9/5/15

GIGANET: A LA VELOCIDAD DE LA LUZ, CASI


José Rafael Revenga                                                                                                 Mayo 10, 2015

jrrevenga@gmail.com
@revengajr

  •       Nuestra circunstancia se desenvuelve en una atmósfera digital
  •      La hipervelocidad toca a la puerta: 1000 veces más veloz
  •      El streaming se impone al download
  •      El televisor se convierte en una pantalla más
  •      La Giganet saca de juego a la televisión convencional


Una reciente nota de prensa de uno de los grandes proveedores de interconectividad da a conocer  la génesis sigilosa de un nuevo mundo que terminará por demoler los esquemas institucionales y los patrones de comportamiento hasta ahora prevalecientes en nuestro modo de vivir y comunicarnos.

Hasta la fecha el desarrollo y la expansión de IN durante las últimas dos décadas, desde su aparición dotada con navegadores amigables, han trastornado nuestro modo de relacionarnos con nuestra circunstancia al multiplicar exponencialmente nuestra capacidad de procesamiento y utilización de todo tipo de información.

Esta primera ola expansiva abarca directamente el universo de casi  tres de cada siete habitantes planetarios y pronto enredará a otras mil millones de personas que serán nuevos nodos activos en la gigantesca maraña bajo construcción que ahora incluye a las poblaciones de los llamados países emergentes.

Ahora nos encontramos en los albores resplandecientes de un nuevo salto cuántico en el cual los avances de la tecnología son punteros de una nueva forma de vida que solo un actual Julio Verne tendría la capacidad de narrar, ilustrar y prefigurar. Ya no se trata de la cobertura o del alcance o de la penetración de IN. Es cuestión de una profunda transformación tecnológica en la velocidad con la cual los contenidos –bits- viajan de uno a otros nodos o neuronas individuales.

El salto a la hipervelocidad

Hace pocos días la corporación Comcast anunció la oferta de un servicio de conexión IN de alta velocidad (high-speed) para las zonas del centro y norte de California para así poder atender a unos tres millones de clientes residenciales. La revelación estremecedora es que el servicio promete una velocidad, tanto para upload como download, de 2 gigabits por segundo (Gbps). El servicio se conoce como Gigabit Pro.

Esto equivale a 200 veces la máxima velocidad teóricamente disponible en Venezuela y 1000 [¡ mil!] veces la velocidad estándar ofrecida en el país la cual es un minúsculo 2Mbps.

Un incremento de esa magnitud no puede sino tener impactos innovadores imprevisibles en casi todas las esferas del accionar humano.

El servicio ofrecido por Comcast consiste en más de 220.000 kilómetros de fibra óptica instalados en las zonas californianas mencionadas que incluyen a San Francisco, Monterey y Santa Barbara. La híper velocidad de conexión permitirá a sus felices usuarios subir o bajar 100 canciones en 2,4 segundos o la totalidad de una película HD en 12 segundos.

El streaming se impone al download

Esto multiplicará por varios factores la grabación personal de todo tipo de video por subir. Consideraremos a los actuales servicios tipo Youtube, Instagram, Twitter y otros afines como pertenecientes a una “edad de la piedra” en cuanto a la calidad y facilidad para almacenar, clasificar y compartir documentos personales.

Nos veremos casi obligados a aprender y a inventar nuevos usos para una tecnología que nos desborda con sus potencialidades. Se me ocurre que dotado de una camarita gopro montada sobre mi cabeza puedo grabar de manera permanente cualquier episodio, breve o prolongado, de mi vivencia para archivarlo, etiquetarlo y transmitirlo de hecho en tiempo real a quien quiera en donde sea. Haré las veces de una estación transmisora de video con un alcance multitudinario a nivel mundial.

Pero quizás el mayor impacto inmediato reside no tanto en el contenido que podemos subir sino lo que podemos bajar directamente en sentido de streaming de contenidos de video a nuestros computadores.  Tenemos ya los bien conocidos servicios de Netflix, HBO y Amazon los cuales están poniéndole fin a la transmisión de TV vía receptores de señal al aire o vía satélite o vía cable.

Es imposible sobreestimar como este modelo de transmisión de contenido trastorna los conocidos hasta ahora en cuanto a hábitos de parte de la audiencia y al servicio prestado por las grandes corporaciones de TV. Son las generadoras de streaming las que han tomado las riendas de la producción de las más exitosas series de televisión. Entre ellas figuran
HBO Now, Sling TV y PlayStation Vue.

De hecho, el televisor como receptor de contenido ha quedado para el baúl de los recuerdos y su función se limita a ser pantalla. El PC o el smartphone le han sustraído su papel activo como instrumento de acceso a los contenidos de video.

La Giganet no es un asunto experimental  cuya novedad se limita a una novelería. Comcast ha informado que incorporará a la región de Atlanta al nuevo servicio este mes de mayo y tiene programado extender el servicio a unos 18 millones de hogares para fines del 2015.

Es iluminador comparar los costos asociados con los diferentes niveles de velocidad del servicio de interconectividad. El servicio básico ofrecido por Comcast tiene una velocidad de 3 Mbps con un costo mensual de $34,99. El nuevo servicio –incluye televisión-de la Giganet -2 Gbps- tendrá un costo de unos $150 mensuales.

Sin embargo, Comcast ofrece otras opciones en cuanto a velocidad de la conexión y “combos” de acceso a la programación televisiva.  Por ejemplo, ofrece el paquete de una conexión de 105 Mbps –unas 52 veces más rápido que la disponible en Venezuela con acceso a 45 canales de TV en adición a HBO y Showtime.

Para complementar la multiplicidad de nichos que surgen en un mercado desarrollado como el estadounidense Comcast ofrece otra opción definida por una velocidad de 250 Mbps  o sea 125 veces superior a la nuestra en Venezuela.

Una nueva política pública de interconectividad

O sea un planteamiento razonable para una política oficial de sustrato al servicio básico de interconectividad, el cual con razón muchos consideran como un derecho humano tanto en el acceso a la información como en su generación y difusión, seria fijar una meta inicial de 100 Mbps o sea 50 veces superior a la actual y 20 veces inferior a la Gigabit de Comcast. 

No se trata solo de favorecer un usufructo y desarrollo personal sino potenciar a las empresas públicas y privadas para operar con eficiencia en el ámbito mundial tal como el extraordinario caso de alibaba.
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Uno de los ejemplos más impactantes actualmente en curso de acelerada realización es la plataforma “streaming” de Netflix la cual recientemente inauguró su servicio “Global” mediante el cual todos los contenidos se encuentran disponibles a todos sus clientes sin limitaciones basadas en la ubicación geográfica de ellos.

Este acceso ilimitado es ya una práctica común mediante la cual los usuarios hacen uso de una dirección especial -un Virtual Private Network- y al introducir cualquier código ZIP de los EE.UU. gozan de un acceso sin restricciones. Netflix busca ofrecer un acceso formal independiente de las limitaciones territoriales impuestas por los estudios de producción a “la Hollywood”.

Un ejemplo: Grey’s Anatomy podrá ser vista por todos incluyendo aquellos suscriptores de  Netflix en Gran Bretaña que la tienen vetada por causa de derechos comerciales.

Por detrás de acontecimientos similares está en plena expansión un cambio de uso del contenido: el “download” se ve sustituido por el “streaming”. En cualquier momento y en cualquier situación tengo acceso inmediato al contenido deseado tantas veces como quiero.

La competencia entre los proveedores acelera la expansión

Comcast no es el único proveedor de IN de hipervelocidad. Otras plataformas como Google con su servicio Fiber, ATT con GigaPower y Verizon compiten fuertemente por un mercado en pleno desarrollo. Hasta el presente estas últimas ofrecen una velocidad máxima de 1 Gbps pero compensan su desventaja relativa con una acelerada ampliación de la cobertura.

Por ejemplo, Google ofrece “un tipo de IN y TV diferente” en Atlanta (disponible), Austin, Charlotte, Kansas City, Nashville, Provo (disponible), Raleigh-Durham y Salt Lake City (disponible). En total, Google estudia llegar a 34 centros urbanos a corto plazo.
  
En https://fiber.google.com/about/ Google ofrece un claro ejemplo de una carrera entre un servicio a 1000 Mbps y uno a solo 10 Mbps, el máximo teóricamente disponible en Venezuela. La comparación entre bajar 100 fotos es de 3 segundos versus 4 minutos 40 segundos. Otra prueba se refiere al tiempo de bajar una película HD la cual arroja 7 segundos versus 10 minutos 56 segundos.

Todo esto me hace recordar cuando los usuarios pioneros de IN en Venezuela pasábamos largos minutos y hasta más de una hora en establecer una conexión dial-up para horas más tarde bajar una primitiva pagina de texto. Vale la pena hacer el ejercicio a fin de experimentar el nuevo mundo de la Giganet unas 500 o 1000 más veloz que aquel al cual nos hemos habituado.

Siempre me ha entusiasmado el personaje y la obra de Isaac Asimov, autor de más de 500 libros de divulgación científica y pionero de la ciencia-ficción. Asimov solía plantear interrogantes sobre situaciones-limites. En el caso de la velocidad de transmisión de bits por fibra óptica se me ocurre preguntar por cual vendría a ser el límite teórico.

Después de googlear un buen rato y de descubrir múltiples informaciones interesantes, alcanzo llegar a una respuesta: la velocidad máxima de la interconectividad vía IN sería alrededor de los 100 Terabits. Es decir, unas 50.000 veces  superior a los 2 Gigabits por segundo ofrecidos por Comcast.

En Venezuela, insisto, el gobierno debería establecer como política publica un promedio de velocidad de interconectividad alrededor de los 100 Mbps. Esto equivaldría a unas 50 veces el promedio actual. No se trata de un justificado deseo personal de mantenerse al día con los avances de la tecnología sino de estimular la creación de muchas iniciativas empresariales online y de agilizar al máximo los aun engorrosos y tardíos trámites de la burocracia del Estado.

Por el contrario, una esclarecida política pública al respecto debería proceder a instalar circuitos de fibra óptica y cables coaxiales que permitan conexiones de 1 Gbps para usuarios específicos.

En el país todavía se mantiene como un supuesto innovador paradigma la creación de “zonas económicas especiales” regidas por una legislación especial anclada a una zona territorial. En vez, un pensamiento actualizado y prospectivo debería estar ideando empresas virtuales asociadas al gigante digital chino http://www.alibaba.com/ para estimular las exportaciones nacionales.

El televisor como lo hemos conocido hasta ahora quedará solo como una opción de pantalla y no como un receptor directo de señal al aire o por cable o por satélite. La Giganet permite que la televisión se desplace totalmente a IN. El modelo de comportamiento y la experiencia vital del usuario se transforman radicalmente como lo describe un reciente reportaje en elpais.com:

Cuando se estrenó la tercera temporada de House of Cards, alguien le dio a un botón en un pueblo llamado Los Gatos, California, y desde ese momento 50 millones de clientes de Netflix, la dueña de la serie, tuvieron la opción de ver el primer episodio cuando les apetezca, vivan donde vivan, sin anuncios, sin poner un disco, sin descargarlo en ningún sitio, sin tener que contratar ningún paquete de canales, sin antena de televisión. Incluso, sin aparato de televisión. Vale con una tarjeta de crédito, una conexión a Internet y cualquier pantalla”.





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