varios países árabes y ha contado con la ayuda solapada de los EE.UU. en el entrenamiento de pilotos, reabastecimiento de los caza-bombarderos y la inteligencia necesaria para conducir los ataques aéreos. Las fuerzas especiales estadounidenses también han estado activas en la zona oriental de Yemen con miras a neutralizar una filial de al-Qaeda y elementos de ISIS.
El conflicto adquiere dimensiones regionales dado que expone al rojo vivo la enemistad entre Irán y Arabia Saudí la cual también se evidencia en Siria y en actos terroristas dentro del Reino. Hasta ahora se podía calificar con una buena dosis de eufemismo –ya hay más de 10.000 victimas y tres millones de desplazados- al conflicto en Yemen como una guerra de ¨baja intensidad¨ a pesar de algunos misiles de corto alcance disparados por los yemenitas en contra de posiciones saudís en la frontera oriental.
Sin embargo, varias acciones militares recientes señalan el inicio de la transformación del conflicto tercerizado en un escenario de guerra total en la cual los protagonistas se involucran directamente.
Las posibles repercusiones sobre el precio del petróleo apuntan a la aparición de una bandada de ¨cisnes negros¨.
En la noche del domingo 02.10 lo inesperado pero previsible ocurre cuando un destructor estadounidense [USS Mason DDG-87] se convierte en blanco de dos misiles lanzados desde tierra firma yemení por el ejercito rebelde de los hutíes. La nave es una plataforma de misiles cruceros y se encontraba acompañada por un segundo buque [USS Ponce LPD-15].
De inmediato el Mason se ve obligado a adoptar una postura defensiva activa y responde al ataque por medio del lanzamiento de dos misiles tipo SM-2 y un Evolved Seasparrow dirigidos a interceptar en el aire a los proyectiles enemigos los cuales fueron destruidos.
La situación táctica es aun mas compleja pues pocos días antes del ataque mencionado, los rebeldes hutíes habían disparado dos misiles de mediano alcance cuyo objetivo era la base aérea Rey Fahd cerca de Taif a unos 520 kilómetros de distancia. La facilidad militar es sede de importantes activos militares estadounidenses y se encuentra a poca distancia del lugar sagrado de La Mecca.
Cuatro días después del primer ataque, el miércoles 12.10 USS Mason es objeto de un segundo ataque misilístico el cual no impactó al destructor. En respuesta, el Pentágono autoriza la destrucción de tres instalaciones de radar en tierra firme yemení. La misión fue llevada a cabo por el destructor USS Nitze que lanzó varios misiles Tomahawk.
A continuación, el Contra-Almirante de la Armada de Irán, Habibollah Sayyari, informó acerca del envío de un destructor –el Alborz- y un buque de apoyo logístico –el Bushehr- a las aguas de la costa sur del Yemen.
Los misiles lanzados desde instalaciones
yemenitas son potencialmente letales. Una prueba de ello es el hundimiento de
un buque de apoyo logístico perteneciente a la Armada de los Emiratos Arabes
Unidos el sábado 08.10 en aguas internacionales en el estrecho Bab al-Mandab.
El misil en cuestión es de manufactura
china y seguramente fue provisto por Irán. Es del tipo Ying-Ji-802 con un
alcance de 120 km y vuela a menos de siete metros sobre la superficie del mar.
Las futuras apariciones del ¨cisne negro¨
pueden asumir varias formas entre ellas: i) impacto sobre una nave de guerra
estadounidense; ii) lanzamiento de un misil dirigido a un tanquero; iii) ataque
misilístico a la infraestructura de la industria petrolera saudí; iv) ataque a
la base principal de la Fuerza Aérea Saudí cerca de Taif y v) amenaza de cierre
del estrecho Hormuz por parte de Irán.
NOTA
El importante informe presentado en la
reunión del Global Energy Council en Estambul, Turquía a
principios de la segunda semana de octubre se encuentra disponible en:
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