José Rafael
Revenga
Mayo 10, 2015
jrrevenga@gmail.com
@revengajr
- Nuestra circunstancia se desenvuelve en una atmósfera digital
- La hipervelocidad toca a la puerta: 1000 veces más veloz
- El streaming se impone al download
- El televisor se convierte en una pantalla más
- La Giganet saca de juego a la televisión convencional
Una reciente nota de
prensa de uno de los grandes proveedores de interconectividad da a conocer la génesis sigilosa de un nuevo mundo que
terminará por demoler los esquemas institucionales y los patrones de
comportamiento hasta ahora prevalecientes en nuestro modo de vivir y
comunicarnos.
Hasta la fecha el desarrollo
y la expansión de IN durante las últimas dos décadas, desde su aparición dotada
con navegadores amigables, han trastornado nuestro modo de relacionarnos con
nuestra circunstancia al multiplicar exponencialmente nuestra capacidad de
procesamiento y utilización de todo tipo de información.
Esta primera ola
expansiva abarca directamente el universo de casi tres de cada siete habitantes planetarios y
pronto enredará a otras mil millones de personas que serán nuevos nodos activos
en la gigantesca maraña bajo construcción que ahora incluye a las poblaciones
de los llamados países emergentes.
Ahora nos encontramos
en los albores resplandecientes de un nuevo salto cuántico en el cual los
avances de la tecnología son punteros de una nueva forma de vida que solo un
actual Julio Verne tendría la capacidad de narrar, ilustrar y prefigurar. Ya no
se trata de la cobertura o del alcance o de la penetración de IN. Es cuestión
de una profunda transformación tecnológica en la velocidad con la cual los
contenidos –bits- viajan de uno a otros nodos o neuronas individuales.
El
salto a la hipervelocidad
Hace pocos días la
corporación Comcast anunció la oferta
de un servicio de conexión IN de alta velocidad (high-speed) para las zonas del centro y norte de California para así
poder atender a unos tres millones de clientes residenciales. La revelación
estremecedora es que el servicio promete una velocidad, tanto para upload como download, de 2 gigabits por segundo (Gbps). El servicio se conoce
como Gigabit Pro.
Esto equivale a 200
veces la máxima velocidad teóricamente disponible en Venezuela y 1000 [¡ mil!]
veces la velocidad estándar ofrecida en el país la cual es un minúsculo 2Mbps.
Un incremento de esa
magnitud no puede sino tener impactos innovadores imprevisibles en casi todas
las esferas del accionar humano.
El servicio ofrecido
por Comcast consiste en más de 220.000 kilómetros de fibra óptica instalados en
las zonas californianas mencionadas que incluyen a San Francisco, Monterey y
Santa Barbara. La híper velocidad de conexión permitirá a sus felices usuarios
subir o bajar 100 canciones en 2,4 segundos o la totalidad de una película HD
en 12 segundos.
El
streaming se impone al download
Esto multiplicará por
varios factores la grabación personal de todo tipo de video por subir.
Consideraremos a los actuales servicios tipo Youtube, Instagram, Twitter y
otros afines como pertenecientes a una “edad de la piedra” en cuanto a la
calidad y facilidad para almacenar, clasificar y compartir documentos
personales.
Nos veremos casi
obligados a aprender y a inventar nuevos usos para una tecnología que nos desborda
con sus potencialidades. Se me ocurre que dotado de una camarita gopro montada sobre mi cabeza puedo
grabar de manera permanente cualquier episodio, breve o prolongado, de mi
vivencia para archivarlo, etiquetarlo y transmitirlo de hecho en tiempo real a
quien quiera en donde sea. Haré las veces de una estación transmisora de video
con un alcance multitudinario a nivel mundial.
Pero quizás el mayor impacto
inmediato reside no tanto en el contenido que podemos subir sino lo que podemos
bajar directamente en sentido de streaming
de contenidos de video a nuestros computadores.
Tenemos ya los bien conocidos servicios de Netflix, HBO y Amazon los
cuales están poniéndole fin a la transmisión de TV vía receptores de señal al
aire o vía satélite o vía cable.
Es imposible
sobreestimar como este modelo de transmisión de contenido trastorna los
conocidos hasta ahora en cuanto a hábitos de parte de la audiencia y al
servicio prestado por las grandes corporaciones de TV. Son las generadoras de streaming las que han tomado las riendas
de la producción de las más exitosas series de televisión. Entre ellas figuran
HBO Now, Sling TV y PlayStation Vue.
De hecho, el televisor
como receptor de contenido ha quedado para el baúl de los recuerdos y su
función se limita a ser pantalla. El PC o el smartphone le han sustraído su papel activo como instrumento de
acceso a los contenidos de video.
La Giganet no es un
asunto experimental cuya novedad se
limita a una novelería. Comcast ha informado que incorporará a la región de
Atlanta al nuevo servicio este mes de mayo y tiene programado extender el
servicio a unos 18 millones de hogares para fines del 2015.
Es iluminador comparar
los costos asociados con los diferentes niveles de velocidad del servicio de
interconectividad. El servicio básico ofrecido por Comcast tiene una velocidad
de 3 Mbps con un costo mensual de $34,99. El nuevo servicio –incluye televisión-de
la Giganet -2 Gbps- tendrá un costo de unos $150 mensuales.
Sin embargo, Comcast
ofrece otras opciones en cuanto a velocidad de la conexión y “combos” de acceso
a la programación televisiva. Por
ejemplo, ofrece el paquete de una conexión de 105 Mbps –unas 52 veces más
rápido que la disponible en Venezuela con acceso a 45 canales de TV en adición
a HBO y Showtime.
Para complementar la
multiplicidad de nichos que surgen en un mercado desarrollado como el
estadounidense Comcast ofrece otra opción definida por una velocidad de 250
Mbps o sea 125 veces superior a la
nuestra en Venezuela.
Una
nueva política pública de interconectividad
O sea un planteamiento
razonable para una política oficial de sustrato al servicio básico de
interconectividad, el cual con razón muchos consideran como un derecho humano
tanto en el acceso a la información como en su generación y difusión, seria
fijar una meta inicial de 100 Mbps o sea 50 veces superior a la actual y 20
veces inferior a la Gigabit de Comcast.
No se trata solo de favorecer un usufructo y
desarrollo personal sino potenciar a las empresas públicas y privadas para operar
con eficiencia en el ámbito mundial tal como el extraordinario caso de alibaba.
.
Uno de los ejemplos más
impactantes actualmente en curso de acelerada realización es la plataforma “streaming”
de Netflix la cual recientemente inauguró su servicio “Global” mediante el cual
todos los contenidos se encuentran disponibles a todos sus clientes sin
limitaciones basadas en la ubicación geográfica de ellos.
Este acceso ilimitado
es ya una práctica común mediante la cual los usuarios hacen uso de una
dirección especial -un Virtual Private
Network- y al introducir cualquier código ZIP de los EE.UU. gozan de un
acceso sin restricciones. Netflix busca ofrecer un acceso formal independiente
de las limitaciones territoriales impuestas por los estudios de producción a
“la Hollywood”.
Un ejemplo: Grey’s Anatomy podrá ser vista por todos
incluyendo aquellos suscriptores de Netflix en Gran Bretaña que la tienen vetada
por causa de derechos comerciales.
Por detrás de
acontecimientos similares está en plena expansión un cambio de uso del
contenido: el “download” se ve sustituido por el “streaming”. En cualquier
momento y en cualquier situación tengo acceso inmediato al contenido deseado
tantas veces como quiero.
La
competencia entre los proveedores acelera la expansión
Comcast no es el único
proveedor de IN de hipervelocidad. Otras plataformas como Google con su
servicio Fiber, ATT con GigaPower y Verizon compiten fuertemente por un mercado
en pleno desarrollo. Hasta el presente estas últimas ofrecen una velocidad
máxima de 1 Gbps pero compensan su desventaja relativa con una acelerada
ampliación de la cobertura.
Por ejemplo, Google
ofrece “un tipo de IN y TV diferente” en Atlanta (disponible), Austin,
Charlotte, Kansas City, Nashville, Provo (disponible), Raleigh-Durham y Salt
Lake City (disponible). En total, Google estudia llegar a 34 centros urbanos a
corto plazo.
En https://fiber.google.com/about/
Google ofrece un claro ejemplo de una carrera entre un servicio a 1000 Mbps y
uno a solo 10 Mbps, el máximo teóricamente disponible en Venezuela. La
comparación entre bajar 100 fotos es de 3 segundos versus 4 minutos 40
segundos. Otra prueba se refiere al tiempo de bajar una película HD la cual
arroja 7 segundos versus 10 minutos 56 segundos.
Todo esto me hace
recordar cuando los usuarios pioneros de IN en Venezuela pasábamos largos
minutos y hasta más de una hora en establecer una conexión dial-up para horas más
tarde bajar una primitiva pagina de texto. Vale la pena hacer el ejercicio a
fin de experimentar el nuevo mundo de la Giganet unas 500 o 1000 más veloz que
aquel al cual nos hemos habituado.
Siempre me ha
entusiasmado el personaje y la obra de Isaac Asimov, autor de más de 500 libros
de divulgación científica y pionero de la ciencia-ficción. Asimov solía
plantear interrogantes sobre situaciones-limites. En el caso de la velocidad de
transmisión de bits por fibra óptica se me ocurre preguntar por cual vendría a
ser el límite teórico.
Después de googlear un buen rato y de descubrir
múltiples informaciones interesantes, alcanzo llegar a una respuesta: la
velocidad máxima de la interconectividad vía IN sería alrededor de los 100
Terabits. Es decir, unas 50.000 veces
superior a los 2 Gigabits por segundo ofrecidos por Comcast.
En Venezuela, insisto,
el gobierno debería establecer como política publica un promedio de velocidad
de interconectividad alrededor de los 100 Mbps. Esto equivaldría a unas 50
veces el promedio actual. No se trata de un justificado deseo personal de
mantenerse al día con los avances de la tecnología sino de estimular la
creación de muchas iniciativas empresariales online y de agilizar al máximo los
aun engorrosos y tardíos trámites de la burocracia del Estado.
Por el contrario, una esclarecida
política pública al respecto debería proceder a instalar circuitos de fibra
óptica y cables coaxiales que permitan conexiones de 1 Gbps para usuarios
específicos.
En el país todavía se
mantiene como un supuesto innovador paradigma la creación de “zonas económicas
especiales” regidas por una legislación especial anclada a una zona territorial.
En vez, un pensamiento actualizado y prospectivo debería estar ideando empresas
virtuales asociadas al gigante digital chino http://www.alibaba.com/ para
estimular las exportaciones nacionales.
El televisor como lo
hemos conocido hasta ahora quedará solo como una opción de pantalla y no como
un receptor directo de señal al aire o por cable o por satélite. La Giganet
permite que la televisión se desplace totalmente a IN. El modelo de
comportamiento y la experiencia vital del usuario se transforman radicalmente
como lo describe un reciente reportaje en elpais.com:
“ Cuando se estrenó la tercera temporada de House of Cards, alguien le dio a un botón en un pueblo llamado Los Gatos, California, y desde ese momento 50 millones de clientes de Netflix, la dueña de la serie, tuvieron la opción de ver el primer episodio cuando les apetezca, vivan donde vivan, sin anuncios, sin poner un disco, sin descargarlo en ningún sitio, sin tener que contratar ningún paquete de canales, sin antena de televisión. Incluso, sin aparato de televisión. Vale con una tarjeta de crédito, una conexión a Internet y cualquier pantalla”.
“ Cuando se estrenó la tercera temporada de House of Cards, alguien le dio a un botón en un pueblo llamado Los Gatos, California, y desde ese momento 50 millones de clientes de Netflix, la dueña de la serie, tuvieron la opción de ver el primer episodio cuando les apetezca, vivan donde vivan, sin anuncios, sin poner un disco, sin descargarlo en ningún sitio, sin tener que contratar ningún paquete de canales, sin antena de televisión. Incluso, sin aparato de televisión. Vale con una tarjeta de crédito, una conexión a Internet y cualquier pantalla”.
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