Raúl Castro en su discurso en la Asamblea Nacional, La Habana, agosto 1, 2010 |
José Rafael Revenga Septiembre 20, 2010
En abril pasado el General de Ejército y presidente Raúl Castro declaró que en Cuba el “socialismo manguangua” había llegado a su fin: “Cuba es el único país del mundo en que se puede vivir sin trabajar”.
Al mismo tiempo anunció un plan quinquenal para desemplear a un millón de funcionarios públicos –uno de cada cinco trabajadores del total de la fuerza laboral cubana de unas 5,1 millón de personas de las cuales cerca de un 90% están en la nómina gubernamental.
EL SOCIALISMO MARXISTA NO DA MÁS
PBSNewsHour, septiembre 16, 2010
Después de medio siglo de penuria, escasez y racionamiento en el cual el control de la población se basa en que casi todos dependen de un salario como burócratas oficiales equivalente a unos Bs.F.100 mensuales, los ductores del socialismo marxista (“actualizado” con el remoquete “siglo XXI”) reconocen que éste, funcionalmente, no da más.
Tanto no da más que a los dos meses del anuncio del plan, la ejecución del mismo ha tenido que ser acelerada drásticamente.
En lugar de desemplear, a partir del 1º de octubre, a 200.000 personas a lo largo del primer año del “plan”, la implacable realidad del fracaso funcional obliga a quintuplicar la velocidad del desenganche obligado: 500.000 personas serán lanzadas por la borda del desvencijado barco del aparato gubernamental en los próximos seis meses.
Por lo menos otras 500.000 personas serán desalojadas de sus obligados empleos improductivos e infra-remunerados durante el resto del 2011 para así cumplir con la meta forzada por la inviabilidad del histórico modelo económico.
Las duras exigencias de la realidad económica hacen que se dejen atrás las palabras pronunciadas por el vicepresidente Machado Ventura el 26 de julio pasado y citadas, hace sólo seis semanas, por el presidente Raúl Castro en su discurso en la Asamblea Nacional del Poder Popular el 1º de agosto pasado:
“…proseguiremos con sentido de responsabilidad, paso a paso, al ritmo que determinemos nosotros, sin improvisaciones ni precipitaciones, para no errar y dejar atrás definitivamente errores o medidas que no se avienen a las condiciones actuales”.
El “ritmo” ha tenido que ser acelerado por las “condiciones objetivas”, el “paso a paso” ha sido insuficiente. Todo lo cual casi inevitablemente, dará lugar a “improvisaciones” y “precipitaciones” inevitables.
Septiembre 18, 2010
LA NUEVA CARTA MAGNA DEL SOCIALISMO MARXISTA
El lunes 13 de septiembre, el sitio oficial Granma.cu, trae en un pequeño aparte el pronunciamiento de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), sepultado entre noticias, supuestamente de mayor trascendencia, sobre el segundo volumen de las memorias del Comandante-en-Jefe Fidel Castro, la continuidad del bloqueo, las expulsiones de Francia de las comunidades de gitanos de Rumanía y Bulgaria, y el “invierno nuclear”.
Esta noticia “bomba”, soslayada en el medio oficial, tiene mayor impacto real que la ya célebre frase: “ni en Cuba funciona nuestro modelo”:
“Nuestro Estado no puede ni debe continuar manteniendo empresas, entidades productivas, de servicios y presupuestadas con plantillas infladas, y pérdidas que lastran la economía, resultan contraproducentes, generan malos hábitos y deforman la conducta de los trabajadores.”
Todas las empresas y entidades referidas pertenecen al sector estatal de la economía el cual en la práctica maneja la totalidad de la economía y es el único empleador.
¿Cómo generar el nuevo sector “no-estatal” de la economía en un país que abolió la empresa privada hace 40 años?
El pronunciamiento de la CTC trata de describir “las nuevas formas de relación laboral no-estatal” en base a conceptos de vaga operacionalidad: “el arrendamiento, el usufructo, las cooperativas y el trabajo por cuenta propia”.
El arrendamiento de un local lo ejecutaría un “cuentapropista” decidido a instalar una barbería o un pequeño restaurante. La propiedad del local seguiría siendo del gobierno.
El usufructo, más bien, se refiere a quien reciba una pequeña extensión de las 2 millones de hectáreas baldías retenidas por el Estado para producir vegetales, frutas o granos. El usufructuario tendría la opción de llevar sus productos al mercado y venderlos a un precio fijado por él.
ESTRATEGIA OBLIGADA Y MÉTODO INCIERTO
La estrategia: reducir las nóminas o plantillas de los empleados “considerablemente abultadas en el sector estatal”.
El método: “suprimiendo los enfoques paternalistas que desestimulan la necesidad de trabajar para vivir y con ello reducir los gastos improductivos, que entraña el pago igualitario, con independencia de los años de empleo, de una garantía salarial durante largos períodos a personas que no laboran”.
Es casi incomprensible la terquedad, la ceguera de los dirigentes de un sistema político empeñados por medio siglo en convertir a todo ciudadano en un empleado público y establecer la igualdad social mediante un pago igualitario equivalente a unos $20 mensuales independiente de si se hace, qué se hace, cuán bien se hace y desde cuánto tiempo se viene haciendo.
FUNDAMENTOS DE LA ECONOMÍA: UNA LECCIÓN POR APRENDER
Raúl Castro en su discurso del 1º de agosto afirma que las elites dirigenciales y los sectores populares de la sociedad cubana finalmente han comprendido algunas de las leyes básicas de la economía humana las cuales son indiferentes a las etiquetas convencionales de “marxismo” o “capitalismo”:
AljazeeraEnglish, septiembre 13, 2010
“sin el aumento de la eficiencia y la productividad es imposible elevar salarios, incrementar las exportaciones y sustituir importaciones, crecer en la producción de alimentos y en definitiva sostener los enormes gastos sociales propios de nuestro sistema socialista, esfera en la que también estamos en el deber de ser racionales, ahorrando mucho más sin sacrificar la calidad”.
¿A DÓNDE IRÁN? ¿QUÉ HARÁN?
El Estado Socialista cubano ofrece que “nadie quedará abandonado a su suerte”. La CTC reconoce que el éxito del nuevo manejo de la economía dependerá de dos condiciones: del “aseguramiento político” que reciba y del “consenso social que alcancemos sobre la pertinencia económica y política de este paso”.
Ninguna de las dos condiciones están garantizadas. La dirigencia cubana inicia un proceso de aprendizaje “in extremis” en cuanto a la producción y productividad de bienes económicos sin contar con la felicidad de cuantiosos subsidios externos como en el pasado.
Algunos comentaristas opinan que se trata de una especie de “capitalismo popular”. Es un apodo equivocado. El medio millón de personas ya desplazadas de la burocracia estatal se encontrarán literalmente en la calle: sin adiestramiento laboral para desempeñarse en nuevas actividades, sin capital de trabajo propio, sin poder recurrir a fuentes de financiamiento, sin tener una clientela asegurada. Sin saber qué hacer ni cómo hacerlo.
Por ejemplo, quien decida, con la ingeniosidad propia del cubano, montar una peluquería tendrá que sortear por lo menos los siguientes obstáculos:
· ubicar un local disponible y proceder a pagarle renta al Estado;
· conseguir el equipo y útiles imprescindibles; invertir en la adecuación del local;
· reclutar y remunerar al personal de apoyo;
· cancelar el suministro de electricidad y de otros servicios;
· fijar los precios de su servicio sin tener punto de comparación;
· atraer a una clientela que antes no pagaba por el servicio pues éste estaba “socializado” en manos del Estado “benefactor”;
· reportar sus ingresos, cancelar sus impuestos hasta ahora desconocidos.
La lista no incluye múltiples peripecias que el neófito emprendedor se verá forzado a superar.
AlJazeeraEnglish, mayo 23, 2010
En el caso de los “nuevos agricultores”, ellos requerirán, además de capacitación, experiencia, supervisión, semillas, fertilizantes, tractores, equipos de siembra y cosecha, mano de obra auxiliar, financiamiento, fijación de precios, subsidios, engranaje con los mayoristas o canales propios de distribución, etc.
La economía centralizada cubana ha luchado durante medio siglo con estos parámetros para finalmente reconocer su fracaso. ¿Sabrá el Estado cubano manejar y propulsar la “nueva economía” en el futuro inmediato en su nuevo papel de ductor y supervisor?
Es más correcto etiquetar este proceso de emergencia como el lanzamiento forzado de un buhonerismo caótico.
“BARCO EN VARADERO, NO GANA DINERO”
El pronunciamiento de la CTC define los criterios normativos de la transformación de la economía cubana:
1)”Dentro del sector estatal solo será posible ir cubriendo las plazas que resulten imprescindibles, en labores históricamente deficitarias de fuerza de trabajo, como la agricultura, la construcción, maestros, policías, obreros industriales y otros”.
2)”Ya no será posible aplicar la fórmula de proteger o subsidiar salarialmente de forma indefinida a los trabajadores. En la identificación, traslado y ubicación hacia otras labores tendrá un papel muy importante la gestión y disposición personal del interesado”.
3)”Hay que revitalizar el principio de distribución socialista, de pagar a cada cual según la cantidad y calidad del trabajo aportado. Los sistemas de pago por resultado, aplicados en centros con plantillas mejor ajustadas, continuarán siendo la vía para elevar la productividad y como consecuencia de ello, el ingreso de los trabajadores”.
Todos los criterios reseñados son anatema para una economía centrada sólo en el Estado. Un Estado que intenta convencer a “todos” que “Estado” y “pueblo” son sinónimos mediante el sofisma propagandístico “poder popular”.
VIVIR SIN TRABAJAR Y TRABAJAR SIN VIVIR
Raúl Castro: “Hay que borrar para siempre la noción de que Cuba es el único país del mundo en que se puede vivir sin trabajar”.
La contrapartida, complementaria para el “caso Venezuela”, sería: “es el único país del mundo en que se puede trabajar sin vivir”.
Nuestro gobierno actual aún no ha aprendido a borrar ninguna de las dos nociones.
Lo que es inadmisible es que sigan gobernando en Cuba quienes le impusieron el terrible costo de terror, muerte y tortura durante cincuenta años, para decir al cabo, con su cara muy lavada, que el modelo socialista no funciona.
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