José Rafael Revenga Noviembre 12, 2017
El sábado cuatro de noviembre una tempestad de
arena encubrió la estructura tradicional del manejo multi-tribal y consensual del poder en la monarquía saudí integrada por
unos 3.000 príncipes de diversos linajes.
El Príncipe de la Corona, Mohammed bin Salman,
sucesor inmediato a sus 32 años de su padre el Rey Salman bin Abdel Aziz, instrumentó
un vuelco adicional en su propósito de la toma efectiva del control del poder
central del Reino y la desarticulación de amenazas provenientes de once príncipes de la familia real combinados con
decenas de ministros y empresarios y, de manera especial, del jefe de la
todopoderosa Guardia Nacional, el príncipe Mit’eb bin Abdullah,
hijo del fallecido Rey Abdullah, y de uno de los mayores millardarios
del mundo: el príncipe al-Waleed
bin Talal. Ademas han sido congeladas mas de 1.800 cuentas bancarias.
La estratagema utilizada fue la creación de facto de
un llamado todopoderoso Comité Anti-Corrupción el cual durante la noche
encarceló sin cargos formales a todos los señalados y les congeló sus bienes en
la mejor tradición de una purga consumada.
Coincidentalmente, el domingo 05.11 un helicóptero
saudí se vino abajo con ocho personas entre ellas el hijo de un anterior
Príncipe de la Corona depuesto en abril del 2016.
El mismo sábado 04.11
el conflicto entre los Huties rebeldes (Movimiento Ansarullah) y una coalición
liderada por el Principe de la Corona Saudí y Ministro de Defensa Saudí en el
Yemen, ubicado en la esquina suroeste de la Península Arábiga, escaló a una
nueva etapa al ser lanzado un misil balístico a mas de 500 km el cual fue
interceptado en las proximidades del aeropuerto internacional de Rhiad. Si bien
los Huties han disparado varios misiles de corto alcance durante los últimos tres
años el mas reciente pone la capital saudí y las instalaciones petroleras
–especialmente los oleoductos- en la mira.
La guerra entre el Yemen y la coalición de países árabes del Golfo Pérsico se prolonga desde el 2015 y mas que una disputa regional es considerada por Arabia Saudí como un acto de guerra tercerizada por Irán a quien acusa de adoctrinar, entrenar y armar a los militantes chiítas. Específicamente, señala a elementos del Cuerpo de Guardias Revolucionarios del Islam presentes en Yemen.
Frente a la
acusación Saudí de considerar al ´mas reciente lanzamiento como “un acto de
guerra” el vocero de la Cancillería Iraní declaró como “sin fundamento” dichos
alegatos.
Es altamente improbable que no se desate una guerra efectiva entre Irán y Arabia Saudí. Además de tener en cuenta el antagonismo religioso permanente entre chiítas y sunies hay que tener en cuenta el prolongado objetivo de dominación geopolítica en la región por parte de cada uno.
Hasta el presente Irán ha tomado la iniciativa al apoyar
eficazmente a los rebeldes hutíes en el Yemen en escalada progresiva de ataques
que han incluido disparos de misiles balísticos contra unidades de la Armada
estadounidense para culminar en el lanzamiento del cohete de mediano alcance el
pasado sábado 04.11. a las inmediaciones de la capital saudí.
Es imposible no configurar este último disparo como un acto
de guerra flagrante. De hecho el gobierno saudí lo calificó de tal manera de
inmediato y procedió a un bloque marítimo y aéreo total del Yemen con las
gravísimas consecuencias para la población yemení. La embajadora estadounidense
en las NN.UU. replicó la acusación.
Es conveniente prospectar acontecimientos adicionales a fin de
posicionar el análisis sobre bases realistas. Como parte de una estrategia
iraní de provocación puedo visualizar uno o mas lanzamientos balísticos
apuntados a la capital saudí, a sus instalaciones petroleras -incluyendo
refinerías y oleoductos- y/o dirigidos a unidades navales de la coalición de
países árabes del Golfo de la cual USA es miembro.
Una causa mas inmediata de una gigantesca conflagración con
efectos impredecibles sería el ataque a los tanqueros que acceden al Mar Rojo y
eventualmente al Canal de Suez provenientes del Golfo de Aden desde el Golfo
Pérsico, el estrecho de Hormuz y el Mar
Arábigo.
Los hutíes disponen del misil antibarco C-802 cuyas baterías
ubicadas en la costa occidental de Yemen alcanzan con toda facilidad cualquier
navío que pase entre las costas de Yemen y las de Djibouti y Eritrea en el
Continente Africano. Po r el
estrecho de Bab-al- Mandab circulan mas
de 4 millones de b/d.
El peligro no se limita al teatro de operaciones en el Yemen. El Líbano cayó completamente bajo el gobierno del Hezbolá, aliado de Irán, la semana pasada lo cual motivo a Arabia Saudí, Kuwait y los Emiratos a ordenar el retiro de todos sus ciudadanos de esa nación. La amenaza se extiende a Israel y Jordania además del enfrentamiento en Siria para ayotar al presidente al-Assad a fines de controlar territorio sirio colindando con el Líbano.
El peligro no se limita al teatro de operaciones en el Yemen. El Líbano cayó completamente bajo el gobierno del Hezbolá, aliado de Irán, la semana pasada lo cual motivo a Arabia Saudí, Kuwait y los Emiratos a ordenar el retiro de todos sus ciudadanos de esa nación. La amenaza se extiende a Israel y Jordania además del enfrentamiento en Siria para ayotar al presidente al-Assad a fines de controlar territorio sirio colindando con el Líbano.
De la otra parte, es conveniente incluir la proactiva
determinación del Príncipe de la Corona Saudí, recién consolidado en el manejo
de la Monarquía, en enfrentar la multi-frente amenaza Iraní la cual también se
hace presente en Irak y cuenta de alguna forma con el apoyo de Qatar.
Como
consecuencia de la alta conflictividad presente en el Medio Oriente los precios
del petróleo han aumentado mas del 4% durante la última semana para colocar al
Brent en $64,12/b y el WTI en $57,21/b. Obviamente, la cesta venezolana se
benefició al colocarse solo a un par de dólares por debajo de la marca del WTI.
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