José Rafael Revenga Octubre 04, 2015
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• Putin decide llenar el vacío dejado por Obama
• Rusia establece una base militar en Siria
• Rusia inicia bombardeos el 30.09.
• Rusia declara la guerra al Estado Islámico
Guerra avisada
La postura estratégica del Presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, en relación a Siria y a la amenaza sin contener del Estado Islámico, no ha variado desde que sorpresivamente hizo publicar un comunicado de una página en el New York Times [ver aquí] hace dos años:
“Siria no se encuentra inmersa en una batalla por la democracia sino en un conflicto armado entre gobierno y oposición en una nación multireligiosa. Hay pocos campeones de la democracia en Siria. Pero sobran luchadores de Al-Qaeda y extremistas de todas las especies batallando contra el gobierno. El Departamento de Estado de los EE.UU. ha designado al Frente Al Nusra y al Estado Islámico de Irak y el Levante, que luchan con la oposición, como organizaciones terroristas. Este conflicto interno, potenciado con armas extranjeras suministradas a la oposición [anti-Assad], es uno de los más sangrientos en el mundo. Mercenarios provenientes de países árabes están presentes, y centenares de militantes de países del Occidente y aun de Rusia, son un tema de nuestra profunda participación. ¿No podrán ellos regresar a nuestras naciones con la experiencia adquirida en Siria?” (11.09.2013)
Hoy, algo más de dos años después del comunicado publicitado, el presidente Putin en su discurso el lunes pasado 28.09 en la Asamblea de las Naciones Unidas, declara que los EE.UU. y sus aliados cometieron un “enorme error” al rehusarse a cooperar con el gobierno del Presidente Bashar al- Assad en su combate contra los militantes islámicos. Adicionalmente, Putin se ofrece como líder de una coalición para eliminar a ISIS y para proporcionar “una asistencia global al legítimo gobierno de Siria”.
Putin sorprende nuevamente
La presencia militar rusa en Siria tomó a las potencias occidentales por sorpresa. Su ejecución, incluyendo el traslado de tanques, misiles tierra-aire, equipo pesado de construcción y por lo menos cuatro Sukhoi-30, no se extendió más de cinco días. Posteriormente, Rusia ha aumentado su arsenal aéreo a más de 30 unidades.
El jueves 24.09 los militares estadounidenses habían detectado el sobrevuelo de un drone y varias misiones piloteadas aparentemente con el objetivo de familiarizarse con el terreno de la provincia de Idlib y Hama en el occidente de Siria. Sin embargo, si bien formularon la hipótesis que la etapa inicial de la operación rusa era atacar a las áreas en las cuales predominan los “rebeldes occidentales”, no recibieron la autorización para iniciar cualquier respuesta de alerta.
Una semana después, Rusia ha instalado por lo menos nueve tanques T-90 y ha edificado facilidades para 2.000 efectivos correspondientes a batallones de apoyo logístico y de operaciones especiales.
La firmeza que caracteriza la puesta en operación de los activos ofensivos rusos ha sido tal que el miércoles 30.09 a las 9am un general ruso de tres estrellas comunica a su contraparte en la aviación estadounidense que remueva sus aviones del teatro de operaciones para evitar un encuentro no intencional. Minutos después la aviación rusa entra en acción y define como blanco a los rebeldes apoyados –débilmente- por varias naciones occidentales.
El Secretario de Defensa de los EE.UU., Ash Carter, dijo el miércoles 30.09 que sus aviones de ataque, actualmente bombardeando a blancos del Estado Islámico, no alteraran sus planes de vuelo:
“La coalición continuará volando sus misiones sobre Irak y Siria como lo tenemos planificado. No pensamos introducir ningún cambio en nuestras operaciones aéreas”.Igualmente, criticó que durante los primeros dos días de la ofensiva rusa ningún blanco del ISIS había sido atacado. La acción rusa es una clara defensa del gobierno de al-Assad.
En un primer momento no se producen ataques contra unidades del Estado Islámico el cual es reconocido por todos como la principal amenaza que enfrentan Siria, Irak e Irán.
La estrategia de Putin
Las características de la acción rusa son portadoras de un mensaje que no admite dudas en cuanto a su interpretación. De ahora en adelante, Rusia toma sobre sus hombros la defensa del gobierno sirio y de hecho excluye a los Estados Unidos de cualquier presencia y derecho a participar en negociaciones conducentes a una solución política.
La postura de Putin debe ser vista como un acuerdo no solo con Siria sino con Irak e Irán lo cual convierte a la Federación en un protagonista de primera línea en la búsqueda de un nuevo equilibrio de poder en el Medio Oriente.
Si bien formalmente las autoridades militares estadounidenses han declarado en un primer momento que no alterarían sus acciones aéreas en contra de ISIS en el norte de Siria e Irak es de suponer que extremarán el cuidado de no tropezar con activos rusos lo cual conduciría a un enfrentamiento bélico directo entre las dos grandes potencias.
El jueves 01.10 altos oficiales rusos y estadounidenses mantuvieron una videoconferencia para asegurar que los aviones de lado y lado operando en Siria mantuvieran comunicación vía canales internacionales y así evitar la escalada de las tensiones. En el intercambio “cordial y profesional” se puso de moda la palabra “deconflict” o sea el proceso de reducir el grado de conflictividad.
La estrategia de Putin se centra en lograr una victoria militar sobre el Estado Islámico, disminuir la capacidad de acción de los llamados “rebeldes” y apuntalar al gobierno de al-Assad para después proceder a un cambio de gobierno. Obama criticó a Putin el viernes 02.10 afirmando que Rusia no tendría éxito al desencadenar la opción militar e insistiendo en un llamado “gobierno de transición” sin la presencia de al-Assad.
La estrategia de Obama
Se puede calificar la estrategia de Obama durante los últimos años como la de “una inacción camuflada”. Primero se limitó a organizar, financiar, equipar y entrenar a un ejército de oposición que no solo se fragmento casi de inmediato en varias organizaciones rivales sino que algunas de ellas se transmutaron en filiales de Al-Qaeda.
Las dimensiones minúsculas del entrenamiento recibido, la deficiencia de las armas otorgadas y el reducido número de efectivos activados sumadas a la ausencia de una estructura unificada de mando garantizaban un esfuerzo fallido y alimentador del caos interno.
El segundo componente de la estrategia de Obama fue el lanzamiento sin cesar de ataques aéreos en contra de activos de ISIS en el norte de Siria e Irak. A pesar de haber realizado más de 2.000 misiones (sorties) en los últimos 15 meses, el poderío aéreo norteamericano, apoyado por varias naciones occidentales, no ha logrado quebrarle el espinazo a ISIS.
Obama se ha resistido colocar tropas en el territorio sirio lo cual si bien es comprensible activa un dogma de la doctrina militar según el cual es imposible un control efectivo del teatro de operaciones sin “boots on the ground”.
En la práctica, USA carece de una estrategia no solo para Siria sino para la mayor parte del Medio Oriente. Putin ha arrebatado el liderazgo a nivel de la región, frente a una amenaza con ramificaciones globales, de las manos inertes del presidente Obama.
Este desplazamiento tendrá profundas repercusiones sobre la situación de Irak y propiciará la extensión del radio de acción de Irán lo cual es percibido por Arabia Saudí como una amenaza vital. Israel y Egipto se considerarán directamente afectados, la situación en el Líbano se volverá incandescente y el régimen de Bashar al- Assad se ve increíblemente fortalecido.
Toda esta peligrosísima dinámica que contiene un gigantesco potencial de escalada tiene su inicio el 21.09 cuando en la ciudad siria de Latakia, en la costa oriental del Mediterráneo, descienden de los cielos cuatro aviones de combate Su-30 y decenas de aviones de ataque Su-25 Frogfoot y Su-24 Fencer. Escasos días más tarde otros seis Su-30 aterrizan en la base aérea la cual es defendida por vehículos blindados y varias baterías de misiles tierra-aire SA-15 y SA-22.
Todo este despliegue trasciende los requisitos para conducir operaciones anti-ISIS por lo cual varios analistas interpretan que Putin anticipa la posibilidad que los EE.UU. puedan responder militarmente a su expulsión del complejísimo teatro de operaciones vigente en una Siria que padece una cruentísima guerra civil durante los últimos cuatro años.
Mientras tanto, Rusia se ha convertido en el primer enemigo del terrorismo yihadista y ha incorporado el apoyo de voceros de la Iglesia Ortodoxa quienes han calificado el combate anti-terrorista como una obligación moral y hasta “sagrada”.
Es válida la hipótesis que afirma que las acciones militares de Rusia han sido coordinadas con los gobiernos de Siria, Irak e Irán.
Rusia insiste que el marco de referencia de su intervención es legal y totalmente divorciada (“un enfoque diametralmente diferente”) al de las potencias occidentales involucradas en el conflicto dado que el gobierno en Damasco ha solicitado formalmente la ayuda. Putin culpa al Occidente del mortífero pantanal en que se ha convertido Siria debido a su apoyo no solo ilegal sino menguado y en muchos casos contraproducente.
Hay otra interpretación de la activación de la presencia de Rusia en Siria. Ella se basa en la conversación sostenida en ocasión de la Asamblea General entre los presidentes Putin y Obama en Nueva York. De acuerdo con esta versión, Putin le comunicó a Obama su decisión de involucrarse en Siria mediante la ejecución de una opción militar ya que las opciones políticas habían fracasado y los Estados Unidos habían apoyado a unos rebeldes sin contar con la autorización del Consejo de Seguridad.
No sería de extrañar que existiera lo que un instituto calificado [ver aquí] ha denominado como un “apoyo tácito” de Washington a las acciones rusas. En verdad, desde mediados de agosto pasado las fuentes especializadas reseñaban el movimiento de activos militares con destino a la base naval rusa en el puerto de Tartus muy cercano a Latakia.
Además, parece algo artificioso que los rusos hayan “ordenado” a las fuerzas aéreas USA despejar la zona solo minutos antes de proceder con sus ataques cuando es de presuponer que un mayor grado de alerta ha estado activado con estudiada anticipación para evitar un accidente que implicara el derribo de un avión ruso por uno estadounidense o viceversa.
Una nueva coalición en el Medio Oriente
La ofensiva aérea rusa es solo un componente de una estrategia militar que cuenta con centenares de tropas especiales iraníes e iraquíes y miles de combatientes del Hezbollah provenientes del Líbano que acudirán a la defensa de Damasco, peligrosamente sitiada por los elementos de Al Nusra –filial de Al Qaeda- y Ahrar al-Sham, para luego reconquistar el territorio cedido en el norte y este del país al ejército del Estado Islámico.
El resultado neto es una coalición militar liderada por Rusia con el apoyo del ejército oficial de Siria. Los rebeldes “terroristas”, hasta ahora apoyados irregularmente por varias naciones occidentales, identificados como el Ejército Libre Sirio y el Ejercito de Al Fatah serán blancos militares de la aviación rusa. En la práctica se trata de un poderoso ejército que permite que Irán, entre otros, se encuentre próximo a la frontera de Israel.
El impacto del nuevo cuadro militar y geopolítico ha encendido graves preocupaciones en la monarquía saudí la cual considera al gobierno del presidente al-Assad como uno de sus principales enemigos.
El reino de Arabia Saudí considera terroristas tanto al Estado Islámico como al régimen sirio. Así lo expreso su embajador en las NN.UU. al dar a conocer su “profunda preocupación en relación a las operaciones militares ejecutadas en Homs y Hama en las cuales no están presentes fuerzas de ISIS…Exigimos que se detengan de inmediato y no vuelvan a ocurrir”.
Los voceros oficiales de Arabia Saudí consideran que la etiqueta de “terroristas” se aplica no únicamente al Ejercito Islámico (ISIS) sino también al régimen Sirio y sus aliados terroristas como el Hezbollah y las fuerzas especiales iraníes QUDS.
La iniciativa militar de Putin debilitará una primera etapa de acercamiento entre la Federación y el Reino iniciada en junio pasado. Las crecientes coincidencias entre Rusia e Irán pueden ser interpretadas por Arabia como un relajamiento de las clausulas acordadas en relación al desarrollo de la energía nuclear para finalidades militares.
Al tener ese vector en consideración se hace necesario desarrollar el escenario de una coalición de Arabia con Egipto y Pakistán sin excluir una colaboración técnica sottovoce con Israel.
La estrategia de Putin es difícil de descifrar dada su complejidad y el hecho que prevé un desarrollo a lo largo de varias etapas diferenciadas en sus metas.
De manera simplista, pudiéramos identificar varios hitos y presupuestos:
1)El régimen de al-Assad colapsa. Las fuerzas rebeldes apoyadas por Occidente dominan en el noroeste (Hama) e Idlib (suroeste) y amenazan a Damasco.
2) Están en juego los puertos de Latakia (aeropuerto en manos de Rusia) y Tartus (base naval rusa) sobre el Mediterráneo esenciales para el posicionamiento de Rusia en la región.
3) El Estado Islámico es una amenaza territorial para Siria, Iraq y hasta Irán,
4) Remover a al-Assad conduce al caos. Es previsible una coalición entre los rebeldes y Al-Qaeda para derrocar al gobierno de Siria.
5) Se requiere un gobierno de transición sustentable cuya composición no se ha especificado. Obama propone una “transición gerenciada” sin especificar la practicidad del término.
6) En el peor de los casos, y sin contar con una victoria militar sobre el Estado Islámico, Rusia adquiere una posición con fuerza política y militar en el pantanal sirio lo cual la magnífica como interlocutor frente a Europa y a los EE.UU.
7) Rusia ha abierto un Centro de Coordinación de Inteligencia en Bagdad junto con oficiales de Siria, Iraq e Irán.
Para entender la visión de Putin subyacente a sus estrategias y sub-estrategias corolarias es indispensable referirse al pensamiento de Sergey Karaganov, quizás el más influyente asesor del Kremlin como presidente honorario del Consejo sobre Políticas de Defensa y Relaciones Internacionales:
“Nos encontramos en una situación pre-Guerra Mundial, pero debido a las armas nucleares no caeremos en ella. Pero sí podría darse una situación militar o casi-militar. Nuestros colegas occidentales no entienden nada. Ellos creen que Putin y sus colegas tienen como objetivo ganancias económicas. No es correcto. Ellos buscan poder y orgullo”.
¿Y ahora?
Irán ha provisto a Hezbollah –aliado de al-Assad- con 75 tanques rusos modelos T-55 y T-73. Obviamente serán utilizados en la defensa de Damasco frente a los rebeldes apoyados por el Occidente y a la filial Al-Nusra.
China ha decidido unirse a la alianza militar Ruso-Iraní al enviar el portaviones Liaoning CV-16 a Tartus, la base naval rusa en Siria. La nave acomoda un escuadrón de aviones J-15 Flying Sharks.
Rusia aumentó su presencia militar en Siria la semana pasada al enviar dos poderosas naves: el Moskva -su mayor crucero equipado con misiles- y el Saratov, buque de desembarco con 300 marinos y por lo menos 15 tanques.
El sábado 03.10 el vocero del Ministerio de Defensa de Rusia informa que la Fuerza Aérea ha conducido unas 60 misiones de ataque y ha bombardeado más de 60 blancos pertenecientes al Estado Islámico en tres días de operaciones. Igualmente, relató que en las últimas 24 horas (02.10) jets de ataque Sukhoi Su-34 y Su-24M han llevado a cabo 20 misiones y han impactado nueve instalaciones del Estado Islámico.
Las operaciones se encuentran bajo el mando del teniente General Andrey Kartapolov, jefe del Primer Directorio del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Rusas. Rusia estima que la operación militar aérea se prolongará por unos tres a cuatro meses pero en comparación con la llevada a cabo por USA durante 15 meses se caracterizará por una alta intensidad.
Alexei Pushkov, presidente de la Cámara de Diputados, esclareció la estrategia de la operación rusa:
“El blanco principal está constituido por los grupos del Estado Islámico más cercanos a Damasco. Necesitamos eliminar a estos grupos o por lo menos neutralizarlos, después veremos cuál es el futuro de Siria”.
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