José Rafael Revenga Diciembre 10, 2017
El general H.R. McMaster, Asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, calificó a Corea del Norte como “la mayor amenaza inmediata a los EE.UU.” en un foro el sábado 02.12.2017.
El oficial añadió: “la probabilidad de una Guerra con Corea del Norte aumenta cada día”. Dicha declaración reconoce lo obvio pero su contenido no permite deducir la inminencia de una conflagración. Sin embargo, quiso enfatizar “no tenemos mucho tiempo para evitar un conflicto armado”.
Después de dos meses de inacción el presidente Kim Jong Un (Kim)lanza un nuevo misil (Hwasong-15) el miércoles 29.11.2017 mas poderoso que los anteriores en el sentido que puede alcanzar la Costa Oriental de los EE.UU. probablemente con una carga nuclear.
El misil logro una incréible altitud de 4.475 km para después estrellarse en el Mar de Japón a 1.000 km de su punto de origen. Si su trayectoria hubiera sacrificado altitud por distancia recorrida esta hubiera superado los 13.000 km requeridos para impactar a Washington.
Pero aun mas significativo que el desarrollo de un verdadero misil balístico intercontinental (ICBM) es el hecho del progreso logrado a pesar de las amenazas verbales, de la condena del Consejo de Seguridad de las NN.UU., del nivel creciente de las sanciones internacionales, de los ejercicios militares estadounidense con Corea del Sur, de los sobrevuelos de bombarderos con capacidad nuclear, del encuentro inusitado de tres portaviones en el Mar de Japón y de las negociaciones de EE.UU. con China para que recorte totalmente el suministro de petróleo a su cliente norcoreano.
Todo ese conjunto de declaraciones y tímidas acciones han sido insuficientes frente a la determinación estratégica de Corea del Norte de ingresar en el club de las naciones con poderío nuclear proyectable a miles de kilómetros de distancia.
Previo a la reciente demostración de fuerza por parte de NorCorea las especulaciones en torno a la modalidad de un ataque misilístico consideraban en el caso extremo un ataque a la isla de Guam o a Hawai o al norte de California o a alguna instalación militar en Japón o, con un misil táctico, a un portaviones.
Cualquiera de estas acciones habría desencadenado una respuesta mortífera por parte de los EE.UU. y sus aliados. Hasta hace poco la mayoría de las conjeturas, muchas de ellas provenientes de expertos calificados, giraban en torno a que era innecesaria la preocupación dado que Corea del Norte tardaría unos tres años en desarrollar un arma con capacidad efectiva de lanzar una ojiva nuclear a un blanco predeterminado.
Los hechos recientes demuestran lo contrario y de allí el júbilo demostrado por Kim y su Alto Mando en ocasión del lanzamiento. Kim juega, por decirlo así, a robarse la segunda base e ir adelantándose para cruzar “home” en términos de beisbol.
El “home” para él no es disparar el misil contra cualquier blanco que afecte la seguridad de los EE.UU. Se trata mas bien de convertirse en una potencia nuclear de primer orden. ¿Y por qué no? India y Pakistán lo son así como Inglaterra, Francia, Rusia, China, USA y varias naciones europeas asociadas a la OTAN. Es un club muy selecto que posee en total unas diez mil armas nucleares proyectables. Además, habría que incluir a Ucrania, Belorusia y Kazakhstan con una capacidad latente.
En la copiosa información disponible sobre los lanzamientos de misiles por Corea del Norte desde hace un par de años no me ha sido posible encontrar referencias a ciertos temas que van mas allá de la amenaza creciente a los EE.UU.
Por ejemplo, China debería sentirse en la mira de Kim pues está a fácil alcance de los misiles intermedios. Consideremos la importancia que China le asigna a su dominio naval en el Mar del Sur de China el cual estaría amenazado por misiles convencionales y hasta con una carga táctica nuclear tal como lo relata un informe de seguridad:
“In expanding naval operations from the South China Sea and Western Pacific into the Indian Ocean, China is pursuing a “two-ocean” (战略, liang ge haiyang) strategy. This is the manifestation of China’s new strategy of “far-seas operations” (远海作战, yuanhai zuozhan) endorsed since the mid-2000s, to be achieved through deployment and berthing facilities across the Indo-Pacific, in part to meet energy security imperatives and thereby achieve “far seas protection” (远海护卫, yuanhai huwei) and power projection by the Chinese Navy.”Mas aun, si se puede convivir con una Corea del Norte nuclearizada, será muy difícil disuadir a Irán que no haga lo mismo. De hecho, ya el tratado de no proliferación nuclear se viene abajo. Y si Irán evidencia dicho potencial Israel probablemente no tardará en responder y sacará out en segunda base al corredor que parte de la primera almohadilla.
Por último, no hay que dejar de considerar una alianza naciente entre Israel y Arabia Saudí en cuanto a una estrategia preventiva y aun ofensiva. La mas reciente conceptualización sobre la dinámica de la amenaza y los esfuerzos por detener su escalada ha sido la declaración del General McMaster quien sábado 02.11.2017 se pronunció de la siguiente manera:
“Creo que la amenaza aumenta de día en día, lo cual significa que estamos en una carrera, en verdad estamos en una carrera para resolver este problema”.Sin embargo, quiso enfatizar “no tenemos mucho tiempo para evitar un conflicto armado”.
Mientras la única estrategia frente a la amenaza coreana siga siendo aplicar sanciones poco eficaces y mal cumplidas conjuntamente con un llamado a nuevas sanciones a ser instrumentadas especialmente por parte de China la cual no ha resuelto su postura definitiva, los preparativos militares se amplían y la retórica aumenta de temperatura.
Un gran número de los aviones de combate mas avanzados (F-22 y F-35) han llegado a Corea del Sur en la Base Aérea Kunsan para participar en intensos “juegos militares” que replican los blancos por neutralizar en el norte de la península. Aun un ataque preventivo para obliterar la capacidad nuclear norcoreana sería altamente costoso desde todo punto de vista especialmente para SurCorea.
Los expertos calculan que NorCorea cuenta con unas fuerzas armadas de 1.100.000 combatientes con el siguiente arsenal: 1.000 misiles de diversos alcances; 5.500 lanzadores múltiples de cohetes; 1.100 aviones; 300 helicópteros; 4.300 tanques y 2.500 vehículos armados. Otro cálculo indica que en la primera hora Corea del Sur recibiría mas de 10.000 impactos de cohetes y misiles. Si el conflicto bélico llegara a desencadenarse las bajas pudieran superar el millón.
Los EE.UU, tienen unos 30.000 efectivos militares en Corea del Sur y otros 45.000 en Japón. Ciertamente se verían involucrados. La isla de Guam también sería un blanco. Los dos ejércitos coreanos cuentan con un millón de efectivos cada uno pero el del Norte cuenta con mayor capacidad de fuego. No hay duda que ambas Coreas quedarían devastadas.
Algunas voces del máximo nivel en el complejo militar estadounidense plantean que se debe “recuperar la iniciativa estratégica”. Hasta ahora no he encontrado ningún contenido sobre el modus operandi de dicha misión.
Otros opinan que va a ser necesario aprender a vivir con la capacidad de Corea del Norte de definir blancos en los EE.UU. para ser objeto de un ataque con armas nucleares.
La embajadora estadounidense en las NN.UU. declaró en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad un día después del lanzamiento del super misil:
“Si la guerra llega, será debido a los continuos actos de agresión…y si llega, que nadie se equivoque, el régimen de Corea del Norte será totalmente destruido”.
Una vez disparado el misil la
cuenta regresiva hasta el impacto es la siguiente para varias ciudades:
New York – 10.909 km (40 minutos 30 segundos)
Londres – 8.655 km (32 minutos 20 segundos)
Washington - 11,028 km (41 minutos)
Moscú – 6.407
km (23 minutos)
Seoul – 212 km (50 segundos)
Beijing – 814 km (3
minutos)
Bruselas – 8.504 km (31 minutos 50 segundos)
Tokio – 1.283 km (4 minutos 50 segundos)
Gracias por calibrar con precisión el verdadero alcance de las posibilidades nucleares norcoreanas. Particularmente significativa es la tabla de tiempos de impacto sobre un grupo de ciudades específicas, norteamericanas, asiáticas y europeas. ¿Significa esto que los sudamericanos pudiéramos sobrevivir a una guerra con todos los hierros porque no aparecemos en esa lista, y ser entonces la cuna de la salvación de la especie humana? Para contestar esta pregunta tomo una observación de diciembre de 1984 (en Debate Viso, Urbaneja, Alcalá http://doctorpolitico.com/1984/12/10/debate-viso-urbaneja-alcala/): "Mucho se ha pensado, en una especie de convicción de invulnerabilidad final muy acusada en nuestro pueblo, que una conflagración nuclear en países del Hemisferio Norte (OTAN-Varsovia), si bien nos afectaría grandemente por el lado económico, al menos nos sería leve en cuanto a lo físico, a los daños por los efectos mismos de las explosiones, entre otras cosas por distancia y por factores naturales tales como el pulmón del Matto Grosso. Pero los modelos más recientes de meteorología nuclear nos muestran cómo nos veríamos directa e impensablemente afectados por un invierno artificial de proporciones cataclísmicas, que incluiría la traslación, por inversión de los ciclos eólicos normales, de nubes de hollín y polvo que harían barrera a más del 90% de la radiación solar incidente (con lo que muy pronto la superficie terrestre descendería a temperaturas de subcongelación) y de nubes intensamente radiactivas. (Para un caso base de un intercambio de 5 .000 megatones, equivalente a la mitad del arsenal actual. Ackerman, Pollack y Sagan, Scientific American, agosto de 1984)".
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