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11/2/13

¿UN NUEVO CISMA?




José Rafael Revenga                                            Febrero 17, 2013

(dedicado con todo aprecio al "amigo tabernero", colega de Louvain)

Desde un punto de vista meramente humano, el sorpresivo anuncio de la inaudita decisión del Sumo Pontífice Benedicto XVI de renunciar, el lunes 11.02. 2013, es fiel reflejo de un pontificado plagado por traspiés estrafalarios, declaraciones desacertadas, un modo comunicacional forzadamente opaco, despiadadas luchas intestinas por el poder curial, filtraciones de documentos secretos, anuncios de complots mortíferos, una mancha negra de abusos sexuales que se niega a desaparecer, el preocupante descenso de las vocaciones sacerdotales y monacales, la dudosa legalidad de operaciones bancarias y el éxodo de millones de fieles que rechazan  la conversión en juicios dogmáticos de las valoraciones de comportamientos sociales susceptibles de interpretaciones pluralistas.

Para dicha fecha el Papa convoca a un Consistorio a unos 50 Cardenales en el Palacio Apostólico con el propósito formal de proceder a fijar la fecha de la canonización de 3 religiosos la cual está prevista para mayo próximo. Inesperadamente el Papa procede en latín a anunciar su abdicación a favor de un Sumo Pontífice a ser elegido por un Cónclave de 117 cardenales que se reunirá a mediados de marzo. 



El uso de la "lengua muerta", la inserción de un contenido fuera de lugar y no haber advertido ni aún al máximo nivel de la Curia ni a la Sala de Prensa del Vaticano, revelan un diseño seguramente incubado desde hace meses -quizás hasta hace algo más de un año-pero mantenido en secreto dada la desconfianza a que los muros de la Santa Sede fueran porosos y dejaran filtrar nuevos "vatileaks". 

Todavía a unas 15 horas de la alocución iniciada a las 11am del lunes 11.02, el sitio oficial (www.vatican.va) se refería a las actividades del Santo Padre Benedicto XVI y mostraba su agenda hasta fines de abril ignorando que el Papa ya había afirmado que se mantendría en el papado solo hasta las 8:00pm del 28.02.13. Otro ejemplo de la desconexión fue la no utilización del twitter (@pontifex) para complementar el anuncio dado en la Sala del Consistorio a pesar de haberse estrenado escasamente hace un mes y de contar con 1.500.000 seguidores.

L´ Osservatore Romano, organo oficial del Vaticano, es mucho menos lacónico que el sitio web (www.vatican.va) el cual no reseña el discurso del Papa sino como una "declaración" cualquiera sepultada en la agenda diaria de las actividades de Benedicto XVI. Por el contrario, el editor del L´Osservatore no escatima la descripción del impacto del anuncio sobre los cardenales reunidos en la Sala del Consistorio:
"Desconcierto, sorpresa, estupor, conmoción ante las palabras de Benedicto XVI, quien comunicó su decisión de "renunciar al ministerio del obispo de Roma". Sentimientos que se dibujan en los rostros de los cardenales y prelado...   ...que han escuchado de labios del Papa el inesperado anuncio. Las miradas de todos se cruzaron, un leve rumor se alzó en la sala y la estupefacción se transformó en disgusto."
 El reportaje continúa al aclarar:
"Pero después de los primeros momentos de desconcierto se abrió paso en los presentes...   ...el reconocimiento unánime de que el gesto realizado por el Pontífice es un altísimo acto de humildad".
Si se concibe el acto desde el marco de la humildad en sus máximos niveles, entonces se tendría que admitir a rajatablas la conclusión que los próximos pontífices tendrían que reflexionar sobre una opción similar. Ya la renuncia del Papa perdería su carácter excepcional para convertirse en un casi ritual meritorio.



El decano del Colegio de Cardenales, Angelo Sodano, tomó la palabra inmediatamente después del Papa y declaró:
¨como un relámpago en el cielo sereno ha resonado en este aula su conmovido mensaje. Le hemos escuchado con sentimiento de estupor, casi del todo incrédulos".
Unas 12 horas más tarde y a medianoche, un poderoso rayo golpeaba, en medio de un cielo sereno, la cúpula de la Catedral de San Pedro.



No deja de estimular la curiosidad la coincidencia de la fecha de la declaración papal con la festividad de Nuestra Señora de Lourdes. 


La declaratio, como es usual en los acontecimientos de gran trascendencia, esconde más de lo que revela. El tren argumentativo no deja de ser simplista sobre todo al considerar que proviene de un avezado teólogo. Vale la pena intentar descifrar algunos de sus probables "arrière-pensées". 


El criterio "por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas" es de aplicación muy relativa pues si bien B XVI tiene dificultades para caminar por una dolencia en una de las rodillas no se le conoce ninguna enfermedad grave.  


Parecería que la auténtica razón es al revés: "ejercer adecuadamente el ministerio petrino" se ha vuelto tarea casi imposible debido a la magnitud del torbellino de fuerzas negativas y contradictorias que lo agitan  y que sobrepasan el temple del Pontífice más allá del limitado impedimento físico:

"...en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe"
obviamente apunta a un amenazante descalabro interno para quienes viven en la fe y para aquellos llamados para "gobernar la barca de san Pedro". 

El texto del pronunciamiento se refiere a  las "cuestiones de magno peso que perturban la vida de los fieles" (esta traducción es más fiel al original en latín: quaestionibus magni ponderis pro vita fidei perturbato) que la versión oficial de la traducción al español. Es natural preguntarse cuales pueden ser esas terribles y temibles "cuestiones". El Papa no ha querido identificarlas y ha decidido no continuar enfrentándolas.

Hasta ahora el Papa no ha querido describir los "sacudones de gran relieve" pero sin duda constituyen la razón primordial de su retirada. Muchos de ellos son bien conocidos pero posiblemente B XVI los conoce, los vive y los sufre de manera privilegiada. Su decisión revela que ya no se siente capaz de enfrentarlos y sobreponerse a ellos. 

En otras palabras, el Santo Padre se ha rendido. De allí la estupefacción, por ahora en buena parte soterrada, que ha generado en sus próximos, y seguramente en un buen número de los fieles, su decisión. 


Él mismo afirma que para "gobernar" y "anunciar el Evangelio" 

"es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses ha disminuido en mí de tal forma [qui ultimis mensibus in me modo tali minuitur] que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado". 

 O sea que no se trata solo de debilidad del vigor físico sino del vigor animae, de la energía espiritual que se ha venido a menos "en los últimos meses". Se trata de un profundo y misterioso drama personal con repercusiones insondables.

Algunos observadores incisivos han creído ver en las frases de Benedicto XVI: 

"Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando".
un intento de disculpa en cuanto a la comparación con su predecesor Juan Pablo II quien durante sus últimos 3 años aquejado por un Parkinson desenfrenado no se rindió y "sufriendo y rezando" falleció en abril del 2005 en el ejercicio de su misión apostólica.

El mismo día de la renuncia, el secretario privado de Juan Pablo II, cardenal (a partir del 2006) Stanislaw Dziwisz, arzobispo de Cracovia, recordó que el Papa polaco guió la Iglesia hasta el final, hasta su último aliento, gracias a su convencimiento que "de la Cruz no se desciende" ("z krzyża się nie schodzi"). También mencionó que Juan Pablo II consideró, en varias ocasiones y especialmente en el 2000, unos 5 años antes de su muerte, la conveniencia de su renuncia pero siempre decidió en contra y en ello contó con el consejo del cardenal Ratzinger. 



Traducción de las palabras de Benedicto XVI:

"...por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado". 


Considero apropiado recordar un pasaje escrito por Juan Pablo II en 1980, e incluído en su testamento, muy similar tanto en tono como en contenido a las siguientes frases de Benedicto XVI en su discurso de renuncia:

"en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe".


la comparación con lo que escribió Juan Pablo II al principio de su pontificado nos permite darnos cuenta que el timonel máximo siempre se verá obligado a enfrentar mares levantiscos y trombas inesperadas. Es parte de la cruz que va con el cargo y con la misión:

"Los tiempos en que vivimos son indeciblemente difíciles e inquietos. En difícil y tensa se ha convertido también la vida de la Iglesia, prueba característica de estos tiempos, tanto para los Fieles como para los Pastores". (1980)
Después de anotar su reflexión, Juan Pablo II gobernó la Iglesia por un cuarto de siglo hasta su fallecimiento.

Progresivamente, el mismo Benedicto XVI da declaraciones que permiten esclarecer en algún grado los motivos y razones de la insólita decisión. En su última homilía publica, dada en italiano el Miércoles de Ceniza (13.02.12) en la basílica de San Pedro, el Papa en un tono de "a buenos entendedores, pocas palabras", revela la naturaleza y extensión de la conflictividad que se vive en el seno de la jerarquía gobernante de la Iglesia:

"También en nuestros días muchos están listos para rasgarse las vestiduras frente a escándalos e injusticias, naturalmente cometido por otros, pero pocos parecen estar disponibles para actuar sobre el propio "corazón", sobre la propia consciencia y sobre las propias intenciones, dejando que el Señor transforme, renueva y convierta".
Para rematar el Santo Padre invitó a los fieles a vivir la Cuaresma para "reflexionar" sobre como 
"la faz de la Iglesia a menudo sea desfigurada por golpes contra la unidad de la Iglesia y por divisiones en el cuerpo eclesiástico". 











Queda claro que el Papa se enfrentó a un remolino de lucha por el poder, individualismos y rivalidades dentro del ámbito de la Curia y de altos prelados en diferentes países.


En la misma ocasión, el arzobispo de Bologna, Carlo Caffarra se dirige a los fieles:

"Rezen por nosotros los cardenales porque en la elección del nuevo Pontífice seamos guiados exclusivamente por el verdadero amor hacia la Iglesia, y no por razones antievangélicas de poder".
Mientras tanto el Secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, actual Camerlengo quien preside el pontificado a partir del 28.02 hasta la elección del nuevo Papa, hace de las suyas para consolidar su control sobre el IOR (Banca del Vaticano) y no someterse a las regulaciones "antiriciclaggio" impuesta por la Unión Europa en cuanto a la legitimación del manejo de fondos.

A LA ESPERA DE LA "FUMATA BIANCA"


A principio de marzo los cardenales electores comenzarán a llegar  a Roma para enclaustrarse en el Cónclave de mediados de marzo. La agitación, las interrogantes y los intercambios sin fin de opiniones y criterios son fáciles de imaginar. De hecho los precedentes históricos son una muy remota referencia en un mundo radicalmente diferente. No son de ninguna utilidad para marcar el modus operandi que requiere la circunstancia. Se está en una situación imprevista, inédita e insólita. 


No deja de ser algo engorroso que el Papa saliente, ya no es ni cardenal ni tiene autoridad alguna, decida permanecer en un pequeñísimo sitio de clausura dentro del Vaticano en el cual cohabitaran las hermanas laicas que hasta ahora lo han atendido en los apartamentos papales. Además, contará con la colaboración de su fiel secretario privado, el arzobispo Georg Gänswein, quien tendrá su residencia en el monasterio de clausura y además permanecerá como Jefe de la Casa Pontificia a las ordenes  del Pontífice por ser elegido. 


El monasterio o convento Mater Ecclesiae, ubicado "intra muros" en los Jardines del Vaticano, fue creado por Juan Pablo II en 1992 para que hubiera dentro del Vaticano un grupo de religiosas dedicadas enteramente a la contemplación. En la práctica, diferentes organizaciones monacales asignaban unas 8 monjas las cuales permanecían unos 3 años. La última congregación en residir  en el convento fue la española Orden de la Visitación de Santa María.


Las primeras declaraciones emanadas del Vaticano describieron el edificio como un "piccolo" convento. En la práctica se trata de una estructura amplia de 4 pisos y de una capilla anexa.




Desde hace varios meses no hay ningún grupo contemplativo que habite en el monasterio a causa de su refacción la cual se inició en octubre pasado de manera casi clandestina lo cual ha dado lugar a comentarios que el verdadero objetivo era el de preparar el espacio para que sirviera de habitat para el Papa por renunciar.

¿PROFECÍA O IMAGINACIÓN?


La única referencia que se me viene a la mente para previsualizar los derroteros de esta trama es la trilogía del autor australiano Morris West sobre el Vaticano. 


Hace 40 años aparecía "Las sandalias del Pescador" y a continuación "Los bufones de Dios" y "Lázaro". La primera novela narra el nombramiento de un Papa que se ve atrapado por una burocracia enmarañada y con finalidades contrapuestas a la suya. Es un ciudadano eslavo prisionero que es elegido Papa para prevenir la III GM. Las coincidencias con Juan Pablo II son asombrosas y hay que tener en cuenta que lo que estamos viendo y viviendo en el caso del Papa renunciante tiene sus inicios en 1978, "el año de los 3 Papas".





El segundo libro de la trilogía de West, "Los bufones de Dios", nos narra la historia de otro Papa, en este caso Gregorio XVI. Es un papa bueno que de repente recibe una revelación personal sobre el inminente fin del mundo. Sus "hermanos en Cristo", en otras palabras el Colegio Cardenalicio, lo obligan a abdicar a lo cual él se somete con humildad cristiana. La directriz cardenalicia es: "Si nuestro pontífice está loco mejor librémonos de él. Si es un santo de ninguna manera lo perderemos". 


Por lo menos, Gregorio XVI se retiró al monasterio de Montecassino y no se enclaustro en el Vaticano "nascosto dal mondo" como lo ha anunciado Benedicto XVI.


En "Lázaro", el tercer libro, nos encontramos con el sucesor de Gregorio XVI, el Papa León XIV a quien podemos entroncar, por medio de una analogía ocurrente, con el próximo sucesor de San Pedro a quien se está por elegir en marzo.


West lo describe así:

"Ha intentado reformar la Iglesia. Pero sólo ha conseguido crear un desierto. No ve modo de devolver la fecundidad a la tierra. Tiene pocos confidentes, carece de apoyos emocionales, y su vida espiritual se basa por completo en la ortopraxis... la conducta recta, de acuerdo con sus limitadas luces. No se arriesgará más allá de ese límite, y tampoco la razón le ayudará a sobrepasarlo. De modo que se siente desesperadamente solo, y tiene miedo".
León XIV se confiesa:
"Pero hemos perdido a la gente, la hemos perdido, en un fútil intento de restablecer el concepto medieval de la monarquía papal, de apuntalar esa extraña autoridad global, el magisterium. Resuena la gran campaña, pero la gente no oye. No quieren buenos. Desean oír la voz redentora que dice: "Venid a mí, todos los que trabajáis y soportáis un pesado agobio, y yo os reanimaré"...No habrá esperanza de reforma en la Iglesia Católica Romana, no habrá restablecimiento de la confianza entre los fieles y la jerarquía a menos y hasta que un Pontífice reinante esté dispuesto a reconocer y abjurar de los errores de sus predecesores".
¿Y AHORA EL FIN DEL PONTIFICADO VITALICIO?

La renuncia, intempestiva en cuanto al aviso pero personalmente meditada por al menos un año, de Benedicto XVI es legal y prevista en el Derecho Canónigo según la revisión de 1983. 


Su repercusión hacia el futuro al quebrantar un modus operandi en efecto por lo menos desde 1415, pudiera traer el fin del pontificado vitalicio. No sería de extrañar que la Curia llegue a imponer una edad tope más alla de la cual el Papa se vería obligado a abandonar sus funciones. 


Una limitación similar existe desde 1975 para los Cardenales los cuales al cumplir 80 años conservan su título pero pierden su condición de electores en un Cónclave para escoger un nuevo "conductor de la barca de San Pedro". Un límite para el ejercicio de las funciones pontificales pudiera ser fijado en el mismo nivel los 80 años de edad. Siempre se mantendría la opción de la renuncia antes de ese tope.


En la actualidad el Colegio de Cardenales está integrado por 203 miembros que provienen de 69 países. Solo 117 tendrán el derecho de asistir al nuevo Cónclave y votar por el colega de su preferencia.


La decisión de Benedicto XVI pudiera establecer un precedente de uso ocasional. Esta nueva situación podría  cambiar el equilibrio totalmente unilateral entre la máxima y única autoridad ejercida por el Pontífice y dar lugar a que el Colegio de Cardenales y/o la Curia decidan ejercer tal tipo de presiones que llevaría al Papa a abandonar de su cargo sucesoral.


El Cardenal Arzobispo de París Andre Vingt-Trois asomó esa consideración al conocer la decisión de Benedicto XVI:

"Él se separó de una práctica mantenida por siglos y expresó el criterio que no solo era legítimo sino probablemente útil para un Papa renunciar y separarse de sus deberes...En el siglo venidero, pienso que ninguno de los sucesores de Benedicto XVI se sentirá moralmente obligado a permanecer hasta su muerte".
Cardenal André Vingt-Trois, Arzobispo de París

EN ALEMANIA OTRO "FEHLTRITT" (PASO EN FALSO)

El IOR es la denominación oficial del Banco del Vaticano cuya supervisión y manejo directo ha sido asumida por el Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone a partir de mayo del 2012.


La institución ha sido uno de los centros más visibles de la intriga intra curial. Su presidente italiano, Ettore Gotti Tedeschi, amigo personal de Benedicto XVI, fue obligado a renunciar hace 8 meses después de presentar un informe secreto en el que descubría que en varias cuentas cifradas se escondían dineros de "políticos, intermediarios, constructores y altos funcionarios del Estado".


Desde ese momento el conflicto de intereses ha impedido la designación de una nueva autoridad mientras la entidad no termina de ponerse a derecho en relación a las regulaciones de la Unión Europea en cuanto al lavado de fondos financieros.


Es muy significativo que a 2 semanas del cese de Joseph Ratzinger en sus funciones como Papa, se haya tomado la decisión de designar al nuevo presidente de la Junta Supervisora del IOR: Ernest von Freyberg, uno de los más importantes dirigentes empresariales de Alemania. Salta a la vista que la decisión, uno de los últimos actos del Papa actual, manifiesta el criterio de solventar una vez por todas la lucha por el control de la institución y afianzar su saneamiento operativo. El supuesto candidato del cardenal Bertone, Antonio María Marocco, presidente de la Fundación Casa di Risparmio de Turín, fue  derrotado.


Un nuevo traspié se hizo evidente cuando los medios alemanes e internacionales revelaron que el abogado Von Freyberg es el presidente de la Junta Directiva de Blohm and Voss, uno de los mayores consorcios empresariales alemanes con sede principal en el puerto de Hamburgo. 


La incomodidad surge cuando el vocero del Vaticano, el padre Federico Lombardi, se muestra desconocedor que una de las numerosas empresas pertenecientes al conglomerado Blohm and Voss se dedica a la fabricación de fragatas de guerra para el gobierno alemán.



El perfil del conflicto presente en las entrañas del Vaticano se esclarece con la designación, el 15.02.2013, de la nueva Comisión Cardenalicia de Vigilancia del IOR que ha sido interpretada como el afianzamiento del control del ente financiero por parte del cardenal Bertone quien preside dicha comisión. 

En realidad, el único cambio ha sido el retiro del cardenal Attillo Nicora, considerado enemigo del actual Secretario de Estado, y su reemplazo por Domenico Calcagno, cardenal desde febrero del 2012 y "uomo fidatissimo di Bertone". Ëste ha sido confirmado por el actual Papa como presidente de la Comisión por un nuevo período de 5 años. Sin embargo, el cardenal Bertone cumple 80 años el próximo 02.12,2013 por lo cual se verá obligado a dejar todas sus funciones y cargos en la Curia.


¿NUEVAMENTE TRES PAPAS?

Podría crearse una situación aún más excepcional en los próximos años. Sería aún más inaudita e inédita que la que vive la Iglesia Católica actualmente. 


Aceptada la opción de la renuncia de su maxima autoridad y enfrascado el próximo Papa en una batalla campal contra varias facciones de la Curia, no es descartable, axiomáticamente, un segundo abandono voluntario del poder. Ello llevaría a un nuevo Cónclave y de suponer que Joseph Ratzinger pueda gozar de varios años de vida "lejos del mundanal ruido", tendríamos en la práctica la convivencia simultánea de 3 sumos pontífices. Dos de los cuales formalmente no retendrían el título ni la autoridad pero sí seguramente algo o mucho de influencia sobre el transcurrir de los acontecimientos vitales de la Iglesia. Sería nuevamente "el año de los tres papas" a semejanza de 1978 excepto que en aquella ocasión hubo un solo sobreviviente a la vez.


¿Lejana dicha perspectiva? Obviamente sí, pero no impensable. En función de los eventos recientes, varios personeros autorizados se han referido a la historia bimilenaria de la Iglesia para exhibir las renuncias previas de Pontífices.


Naturalmente ya ha comenzado a actuar el coro polifónico y, las más de las veces, discordante sobre el perfil que debe reunir el próximo Papa. A nadie puede asombrar que los perfiles asomados con frecuencia tienden a ser "retratos hablados" de preferencias personales tanto a favor de un Cardenal específico como de orientaciones para la marcha de la Iglesia. El consenso está regulado por la votación unísona de dos terceras partes del Colegio de los Cardenales facultados. 


Por ejemplo, el cardenal Andrea Cordero Lanza di Montezemolo opta por un "papa joven" mientras que el cardenal Lluís Martínez i Sistach, arzobispo de Barcelona, se pronuncia a favor de un Papa "carismático". Son divergencias naturales pero simplificaciones llenas de peligro.


Claramente hay candidatos "favoritos" tanto entre los Cardenales como en los fieles y en los apostadores. En los dos Cónclaves anteriores (1978 y 2995), se mencionó con gran despliegue promocional que la selección definitiva pudiera recaer en un hispano americano o en un candidato proveniente del África. Sería razonable y hasta deseable. Los católicos de América Latina representan el 45% de los fieles y siempre han contado con candidatos de primer orden. África, al contrario, representa solo el 15% del total de católicos pero es reconocido como un continente de primera importancia para el futuro de la Iglesia.


Sin embargo, el resultado histórico muestra que la sucesión, durante siglos, de Papas provenientes de Italia fue interrumpida solo en 1978. Adicionalmente, durante los últimos 33 años ha estado en manos de un europeo no italiano. O sea, ningún latinoamericano o africano ha calzado las sandalias de San Pedro a pesar de la calidad de muchos de sus candidatos.


El problema planteado no es única ni principalmente un tema de representación geográfica ni de peso poblacional. Lo que está en juego es la universalidad real de la Iglesia y su apertura a nuevos enfoques. 


¿UN PAPA AFRICANO?


Tenemos un caso ejemplarizante en el actual cardenal de Ghana, Peter Turkson (64), reconocido como favorito "molto papabile". En una entrevista reciente, declaró: 

"Necesitamos encontrar maneras para manejar los desafíos que provienen de la sociedad y la cultura".
Turkson, añadió que en su juicio el próximo Papa debe mantener la tradicional doctrina Católica pero aplicada de tal manera que no se convierta en irrelevante en un mundo con cambios contínuos. 

Según el cardenal Turkson, una de las principales rutas que la Iglesia debería seguir es dedicarse a la conversión de aquellos que han hecho suyo "estilos de vida alternos, tendencias y temas relacionados con los géneros". Agregó: 

"No podemos fallar en nuestra tarea de ofrecer orientación ... [la Iglesia] necesita enfrentar temas de manera relevante incluyendo la credibilidad de su propio ministerio y liderazgo".
El cardenal Turkson mantiene una postura conservadora pero no condenatoria de los "estilos alternos de vida". La posible falla en esta postura es la tendencia de transformar la conversión en una imposición.

Y AHORA, ¿UN NUEVO PAPA SIGNIFICARÁ UNA NUEVA IGLESIA"


Para los "entendidos" (periti in sensu lato) hablar de las relaciones entre Benedicto XVI y Hans Kung, y del pensamiento de éste último, es innecesario. Kung publica en el 2011 en alemán ¿Ist die Kirche noch zu retten?, su última gran obra. ¿Tiene salvación la Iglesia? aparecerá en español en unos dos meses en coincidencia no programada con el primer mes del nuevo pontificado.



HANS KUNG
El siguiente es un pasaje del prólogo: 
"Desde los más diversos flancos se me ha solicitado y animado una y otra vez, de palabra y por escrito, a posicionarme con claridad respecto al presente y el futuro de la Iglesia católica. Así, finalmente me he decidido a redactar, en vez de columnas y artículos de opinión sueltos, un escrito recapitulador que exponga y fundamente lo que se manifiesta como mi acreditada percepción de la esencia de la crisis: la Iglesia católica, esta gran comunidad de fe, se encuentra gravemente enferma: padece bajo el sistema de dominación romano que, contra toda resistencia, se consolidó durante el siglo XX y perdura hasta la fecha".
"Este sistema de dominación se caracteriza, como habrá que mostrar en lo que sigue, por el monopolio del poder y la verdad, por el juridicismo, el clericalismo, la aversión a la sexualidad y la misoginia, así como por el empleo espiritual-antiespiritual de la violencia. No es el único, pero sí el principal responsable de los tres grandes cismas del cristianismo: el primero, entre la Iglesia de Occidente y la de Oriente en el siglo XI; el segundo, en la Iglesia de Occidente entre la Iglesia católica y la protestante en el siglo XVI; y el tercero, en los siglos XVIII y XIX entre el catolicismo romano y el mundo ilustrado moderno". 
"Pero de inmediato he de señalar que soy un teólogo ecuménico y bajo ningún concepto estoy obsesionado con los papas. En mi obra El cristianismo: esencia e historia (1994) he analizado y expuesto a lo largo de más de mil páginas los diversos periodos, paradigmas y confesiones de la historia del cristianismo; y a la luz de todo ello, guste más o menos, resulta imposible negar que el papado es el elemento central del paradigma católico-romano. Un ministerio petrino, tal y como se desarrolló a partir de los orígenes, era y sigue siendo para muchos cristianos una institución con sentido. Pero del siglo XI en adelante ese ministerio se fue transformando cada vez más en un papado monárquico-absolutista que ha dominado la historia de la Iglesia católica, llevando a las ya mencionadas tensiones ecuménicas".
"El poder intraeclesial del papado, creciente sin cesar a pesar de sus reiteradas derrotas políticas y culturales, representa el rasgo decisivo de la historia de la Iglesia católica. Desde entonces, los puntos neurálgicos de la Iglesia católica no son tanto los problemas de la liturgia, la teología, la piedad popular, la vida religiosa o el arte cuanto los problemas de la constitución de la Iglesia, analizados de forma demasiado poco crítica en las tradicionales historias católicas de la Iglesia. Justamente tales problemas son los que aquí tendré que tratar con especial cuidado, a causa, entre otras cosas, de su índole ecuménicamente controvertida".
"JOSEPH RATZINGER, el actual papa, y yo fuimos los dos peritos oficiales más jóvenes del concilio Vaticano II (1962-1965), que trató de corregir en algunos puntos esenciales este sistema romano. Pero a resultas de la resistencia de la Curia romana, ello, por desgracia, solo se consiguió en parte. Luego, en el posconcilio, Roma ha ido revirtiendo de forma progresiva la renovación, lo que en los últimos años ha llevado a la abierta manifestación de la amenazadora enfermedad de la Iglesia católica, latente ya desde mucho tiempo atrás". 
"Quien hasta ahora nunca se haya visto confrontado en serio con los hechos históricos sin duda se asustará en ocasiones de cómo han funcionado las cosas por doquier, de cuántos aspectos de las instituciones y constituciones eclesiásticas —y muy especialmente de la principal institución católico-romana, el papado— son «humanos, demasiado humanos». Sin embargo, esto, expresado de forma positiva, significa que tales instituciones y constituciones —también el papado, él en especial— son modificables, básicamente reformables. Así pues, el papado no tiene que ser eliminado, sino renovado en el sentido de un servicio petrino de inspiración bíblica. Lo que sí debe ser eliminado es el medieval sistema romano de dominación".
"Por consiguiente, mi «destrucción» crítica está al servicio de la «construcción», la reforma y la renovación, todo con la esperanza de que en el tercer milenio la Iglesia católica, contra todas las apariencias, permanezca llena de vida".

RECURSOS

1) Texto de la renuncia al Papado escrito a puño y letra en latín por Benedicto XVI:



DECLARATIO

Fratres carissimi
Non solum propter tres canonizationes ad hoc Consistorium vos convocavi, sed etiam ut vobis decisionem magni momenti pro Ecclesiae vita communicem. Conscientia mea iterum atque iterum coram Deo explorata ad cognitionem certam perveni vires meas ingravescente aetate non iam aptas esse ad munus Petrinum aeque administrandum.

Bene conscius sum hoc munus secundum suam essentiam spiritualem non solum agendo et loquendo exsequi debere, sed non minus patiendo et orando. Attamen in mundo nostri temporis rapidis mutationibus subiecto et quaestionibus magni ponderis pro vita fidei perturbato ad navem Sancti Petri gubernandam et ad annuntiandum Evangelium etiam vigor quidam corporis et animae necessarius est, qui ultimis mensibus in me modo tali minuitur, ut incapacitatem meam ad ministerium mihi commissum bene administrandum agnoscere debeam.

Quapropter bene conscius ponderis huius actus plena libertate declaro me ministerio Episcopi Romae, Successoris Sancti Petri, mihi per manus Cardinalium die 19 aprilis MMV commissum renuntiare ita ut a die 28 februarii MMXIII, hora 20, sedes Romae, sedes Sancti Petri vacet et Conclave ad eligendum novum Summum Pontificem ab his quibus competit convocandum esse.

Fratres carissimi, ex toto corde gratias ago vobis pro omni amore et labore, quo mecum pondus ministerii mei portastis et veniam peto pro omnibus defectibus meis. Nunc autem Sanctam Dei Ecclesiam curae Summi eius Pastoris, Domini nostri Iesu Christi confidimus sanctamque eius Matrem Mariam imploramus, ut patribus Cardinalibus in eligendo novo Summo Pontifice materna sua bonitate assistat. Quod ad me attinet etiam in futuro vita orationi dedicata Sanctae Ecclesiae Dei toto ex corde servire velim.

Ex Aedibus Vaticanis, die 10 mensis februarii MMXIII

VIDEO: http://youtu.be/TzAC5tGJ_Nk

2) Artículo de Marco Politi (reconocido "vaticanisti"): de la transición al estancamiento: los "pecados" de Benedicto XVI.

3) Trailer de "Las sandalias del Pescador" (Anthony Quinn, Laurence Olivier, John Gielgud, Vittorio de Sica et al.) 1968




jrrevenga@gmail.com

@revengajr






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