José Rafael
Revenga
Mayo 03, 2015
jrrevenga@gmail.com
@revengajr
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Tres puntos de estrangulamiento
ponen en peligro a la Península Arábiga como exportador de petróleo
·
Irán y Arabia Saudí se disputan
el control sobre el Canal de Suez –acceso al Mediterráneo-, el estrecho de
Ormuz -acceso al Golfo Pérsico- y el estrecho entre Yemen y Somalia –acceso al
Mar Rojo-.
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Las milicias chiíes hutíes
apoyadas por Irán, el ISIS y Al-Qaeda
se reparten el territorio yemení y comparten el mismo blanco militar: la monarquía
saudí.
·
El Reino saudí abandona su
postura pasiva y se convierte en actor protagónico en el Medio Oriente
·
El gran diseño de Irán:
controlar las ciudades santas de La Meca y Medina actualmente en territorio saudí
La rebelión
de los chiís hutíes en Yemen logra poner en fuga al gobierno interino
presidido por Mansour Hadi y apoyado por Arabia Saudí. Esto ha desencadenado un
proceso similar a la partición de Siria en un territorio militarmente dominado
por los rebeldes y un gobierno autoritario atrincherado en la defensa de sus bastiones.
Yemen esta
a corta distancia de convertirse en una nueva Siria con el agravante que su
ubicación en la frontera suroeste colindante con el reino saudí se presta como
plataforma ideal para socavar las bases de dicha monarquía. En ambos casos se hace
presente la amenaza de los grupos yihadistas terroristas de Al Qaeda y los
sunís radicales del Estado Islámico quienes demarcan sus propios enclaves
injertados en medio de una caótica guerra civil.
El diseño a
largo plazo, por lo menos del ISIS, y ciertamente de Irán, es arrebatarle a
Arabia Saudí la custodia de los sagrados
sitios de Meca y Medina. En la acelerada desestabilización y recomposición del mapa geopolítico del Medio Oriente después
de la ingenuamente etiquetada “primaveras árabes” es válido preguntar cuál sería
la realidad de un gobierno fundamentalista transnacional en control del mayor
productor de petróleo.
La
importancia petro-estratégica de Yemen no debe ser subestimada. Sus costas
bordean el estrecho de Bab el-Mandeb por
medio del cual transitan diariamente unos cinco millones de barriles de crudo lo
cual lo convierte en uno de los
cruciales puntos de estrangulamiento (chokepoints) del tráfico marítimo global y por ende del suministro
energético vital para Europa y los EE.UU.
Patrulleras iranies en acción |
El estrecho
en cuestión controla el acceso al Mar Rojo y por lo tanto al Canal de Suez y a
su importante oleoducto Sumed el cual desemboca en el Mediterráneo y facilita la triangulación con un tercer chokepoint crucial: el estrecho de
Hormuz entre Irán y Arabia Saudí que permite el acceso al Golfo Pérsico.
O sea,
es fácil suponer que tanto el Estado Islámico como su enemigo Irán ambos tienen
como diseño ultimo apoderarse de los tres vitales puntos de estrangulamiento de
las rutas de transporte petrolero en el Medio Oriente y de las dos principales ciudades santas del
Islam.
Cualquier
incidente, bien sea accidental o provocado, desataría una conflagración inmediata
con alcances impredecibles. Por ejemplo, el martes 28.04, en lo que parecería ser
un diseño iraní para evaluar la capacidad y la prontitud de respuesta de sus
rivales en el “triangulo arábigo” decide interceptar y posteriormente abordar un
gigantesco carguero de contenedores -el Maersk Tigris de 52.600 toneladas de
desplazamiento - en el Estrecho de Ormuz.
Varias
agiles patrulleras del Cuerpo de
Guardias Revolucionarios Iraníes ejecutaron la acción que se desarrollo en dos
tiempos. Primero una orden que desviara su ruta para adentrarse en aguas
territoriales iraníes. Esta no fue atendida por lo cual una de las cinco patrulleras
hizo un disparo por delante del puente de mando del carguero el cual se detuvo
y fue abordado por los efectivos iraníes para luego ser llevado a la isla Larak,
en el extremo norte del estrecho de Hormuz, vecina a las costas de Irán
supuestamente para luego ser conducido al puerto de Bandar Abbas.
El
Ministerio de Relaciones Exteriores Iraní justificó la acción argumentando incumplimientos
financieros de la empresa operadora del carguero con las autoridades portuarias
y por lo tanto un tribunal había acordado su confiscación. Otro vocero oficial declaró que el buque
detenido había penetrado en aguas territoriales iraníes.
Más significativamente,
la agencia informativa oficiosa -Fars
News Agency- de Irán tituló su reportaje sobre el acontecimiento en los
siguientes términos:
“Exclusiva: Barco de EE.UU. detenido por barcos de guerra de Irán”.
En verdad,
el propietario y operador del barco es un consorcio alemán, Rickmers Ship
Management, el cual lo tiene arrendado a
una empresa estadounidense: Maersk Line Limited
domiciliada en Norfolk, Virginia la cual es una importante contratista del Pentágono
y del Gobierno. El barco tiene bandera de la Republica de las Islas Marshall.
El Pentágono
decidió, como reacción inmediata, enviar
a toda velocidad un destructor –el USS Farragut-,
el cual se encontraba a solo 100 km de la zona de intercepción a la que
califico como una “ruta marítima reconocida internacionalmente”. El miércoles el US Central Command despachó
tres patrulleras clase Cyclone para
acompañar al destructor.
En la práctica, Irán considera que el estrecho de
Hormuz son aguas territoriales pero embarcaciones de todo tipo lo atraviesan
sin problema basándose en el derecho de “innocent
passage” o “travesía inocente”. El destructor estadounidense y un avión de
patrullaje marítima se limitaron a una
misión de observación. El “incidente” de la captura en alta mar de una
embarcación no militar solo se observa en situaciones de guerra declarada.
Por tal motivo, el Ministro de Relaciones Exteriores de
Irán, Mohammad Javad Zarif, quien se encontraba en Nueva York para adelantar
las cruciales negociaciones con los Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Gran
Bretaña y Alemania sobre el desarrollo de la capacidad nuclear bélica de su país,
no encontró nada mejor para distanciarse del episodio que argumentar que
obedecía a una disputa mercantil iniciada hace 14 anos entre los dueños del
carguero y una empresa comercial iraní
.
.
El Ministro no explicó por que una decisión de un
tribunal mercantil tendría que ser llevada a cabo por los Guardias
Revolucionarios. Obviamente, la acción iraní le resta apoyo político y popular
al acuerdo final que debe completarse antes del 30.06.
El vocero de la Casa Blanca tampoco pudo evadir el tema y se pronuncio sorpresivamente de manera tajante:
El vocero de la Casa Blanca tampoco pudo evadir el tema y se pronuncio sorpresivamente de manera tajante:
“Nuestras preocupaciones en torno a la interferencia con el Maersk Tigris serian aun más agudas si una Armada Iraní con armas nucleares estuviera conduciendo estas intercepciones”.
La captura del carguero ocurre en un marco de alta tensión
dadas las acusaciones reciprocas entre Irán y Arabia Saudí. Esta última es
acusada, con razón, de destruir la pista del aeropuerto de Sana en el Yemen a
fin de impedir el aterrizaje de un avión iraní supuestamente cargado con ayuda
humanitaria así como el bloqueo marítimo de Yemen que impidió a cuatro barcos
iraníes descargar su mercancía. En contraposición, Arabia Saudí acusa a Irán de
fomentar la rebelión de los huties y de equiparlos con armamento avanzado.
El “incidente” puede traer todo tipo de complicaciones
ya que entre EE.UU. y la nación de las Islas Marshall existe un Pacto de Libre
Asociación según el cual la nación estadounidense es responsable de su defensa
lo cual incluye a los asuntos relacionados con las embarcaciones que navegan
bajo su bandera.
Efectivamente, el jueves 29.04 el Pentágono anuncia
que cualquier buque con bandera estadounidense puede solicitar la “compañía” de
naves de guerra para acompañarlos en su travesía entrando o saliendo por los
canales de navegación del Estrecho de Ormuz entre Irán y Omán. En especial
incluye a las embarcaciones del Military
Sealift Command. La medida puede ampliarse a barcos de otros países.
Los
acontecimientos en curso se enmarcan dentro de un profundo cambio en la conducción
geopolítica por parte de Arabia Saudí a raíz
del fallecimiento del Rey y el ascenso al trono de Salman Bin Abdul Aziz al
Saud. El nuevo monarca decide la semana pasada, modificar la línea de sucesión al
designar a su hijo, el combativo ministro de defensa y promotor de los ataques aéreos
y terrestres contra los rebeldes en Yemen, el Príncipe Mohammed bin Salman como segundo
en el orden sucesoral.
Además, removió
a su medio hermano como Príncipe Real y sucesor inmediato y lo sustituye con su
sobrino el Príncipe Mohammed bin Nayef quien pasa a ocupar el primer puesto en
la estructura de poder después del Rey. El nuevo Príncipe Real es bien conocido
por haber derrotado la operación subversiva de Al Qaeda en el Reino.
Los significativos
cambios incluyen la designación del Príncipe Saud al Faisal, actualmente embajador
en EE.UU, como nuevo Ministro de Relaciones Exteriores.
Hay que interpretar
el “incidente” del Maersk Tigris en
el marco de la rápida expansión de activos bélicos en el Golfo de Aden antesala
del estrecho de Bab-el Mandeb bordeado por las costas del oeste y suroeste de
Yemen y que da acceso al Mar Rojo. Irán ha enviado una verdadera flotilla de
patrulleras y dos destructoras con el objetivo de asegurar el acceso a los
puertos del sur de Yemen, ahora en manos de los houties a fin de descargar
armas y otros equipos militares como apoyo a los rebeldes Houties.
A la vez, EE.UU. de inmediato moviliza al portaaviones
USS Theodore Roosvelt y al crucero
misilistico USS Normandy pertenecientes
a la Quinta Flota integrada adicionalmente por los destructores USS Milius, USS Winston S. Churchill y USS Paul
Hamilton. También están presentes cinco patrulleras: Whirlwind, Monsoon, Typhoon, Thunderbolt y Firebolt.
USS Theodore Roosvelt |
Con razón, el vocero de la Casa Blanca declaró: “EE.UU.
ha estado preocupado desde hace tiempo por el apoyo continuo dado por Irán a
los rebeldes. Ese apoyo solo contribuirá a una mayor violencia en Yemen. Esas
son exactamente el tipo de actividades desestabilizadoras que tenemos en mente
cuando planteamos nuestras preocupaciones por las actividades
desestabilizadoras de Irán en el Medio Oriente”.
Hasta el presente no ha habido un intercambio de
misiles entre las dos fuerzas navales. La Armada estadounidense ha comunicado
“solo estamos conduciendo operaciones de rutina en cuanto a la seguridad
marítima y no pensamos interceptar a los buques iraníes”.
A su vez, el comandante de la Armada iraní, el
vicealmirante Habibollah Sayyari, ha manifestado que “nuestra presencia y
medidas en la región se enmarcan en las leyes internacionales”. Todo este
enmascaramiento puede convertirse en cuestiones de segundos en una
conflagración abierta.
Vicealmirante Habibollah Sayyari |
Un informe confidencial presentado al Consejo de
Seguridad de las NN.UU demuestra que Irán ha suministrado armas a los huities
por lo menos a partir del 2009 lo cual es una evidencia adicional de un diseño de
dominación a largo plazo instrumentado por milicias chiíes fuertemente armadas
y activadas en varios países de la región.
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