José Rafael Revenga Enero 27, 2013
¿Cuán rápida puede llegar a ser Internet? No es cuestión de una especulación ociosa. Hay que recordar que hace 20 años, el acceso a IN era vía un modem con una velocidad de transmisión de 56 kbps (kilobits por segundo) vía una línea telefónica. Hace 10 años surge la opción de “banda ancha” que ha transformado nuestras vidas en múltiples dimensiones y ha convertido a IN en un permanente acompañante en cualquier sitio y de manera casi instantánea a través de una variedad de conectores: PC, tabletas, TVs y móviles.
La
dislocación generada en nuestra manera de vivir la vida diaria, debido la
“revolución digital”, ha sido comparada metafóricamente con las consecuencias de
la irrupción de la “civilización industrial” hace dos siglos y medio. La referencia
se queda corta debido a que la modificación de los procesos de manufactura tomó
largas décadas y su tasa de penetración fue muy disímil en diferentes países de
manera tal que aún a mediados del siglo XX, existían vastas regiones del mundo caracterizadas
como pertenecientes a una era pre-industrial.
El
cataclismo surgido a raíz de la aparición de IN ha trastornado a casi todos los
pueblos de manera acelerada y en muchos de ellos, su cobertura se aproxima a
una saturación de la población. Pero quizás la nota más distintiva es su
transmutación continua. Otras innovaciones han sido domesticadas y puestas bajo
control. En cambio, IN no cesa de sacudirnos.
Cuando
creíamos estar anclados frente al PC, surgen los móviles. Cuando creíamos que
IN era solo texto, aparece la transmisión de videos. Cuando pensamos que un pen
drive de 1GB de capacidad era algo nunca antes visto, surge este año el modelo
que alberga 512 GB. Cuando estábamos colmados con la capacidad de almacenaje de
los discos duros aparece la memoria sólida “flash”. Cuando estábamos saturados
por millones de sitios web, aparecen centenares de miles de apps dedicadas. Cuando nos satisfacía
una velocidad de transmisión de 1 Mbps –un millón de bytes por segundo-(hasta
ahora la predominante en la oferta de los proveedores venezolanos) surge la
posibilidad de una alternativa 10 veces más veloz, la de 10 Mbps “la 10 mega). Con ella podemos ver en la
actualidad películas provistas por Netflix
en tiempo real.
Y ahora estamos
por ver, no todos, pero si un número aceleradamente
creciente de internautas y en una fase meta-experimental, la multiplicación por
varios factores de la velocidad de transmisión por línea de fibra óptica. IN
está por convertirse en una UN, es decir en una Ultra Net.
El año
pasado un equipo de investigadores, pertenecientes a Caltech y a la Universidad
de Victoria, demostró que era viable la transmisión de data entre servidores en
red, a unos 200 km de distancia, con una velocidad de unos 186 Gbps durante 11
horas vía un cable bidireccional de fibra óptica. Esto significa una capacidad
de transmitir unos 100.000 discos bluray
cada 24 horas lo cual equivale a un disco bluray
por segundo. Es decir, en un mero parpadear, puedo recibir y almacenar el bluray de 2 horas que he seleccionado.
El cambio, o la trasmutación que tenemos en puerta no
tiene que ver solo con la velocidad con que nos llega el contenido o documento.
Eso que llamamos “bajada”. Hasta ahora la prioridad ha sido asignada a la
rapidez del “download” mientras la “subida” o "upload” de documentos
digitalizados propios , tales como el envío de emails, PDFs, fotos y videos, ha
ocupado un segundo lugar en la ingeniería de las mega-redes de servidores. Esto
está por sufrir un trastorno gigantesco. La asimetría existente entre las
velocidades de “bajada” y la de “subida” desaparecerá progresivamente.
Hoy en día, amplias
zonas de Suecia, Japón, Corea del Sur y Hong Kong ofrecen a los usuarios
personales y a las organizaciones la transmisión de data digitalizada simétrica en ambas direcciones. Las
velocidades simétricas disponibles varían entre 50 Mbps y 1 Gbps. Esto significa, en el nivel inferior, una
velocidad en ambas direcciones, 5 veces mayor que la mejor oferta en Venezuela.
Si bien un factor de 5x no deja de ser considerable en la expansión
de cualquier sistema físico, biológico u organizativo, cuyos efectos podemos
vislumbrar en algún grado, se requeriría del talento imaginativo de varios
Julios Verne para asomarnos a la dimensión de la realidad generada por la
transmisión digital a velocidades con un factor de 10x, o mismo hasta 100x, a
la mejor que disponemos en la actualidad en el país.
La mayor transformación en el uso diario de IN, cuando
dispongamos de los saltos iniciales hacia la Ultra Net, definida arbitrariamente
como el umbral de los 100Mbps, se dará al conectarnos “bajando” y “subiendo”
con velocidades simétricas.
Si la comparamos con la velocidad de conexión predominante (2Mbps) en Venezuela, la nueva tecnología de transmisión permite pensar en una IN más veloz por un factor de 50x (50 x 2Mbps) y hasta uno
de 500x (500 x 2Mbps) al poder disfrutar de 1Gbps. Contentemosnos con un primer salto de hasta 50Mbps -un factor de 25x- a
corto plazo. El resto vendría por añadidura.
Si ya la “bajada” a esas velocidades es como lanzarse en un
tobogán totalmente empinado en el cual nos llegan documentos de la más alta
calidad (UHD) y de extensiones y aplicaciones hoy
inimaginables incluyendo 3D, lo que
todavía no sospechamos son cuales serían las
consecuencias de poder “subir”a la red global, con esa mega-velocidad, contenidos elaborados personalmente . Esto permitirá disponer de servidores de almacenaje y transmisión para
el uso personal.
Por lo tanto, se hará cada vez menos conveniente alojar
nuestro emails, blogs, sitios web, fotos, textos y videos en servidores
externos como facebook, instagram o youtube. Nada nos impedirá, ni costo ni tecnología, lanzarnos a “subir”
y “servir” a los millardos de navegantes cualquier tipo de contenido generado por cuenta propia.
Así, si algún amigo con vocación de cineasta quiere dar a conocer su más
reciente producción en HD con una
duración de 2 horas, podrá hacerlo sin empacho alguno. Seremos testigos de otro cambio sustancial
al contar con nuestro propio servidor para operar nuestros
emails.
Y más impresionante,
podremos contar con nuestra propia “nube” en el servidor a nuestro lado en vez
de depender de un proveedor de servicios que las coloca en la atmósfera fuera
de nuestro alcance.
Todo esto se traducirá en la
aparición de un nuevo “tecnofacto” or “hardware” que reúna las funciones de
almacenaje y conexión con la Red. El acrónimo, hoy de uso común entre los
especialistas, es NAS que significa
“network-attached storage solution”. Al irrumpir la Ultra Net en nuestro
quehacer diario las siglas NAS serán
de uso tan frecuente como el PC. Y
para reducir mi vulnerabilidad personal y no depender de un tercero, siempre
podré tener otro servidor de respaldo o almacenaré mi archivo integral en el
servidor personal de un compañero o colega.
Mientras se vaya difundiendo
la utilidad y conveniencia de contar con servidores personales que almacenen
gigantescas cantidades de archivos, en el otro extremo del abanico de la
innovación nos encontramos que IBM ha logrado operar un complejo de servidores integrado 200.000 discos duros para dar lugar a un almacén
digital con capacidad para acoger 120 petabytes (PB) equivalentes a 120
millones de gigabytes o igual a 2 millardos de horas de música MP3. Facebook
ocupa actualmente el primer lugar en contar con un complejo que almacena unos
30 PB para atender al millardo de sus usuarios. La proeza de IBM permite pensar en un nuevo salto cuántico. Google Fiber inició en el 2012 la instalación experimental de un complejo de fibra óptica que sirve -a un costo de $70 mensuales- a centenares de hogares en Kansas City. La nueva red de conexión permite una velocidad de transmisión de 1Gbps o sea un factor de 500x superior a la "banda ancha" promedio venezolana y unas 70 veces la velocidad promedio de los EE.UU. El mayor impacto hasta
la fecha es convertir a la ciudad huésped en un hub
de innovadores empresariales.
Se puede visitar el centro de demostración y servicio: Google Space, 1814 Westport Road, Kansas City, MO.
La
velocidad de conexión se ha transformado en un indicador fundamental del
bienestar de las naciones. Tiene una incidencia directa en la educación, la
economía y la cohesión social de todo país. Una baja velocidad de conexión
promedio en una sociedad es causante directo de su retraso en incorporarse a la
red global. Por lo tanto, los Estados deben procurar como política oficial la
expansión y la aceleración del servicio de conexión para sus habitantes.
Una
medición actualizada cada 30 días, en este caso hasta el 22.01.13, muestra unos resultados sorpresivos en cuanto
al nivel de velocidad promedio de “banda ancha” alcanzado en varios países y en
comparación, el preocupante atraso relativo en otros.
Por
ejemplo, Hong Kong encabeza la lista de las primeras 10 posiciones nacionales con
un espectacular registro de 44,30 Mbps. Hay que tener en cuenta que los indicadores se refieren a promedios. Por lo tanto, hay velocidades superiores o inferiores en las diversas regiones y ciudades de las naciones señaladas. Por ejemplo, en China varias ciudades cuentan con una velocidad de transmisión superior a los 80 Mbps.
A continuación, el resto de la lista:
Mpbs
Singapur 39.06
Japón 37.27
Lituania 35,91
Taiwan 34,10
Corea
del Sur 33, 48
Andorra 33,13
Luxemburgo 32,80
Holanda 29,78
Suiza 29,70
En
el renglón entre 15 y 10 Mbps se ubican: USA (15,37); Francia (14,49); España
(13,21); Israel (12,97) y Vietnam (11,18).
Por
debajo de Paraguay (3,22) y pasando por Zimbabue, Nicaragua, Uganda, Perú,
República Dominicana, El Salvador, Honduras, Zambia, Tanzania, India,
Guatemala, Indonesia, Nigeria y Haití, se encuentra Venezuela con 1,91 Mbps,
una posición que le garantiza quedar excluida de la marcha del siglo 21 si no
se activan factores de recuperación.
jrrevenga@gmail.com
@revengajr
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