José Rafael
Revenga Diciembre 19, 2015
jrrevenga@gmail.com
@revengajr
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- Primera incertidumbre: ¿PP o PSOE?
- Segunda incertidumbre: ¿Como pasar de un duopolio a una coalición de partidos minoritarios para lograr una mayoria parlamentaria?
- Los partidos emergentes -Ciudadanos y Podemos- se consolidan pero integran un segundo grupo
- Las últimas encuestas afianzan las incertidumbres
- ¿España es capaz de enfrentar el futuro en base al pasado?
- Tres candidatos jovenes frente a uno que no lo es
- ¿Cuál es el perfil de un candidato "presidenciable?
- El electorado español resiste tanto la ortopraxis como la improvisación y el aventurismo
A una semana de las elecciones 20D para designar al nuevo presidente del Gobierno de España, el triple empate –PP, Ciudadanos y PSOE- diagnosticado por Metroscopia en base a los resultados de la encuesta llevada a cabo a fines del pasado noviembre, parece haberse evaporado.
Los últimos estudios
realizados entre el 07.12 y el 10.12–está prohibido la publicación de encuestas
a partir del martes 15.12- revelan un sorpresivo nuevo impulso por parte del PP
y de Podemos mientras el PSOE con Pedro Sánchez y Ciudadanos con Albert Rivera
pierden algo del momentum adquirido.
Un editorial de elpais.com comenta la gran incertidumbre
que reina sobre el desenlace de un proceso multifactorial al dejar atrás la
solución binaria:
“Ya no estamos ante un sistema de dos partidos muy destacados sobre el resto, en el que la incertidumbre residía en cuál de ellos iba a obtener mayoría absoluta o una minoría muy potente al borde de aquella. Ahora hay cuatro opciones en pugna por definir su peso y sus respectivos perímetros en un nuevo sistema en el que, salvo enormes sorpresas, todas van a ser minoritarias”.
Una primera incertidumbre
La casi indescifrable dinámica de la recta final incluye
los siguientes factores cuyo engranaje desconocido enturbia cualquier visión
prospectiva:
· Pedro Sánchez denuncia el montaje de
un “frente anti-PSOE”, por parte de los otros tres contendores principales, lo
cual él estima se debe al reconocimiento que ejerce la primera opción de
triunfo:
"Unos vienen de nuevas [Ciudadanos y Podemos] y dicen que quieren hacer lo que ya hicimos... Que no se inquieten que lo volveremos a hacer…Votarles es votar al PP; votar al PSOE y no a otro es el voto del cambio,…”.
"Agradezco el frente anti-PSOE que han montado entre PP, Ciudadanos y Podemos, porque demuestra que estas elecciones son cosa de dos",
Sánchez intenta evitar una migración
hacia las dos nuevas fuerzas –Ciudadanos y Podemos- proyectándose como
alternativa con experiencia presidenciable y alternativa al PP.
Albert Rivera, el promotor y
candidato de Ciudadanos, cierra su campaña electoral en Madrid el lunes 14.12
con la clara intención de atraer tanto los votos del PP como los del PSOE a la
vez que intenta restarle viabilidad a Podemos e insiste en lograr el apoyo de
indecisos y abstencionistas:
"Es la hora del cambio. No podemos aguantar más. Llevamos años quejándonos de un bipartidismo decadente. Ha llegado la hora de cambiar todo eso, y no lo vamos a cambiar con un cabreo, lo vamos a cambiar con un proyecto…Queda una semana para el día más importante de España en los últimos 35 años. Los españoles decidirán si gana el miedo o la ilusión. Podemos ganar estas elecciones. Solo ganaremos si movilizamos a todo el mundo".
La dinámica oculta de los últimos días
previos al 20D queda reflejada en el debate “cara a cara” celebrado el 14.12
entre Mariano Rajoy (PP) y Pedro Sanchez (PSOE). A los dos les convenía el
enfrentamiento de los dos partidos tradicionales mientras los protestatarios de
la llamada “nueva política”, Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Iglesias
(Podemos), se contentaban con un programa especial en “La Sexta” una vez
finalizado el primer debate. El propio Rajoy lo explica en una frase: “es lo
que siempre se ha hecho”. En verdad, el jefe del Gobierno temía perder simpatizantes
frente a Rivera.
Frente a la crítica emanada de
personeros del Gobierno acusando a Sánchez de haber sido maleducado al afirmar en
el debate que Rajoy “no es una persona decente”, el abanderado del PSOE replicó:
“El problema no es el candidato del PSOE, sino el del PP. Solo le dije lo que piensan la mayoría de los españoles; no podía pasar de puntillas por asuntos tan graves como los que han afectado y manchado la vida pública española”.
El candidato del PSOE
apostó a radicalizar la oposición a Rajoy para asi drenar votos tanto de
Ciudadanos como Podemos. Decidió utilizar un tono bronco y unos términos agresivos
que parecen haberle servido en aumentar un par de puntos en el cierre de la
competencia. ¿Serán suficientes? Solo el desenlace lo determinara:
“No fue un debate bronco. Creo que fue vibrante y yo tenía la necesidad de desmontar las mentiras de Rajoy. Mi intervención fue directa y se corresponde con un juicio muy severo sobre las graves responsabilidades políticas que comprometen al presidente del Gobierno tras más de seis años, con una catarata de casos de corrupción a cada cual más grave y en la que siempre aparece el PP”.
Frente a la pregunta formulada por el conductor del
debate:
“Las encuestas
dan la victoria al PP. El PSOE quedaría cuatro o cinco puntos por detrás. Ninguna le da ganador”.
Sánchez responde:
“Yo creo que estamos en empate técnico, y ahora el voto útil va a ser más útil que nunca para poner fin al Gobierno de los recortes sociales, al que no tiene voz en el mundo, para que la recuperación sea justa y resolvamos la crisis de convivencia que hay en España”.
El miércoles 16.12 el influyente elpais.com da como
ganador en el “cara a cara” a Sánchez versus Rajoy:
“Pedro Sánchez ganó claramente el debate del lunes por la noche y salió muy reforzado como candidato a La Moncloa, mientras que Mariano Rajoy, que acudió mal preparado, perdió los papeles y salió derrotado. El cara a cara celebrado entre los dos líderes desautorizó el pronóstico inicial de un encuentro anodino entre representantes de dos viejos partidos desgastados por largas prácticas bipartidistas: la ofensiva desencadenada por el socialista, pidiendo cuentas a Rajoy por la corrupción y la desigualdad social, permitió una verdadera dinámica de debate sobre algunos problemas graves, de los que Rajoy quería zafarse y Sánchez no le dejó”.
Un vocero del PP intentó suavizar la ausencia
declarando que el presidente Rajoy ganó el debate por no estar presente.
La estrategia electoral de Sánchez queda clara en su
respuesta a otra pregunta:
P. “Albert Rivera ha
dicho que no le apoyará; tampoco a Rajoy”.
R. “Rivera miente y,
si puede, apuntalará a Rajoy en La Moncloa. Y Podemos ha renunciado a ganar las
elecciones; solo va contra el PSOE. Por eso es fundamental que el voto no se
divida”.
En otras palabras,
podemos inferir que Rajoy goza de una ventaja competitiva debido a las acciones
interesadas de sus rivales al estar estos enrumbados en un curso de acción con la mira en beneficios individualistas.
Así Rivera de
Ciudadanos tiene en la mira un acuerdo con el PP en las Cortes y por tanto no
lo agrede mientras Podemos ataca al PSOE y no al PP con la finalidad de captar
votos en la izquierda convencional pero rejuvenecida la cual pudiera absorber a
los simpatizantes de Podemos.
Considero que
expresado en términos sencillos, “the heart of the matter” –en este caso el probable nuevo triunfo de Rajoy – la victoria del PP- se deberá al cálculo ensimismado
tanto de Ciudadanos como de Podemos lo cual relegará al PSOE a un segundo
lugar.
Las actitudes fundamentales
Las actitudes fundamentales
El
Centro de Investigaciones Sociológicas de Madrid dio a conocer hace pocos días su
Barómetro de la opinión pública española para el mes de Noviembre 2015.
Selecciono algunos de los temas consultados:
1 P: Y
refiriéndonos ahora a la situación política general de España, ¿cómo la
calificaría Ud.: muy buena, buena, regular, mala o muy mala? [en porcentajes]
Muy
buena 0,2
Buena
3,8
Regular
24,1
Mala
36,3
Muy
mala 31,9
N.S.
3,3
Me
impacta que un 70% responda “mala, muy mala” lo cual debería ser el detonante
de una pérdida de apoyo electoral por parte del PP, actual partido de gobierno.
2 P; Y, ¿cree Ud. que dentro de un año la situación
política del país será mejor, igual o peor que ahora?
Mejor
20,4
Igual
39,3
Peor
15,0
N.S.
24,1
N.C.
1,3
Según
se desprende de estos resultados solo una quinta parte considera viable el
mejoramiento de la situación política mientras un muy significativo 40% opta
por el inmovilismo y un 25% por la incertidumbre.
La paradoja de
la desaparición del duopolio para ceder a un multipartidismo de cinco agrupaciones
(incluyo en este caso a la Izquierda Unida) es que puede favorecer a que
cualesquiera de las cuatro principales agrupaciones venza en una contienda
electoral.
Esto en la
actualidad favorece al PP lo cual, de triunfar, congelaría la corrección de
rumbo deseada por tres de cada cuatro españoles quienes votarían por la
esperanza de una renovación en las personas de Sánchez, Rivera o Iglesias.
La situación reviste
rasgos de crisis en cuanto a la gobernabilidad de la nación al considerar que
77,5% evalúan al “paro” como el primer, segundo o tercer principal problema. Además,
el 40,1% seleccióna a “la corrupción y el fraude” en las mismas casillas.
Con todo eso, la
estimación final preelectoral de Macroscopia llevada a cabo en los primeros días
de diciembre es la siguiente como porcentaje de votos validos:
PP: 25,3%
PSOE: 21,0%
Ciudadanos:
19,1%
Podemos: 18,2%
La segunda incertidumbre
En España el número
de votos no es directamente proporcional a los escaños obtenidos en las Cortes.
Las llamadas elecciones generales son el resultado de 50 elecciones parciales
lo que resulta en una proporcionalidad asimétrica sobretodo en las provincias
medias y pequeñas en las cuales salen favorecidos los partidos que ocupen el
primer y el segundo lugar.
Por ejemplo, en
la estimación de los votos resultantes por partido, el PSOE aventaja a Podemos
en solo 2% lo cual en la práctica se traduce en una diferencia estimada de 90 a
60 escaños lo cual le resta capacidad negociatoria para entrar en una coalición.
Metroscopia calcula
que el PP obtendría 109 diputados en la votación del 20D, una pérdida significativa de los 186
obtenidos en las elecciones a finales del 2011 con lo cual obtuvo la mayoría en
un total de 350 escaños.
Ahora, aun triunfando en el 20D, el PP se vería obligado a negociar con el PSOE el cual pudiera lograr
unos 90 curules (en comparación con 110 en el 2011).
Ciudadanos obtendría alrededor de 60 escaños, un monto similar al previsto para Podemos.
Ciudadanos obtendría alrededor de 60 escaños, un monto similar al previsto para Podemos.
¿Cuál sería el
contenido, las modalidades y la permanencia de una posible y ciertamente
incomoda coalición entre el PP y el PSOE? Esa es la formulación de la segunda
incertidumbre.
Me temo que “aquello
estaba deseando ocurrir” tendrá que esperar.
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