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16/8/10

LA "TRANCA" A UN EMBAJADOR


José Rafael Revenga                                                                    Agosto 16, 2010

La designación del nuevo embajador USA y su aceptación por parte del gobierno venezolano está pronto a encontrarse “trancada” pues uno de los jugadores, tal como en el dominó, está a punto de “tirarse la tranca”. Si así lo hace, cierra la posibilidad de continuar el juego, por lo menos en esa “mano.”

CHÁVEZ AMENAZA CON “TIRARSE LA TRANCA”

El presidente Chávez amenazó el pasado 8 de agosto a su equipo rival, el presidente Obama, con la “tranca”:

“¿Cómo crees Obama que voy a aceptar ese embajador? Lo mejor es que lo retires. No insistas, él mismo se inhabilitó. Te lo pido, no puede venir.”

EL DEPARTAMENTO DE ESTADO NO CEDE

El próximo día, 9 de agosto, el vocero del Departamento de Estado es bombardeado con preguntas en la rueda de prensa rutinaria a las cuales responde:

“El señor Palmer sigue siendo nuestro embajador designado en Caracas.”

“No hemos recibido una notificación formal del Gobierno de Venezuela.”

“Como se acostumbra, nosotros solicitamos el agrément [el acuerdo] de todo gobierno antes de proceder con la nominación. Nosotros recibimos el agrément del Gobierno Venezolano.”

Un periodista insiste con el tema y repregunta:

“Pero si ellos [el Gobierno de Venezuela] retira su aprobación, ¿ustedes propondrían otro nombre?

A lo cual el vocero de la cancillería estadounidense responde:

“Nosotros esperamos que el señor Palmer será, de hecho, nuestro embajador en Venezuela.”

Por lo menos, hasta el lunes 16 de agosto, el juego entre USA y Venezuela estaba trancado a la espera que la “tranca” propia del dominó sea una jugada oficial.

EL RETIRO DE UN ACUERDO YA DADO
Para comprender lo engorroso y poco convencional de la dinámica desatada por la designación del embajador Palmer, hay que remontarse a fines de junio de este año cuando la cancillería venezolana efectivamente concede el placet o agrément –el visto bueno- al representante del presidente Obama en nuestro país.

O sea, no se trata de negar el beneplácito a un embajador designado por USA. Lo que está en juego es el retiro del acuerdo ya dado hace más de un mes y medio.


¿CÓMO SE LLEGA A LA “TRANCA?

Considero que ninguno de los contrincantes la buscó. Se da por la azarosa combinación de acontecimientos imprevistos potenciada por una desacertada lectura del clima de opinión en la capital de USA.

Como consecuencia de la aprobación inicial y definitiva por parte de Venezuela un mes antes, el embajador nominado se presenta el martes 27 de julio por la tarde en el Senado en Washington para ser confirmado.

En esa sesión del Comité de Relaciones Exteriores, presidida por el senador demócrata Christopher Dodd, también se presentan los candidatos para asumir la máxima representación diplomática en Chile, Panamá y Jamaica. Los tres fueron confirmados.

EL SENADO USA NO APRUEBA A PALMER



El único a quien le fue diferida la aprobación del Comité fue al Honorable Larry Leon Palmer, aspirante a ser embajador en la República Bolivariana de Venezuela. Por lo tanto, deberá presentarse de nuevo en septiembre frente al Comité de Relaciones Exteriores para su aprobación por el Senado. En otras palabras, tiene que “reparar”.

Y a partir de aquí, los acontecimientos se enzarzan. Es inusual que el Comité haya requerido un segundo testimonio del candidato a embajador. Las razones permanecen en el claroscuro de los pasillos de poder de la capital.




Sin embargo, he visto el video de parte de dicha sesión del Comité. Resulta obvio que el senador demócrata por el estado de New Jersey Robert Menendez, quien condujo buena parte de la interpelación, no estuvo conforme con las respuestas de Palmer. Éste apelo a principios generales y transmitió una actitud lacónica la cual Menendez comentó diplomáticamente que “quizás” escondía una actitud personal más robusta, necesaria para desempeñarse con éxito en el difícil patio venezolano.

En verdad, el testimonio escrito y leído por el embajador aspirante difícilmente puede ser calificado como inconveniente y amenazador para Venezuela. Tampoco lo son sus respuestas a las preguntas formuladas en viva voz por miembros del Comité. La cancillería venezolana no da a conocer ninguna objeción y no se comenta el por qué de la suspensión de la decisión del Comité del Senado y su diferimiento para mediados de septiembre al reinicio de las sesiones del Congreso en Washington.

De hecho, pasan varios días sin que se desate tempestad alguna. Y entonces, ¿por qué se presenta la “tranca”?

¿QUÉ DESATA LA FURIA DEL PRESIDENTE VENEZOLANO MANIFESTADA EL 8 DE AGOSTO?

Lo que parece haber colmado el vaso presidencial fueron las respuestas de Palmer al ya famoso cuestionario oficial suscrito por el senador Richard Lugar, el principal miembro del Comité de Relaciones Exteriores, con fecha del mismo 27 de julio y dado a conocer una semana más tarde. El cuestionario, al cual debe responder el candidato a embajador, es un procedimiento normal pero no de uso frecuente.

Efectivamente, las extensas respuestas firmadas por Palmer se dan a conocer sólo el 4 de agosto. La cancillería venezolana hace público, ese mismo día, su rechazo oficial a las declaraciones del embajador aspirante. En la práctica, lo que está en el ojo del huracán no es lo expresado en la sesión del 27 de julio, lo cual no había levantado ampollas, sino el amplio cuestionario y su respectivo repertorio de respuestas.

El comunicado de la Cancillería del 4 de agosto reza así:

“…[la Cancillería] tuvo conocimiento de las graves declaraciones que el embajador designado por el Gobierno de los Estados Unidos para representarlo en Caracas, Larry Leon Palmer, rindió ante el Congreso de ese país.“

“El Gobierno Bolivariano considera que el contenido de estas declaraciones constituye un serio precedente de injerencia e intervencionismo para alguien que ni siquiera ha pisado el territorio venezolano…el Ministerio se encuentra evaluando las consecuencias de esta declaración inaceptable, la cual rechaza enérgicamente en todas sus partes y ha solicitado explicaciones al gobierno de los Estados Unidos antes de tomar una decisión definitiva sobre este asunto.”

Sólo cuatro días más tarde, el 8 de agosto, se pronuncia el presidente Chávez y da a conocer informalmente su decisión de no aceptar el nombramiento del nuevo embajador.

LAS PREGUNTAS INESCAPABLES

Comité de Relaciones Exteriores, Senado, USA. (Julio 27, 2010)

Considero que aún más importante que las respuestas de Palmer son las doce preguntas firmadas por Lugar las cuales revelan la atmósfera dominante en Washington en relación al “desafío” venezolano. A continuación siete de ellas en forma abreviada:

1) “Qué opina Ud. en relación a la falta de independencia y de autonomía del poder judicial respecto a los poderes políticos…?”

2) “Cuál es la posición del departamento de Estado en relación a los siguientes casos…” [la juez María Lourdes Affiuni; violaciones de derechos humanos por parte del gobierno; detención de Oswaldo Álvarez Paz, acoso judicial a Guillermo Zuloaga…]

3) “¿Cuál es la credibilidad de las próximas elecciones para la Asamblea Nacional dada la persecución política de quienes disienten?”

4) “Por favor opine sobre la gobernabilidad del país después de las elecciones del 26/09…”

5) “Por favor dénos su evaluación sobre el estado actual de las Fuerzas Armadas de Venezuela…”

6) “¿Puede Ud. describir el nivel en que el Gobierno de Cuba está involucrado en los asuntos internos de Venezuela…?”

7) “¿Puede Ud. darnos sus opiniones sobre las repetidas y rimbombantes amenazas por parte del presidente Chávez de cortar el envío de suministros petroleros a los Estados Unidos?”

A estas preguntas responde Palmer por escrito y deberá hacerlo cualquier otro embajador designado para sustituir a Palmer en caso –supuesto negado hasta el momento- de que fuera negociado su retiro.

LA ASAMBLEA NACIONAL FIJA POSICIÓN

Durante la última semana varios diputados oficialistas y personeros del gobierno, se han hecho eco de la amenaza presidencial de proceder a un “cierre” unilateral de la “mano” y quizás, si gana “la tranca” con suficientes puntos, del “partido.” La declaración de mayor resonancia fue la de la presidenta de la Asamblea Nacional el 11 de agosto:

“Ellos pueden insistir pero ya nosotros como un pueblo libre que somos, soberano y con la competencia que tiene el Presidente para decidir a quién acepta y a quién no acepta, ya hay un pronunciamiento del Presidente y no es por capricho, el presidente Chávez ha dicho que este señor se inhabilitó él solito para venir acá.”

“Él, antes de pisar tierra venezolana se inmiscuye en nuestros asuntos y arremete con mentiras en contra de nuestras instituciones, en contra de la Fuerza Armada.”

“O sea, ¿cómo pretenden ellos que se pueda aceptar que este señor venga para acá, para Venezuela, como embajador? O sea, es imposible y si ellos continúan y persisten en que este señor es el que va a venir, pues, se quedarán sin embajador porque aquí, en Venezuela, un país autónomo, independiente, libre y soberano, el Presidente de la República, el Comandante Hugo Chávez ha dicho que este señor se inhabilitó y está inhabilitado para venir a Venezuela como embajador y nosotros en el Parlamento apoyamos esa decisión que ha tomado el presidente Chávez.”

SIN NOTIFICACIÓN OFICIAL

El 10 de agosto, el secretario asistente y vocero del Departamento de Estado, declara, nuevamente, que no ha recibido comunicación oficial del gobierno venezolano en relación a la nominación del embajador Palmer.

Sin embargo, TELESUR TV ha transmitido varios reportajes que pudieran servir de base para justificar una medida oficial de rechazo. Por ejemplo:




EL CÁLCULO DE LOS PUNTOS DE LA “TRANCA”

En fin de cuentas, y al colocar en paréntesis al coro monofónico alrededor de la decisión presidencial -cuya única nota es “tirarse cualquier tranca” por el placer de tirar las piedras sobre la mesa sin contar los puntos ajenos y propios-, el contexto de las decisiones por tomar de parte y parte reviste una excepcional singularidad:

• Un embajador aprobado y después rechazado –hasta ahora no formalmente- por el gobierno frente al cual es designado.

• Un embajador rechazado pero que todavía no ha logrado la aprobación requerida en el Congreso de su país.

• El desafío del “caso venezolano” cada día en mayor evidencia.

• Un embajador veterano, que sin duda fue escogido como el más adecuado para ser aceptado por Venezuela –y lo fue- pero que, paradójicamente, ahora es rechazado por sus respuestas descarnadas a preguntas implacables.

• La designación de cualquier nuevo embajador de USA tendrá que enfrentar el barraje del cuestionamiento de senadores demócratas y republicanos. Sus respuestas caerán en una de las dos orillas del río: serán inaceptables para Venezuela o, al contrario, para el Senado de su país.

• La solución propuesta por algunos en cuanto a dejar los asuntos, “les affaires”, de la Embajada USA en Venezuela en manos de un encargado de negocios puede ser una solución pasajera. Efectivamente estuvo vigente desde mediados del 2008 a mediados del 2009. No obstante, muy probablemente contribuiría a enrarecer la atmósfera y estimularía “trancas” ulteriores.

Mientras tanto, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ya aceptó la designación del reemplazo del embajador William Brownfield, anteriormente asignado en Venezuela. El nuevo embajador USA, en el vecino país es Peter Michael McKinley quien viene de ser embajador en Perú y fue ratificado por el Senado el 5 de agosto. A su vez, Colombia designó al último ex-ministro de defensa de Uribe, Gabriel Silva como embajador en Washington.

 Peter Michael McKinley, Embajador confirmado de los EE.UU. en Colombia (Junio 29, 2010)


El Washington Post editorializa el pasado 15 de agosto: "si ignorar los hechos sobre el señor Chávez es un requisito prara enviar un embajador a Caracas, entonces sería mejor no tener ninguno."

En el dominó hay una serie de jugadas convencionales elevadas a reglas. Una poco conocida es: “mano insegura no se tranca.”

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