José Rafael
Revenga
Septiembre 18,
2016
Como preámbulo
a la nota actual incluyo el audio de una intensa conversación sobre el devenir
venezolano sostenida con Thays Peñalver y Francisco Olivares, conductores del
programa "Buen Provecho" en Radio Caracas Radio, el miércoles 14.09
A ellos mi
agradecimiento. Thays es autora del imprescindible libro titulado “La Conspiración
de los Doce Golpes” de reciente aparición y gran aceptación por parte del público
lector.
Me ha
sido posible obtener la digitalización del audio gracias, una vez más, al
colega Luis Enrique Alcalá mejor conocido como el "doctor político" y
fuerte aspirante al título "doctor digital".
ESPAÑA INGOBERNABLE
España, después
de transcurridos nueve meses y de dos elecciones generales, el 20.12.2015 y el
26.06.2016, para elegir un nuevo gobierno con mayoría parlamentaria en las
Cortes Generales por un periodo de cuatro años, se encuentra sin gobierno y con
una alta incertidumbre en torno a su gobernabilidad futura.
Mariano Rajoy,
presidente del Gobierno español del 2012 al 2015 y líder del Partido Popular
(PP) logra el primer lugar en ambas contiendas pero no tiene éxito en
configurar pactos con alguno de los otros contendores para alcanzar la mayoría
parlamentaria.
En la primera, Rajoy no puede cumplir con la formación de un gobierno a pesar de que el Rey Felipe le concede la investidura la cual se extingue a los 60 días.
El segundo ensayo, después de tres meses del resultado electoral, Rajoy aun no logra recibir la investidura del Rey quien seguramente ve con justificado recelo un nuevo fracaso.
En la primera, Rajoy no puede cumplir con la formación de un gobierno a pesar de que el Rey Felipe le concede la investidura la cual se extingue a los 60 días.
El segundo ensayo, después de tres meses del resultado electoral, Rajoy aun no logra recibir la investidura del Rey quien seguramente ve con justificado recelo un nuevo fracaso.
Pedro Sánchez,
secretario general del PSOE, valora la situación actual así:
“Por primera vez en la historia del país,
la primera fuerza política es incapaz de articular una mayoría que le permita gobernar. Eso es
responsabilidad de Rajoy”.
Por lo tanto,
hoy en día, los españoles conviven con la interrogante de si tendrán que
recurrir a unas nuevas elecciones a tres meses plazo. Hasta fines de julio, la
atmosfera de la opinión pública y las declaraciones de los principales
dirigentes consideraban una tercera elección general como una imposibilidad.
Ahora dicho horizonte luce cada día más probable al extinguirse el verano y hacerse más belicosa la intransigencia especialmente entre el Partido Popular y el PSOE liderado por Pedro Sánchez.
Ahora dicho horizonte luce cada día más probable al extinguirse el verano y hacerse más belicosa la intransigencia especialmente entre el Partido Popular y el PSOE liderado por Pedro Sánchez.
Las últimas
encuestas constatan el desengaño y la desafección que se ha apoderado del
electorado español. De tener lugar unos nuevos comicios la abstención
alcanzaría el 37%.
Sorpresivamente quien
mejor ha enfrentado el desgaste de los cuatro partidos ha sido Rajoy (PP),
quien ha ejercido el cargo inercial de “presidente en funciones” el cual no
traduce la parálisis efectiva del gobierno. Rajoy, de llevarse a cabo la ronda
electoral hoy, obtendría el 34,8% de los votos validos lo cual representa un
incremento marginal en comparación con el 33% del 26-J.2016 y el 28,7% del
20-D.2015.
Rajoy aun está
bien lejos de alcanzar una mayoría absoluta la cual requiere el compromiso
formal de los ocupantes de 176 escaños de un total de 350 diputados.
El aumento, no
considerable, de parte de Rajoy es atribuible más por la leve erosión de la
figuración de sus rivales que por cuenta
propia.
Así, el bloque socialista del PSOE ha visto declinar su apoyo del último resultado del 22,7% en el 26-J partiendo de un 22% el 20-D. O sea, su nuevo secretario general, Pedro Sánchez, no ha logrado energizar al partido después de los ocho años de gobierno de Rodríguez Zapatero y de un interinato en la secretaria de un par de años en manos de Pérez Rubalcaba vencido en las elecciones generales a fines del 2011: el 20-N.
Así, el bloque socialista del PSOE ha visto declinar su apoyo del último resultado del 22,7% en el 26-J partiendo de un 22% el 20-D. O sea, su nuevo secretario general, Pedro Sánchez, no ha logrado energizar al partido después de los ocho años de gobierno de Rodríguez Zapatero y de un interinato en la secretaria de un par de años en manos de Pérez Rubalcaba vencido en las elecciones generales a fines del 2011: el 20-N.
Podemos, a
partir del 26-J, aliado con Izquierda Unida, mantiene idéntico su apoyo del
21,1% generado el 26-J.2016. Su secretario general, Pablo Iglesias, no ha
logrado reencender el impulso que lo
condujo del casi anonimato del 2015 a un 20,7%
en las elecciones del 20-D.2015. Si bien su cota de apoyo se amplió
hasta un 21,1% en el 26-J esto se debió
a la coalición con IU la cual arrojo solo la suma de ambas preferencias para
dicho momento.
El más reciente
miembro del cuatripartidismo, la organización Ciudadanos, liderada por Albert
Rivera, se encuentra estancada en la preferencia de los votantes a partir de un
fulguroso ascenso desde su primera aparición en pizarra con un 13,9% el
20-D.2015 para ubicarse en un 12% según los últimos sondeos de opinión.
Las dos
principales centrales obreras, UGT y CC.OO., rechazan ir a unas terceras
elecciones. Dicho criterio es el mismo del 91% de los españoles.
Pero se mantiene
la incógnita de cómo evitarla.
Matemáticamente solo una coalición del PP con el PSOE conduciría a superar el umbral de la mayoría absoluta de 176 escaños lo cual hasta ahora se ve imposibilitado debido a la rivalidad antagónica entre una mayoría del PSOE y casi personalmente con el PP de Rajoy. Hasta ahora Pedro Sánchez ha manifestado una rotunda negativa frente a dicha opción.
Matemáticamente solo una coalición del PP con el PSOE conduciría a superar el umbral de la mayoría absoluta de 176 escaños lo cual hasta ahora se ve imposibilitado debido a la rivalidad antagónica entre una mayoría del PSOE y casi personalmente con el PP de Rajoy. Hasta ahora Pedro Sánchez ha manifestado una rotunda negativa frente a dicha opción.
Cabria la opción
de una mayoría relativa en manos del PP si el PSOE decidiera ausentarse de la
sesión parlamentaria lo cual permitiría que los más de 134 diputados del PP
configuren una mayoría.
Esta postura se vería acompañada por un pacto previo en el cual el PSOE apoyaría solo una reducida lista de proyectos de reforma promovidos por el presidente Rajoy. Si bien evitaría la absurda tercera elección, la aparente solución se proyecta llena de artificialidad y de escasa sustentabilidad. La gobernabilidad de la Nación no estaría garantizada.
Pedro Sanchez tampoco acepta la propuesta de apoyar a un candidato del PP diferente a Mariano Rajoy.
Esta postura se vería acompañada por un pacto previo en el cual el PSOE apoyaría solo una reducida lista de proyectos de reforma promovidos por el presidente Rajoy. Si bien evitaría la absurda tercera elección, la aparente solución se proyecta llena de artificialidad y de escasa sustentabilidad. La gobernabilidad de la Nación no estaría garantizada.
Pedro Sanchez tampoco acepta la propuesta de apoyar a un candidato del PP diferente a Mariano Rajoy.
Pedro Sánchez
reafirma el viernes 17.09 que “la responsabilidad
del PSOE no es reforzar aquello que queremos combatir y cambiar”. En San
Sebastián el secretario general del PSOE aseveró
que no se abstendría en el caso de una votación en la legislatura para
facilitar que Rajoy continúe en el Gobierno.
Una
opción adicional para superar el bloqueo en la legislatura sería la coalición
integrada por el PSOE, UnidosPodemos y Ciudadanos. Sánchez la ha planteado pero
no ha desarrollado ninguna tracción y si bien la suma de los escaños superaría
el umbral requerido para la mayoría absoluta es difícil imaginar su
funcionalidad.
El reparo
fundamental que presenta una tercera elección consiste en que no exhibiría
ninguna garantía en cuanto a la posibilidad de configurar un pacto ya que los
cuatro bloques partidistas se mantienen congelados en su caudal electoral. Esta
dinámica debe conducir a profundas reflexiones sobre el destino de la
conducción política de España.
Con el liderazgo actual propio a cada una de las organizaciones políticas es difícil prever un surgimiento electoral.
Con el liderazgo actual propio a cada una de las organizaciones políticas es difícil prever un surgimiento electoral.
Iglesias (UnidosPodemos)
ha perdido el impulso inicial de su popularidad a lo cual hay que anotar
rivalidades internas que seguramente conducirán a la fragmentación del partido
al enfrentarse el estratega y número dos, Iñigo Errejón, con el fundador.
Rivera, de Ciudadanos,
también parece condenado a quedarse en neutro mientras Pedro Sánchez es el
blanco de varias aspiraciones calificadas dentro del PSOE.
Si a esta
dinámica de fragmentación sumamos los movimientos secesionistas, separatistas o
federalistas de las más importantes autonomías en adición a la multiplicación
de los diversos liderazgos autonómicos al interior de los partidos, se me hace
imposible no concluir que España se ha vuelto ingobernable.
Como solución
beatifica, algunos proponen que si el PP designara un candidato diferente a
Rajoy entonces el PSOE podría pactar con el partido mayoritario y dar lugar a
un piso de gobernabilidad.
Considero que el
problema es más profundo. El sistema electoral de España fue diseñado para un
bipartidismo parlamentario el cual generaba una mayoría automática. Al surgir
el cuatripartidismo la ecuación deja de funcionar y se agravara en el futuro debido
a la fragmentación de los partidos existentes y al surgimiento de nuevas
organizaciones. Merece atención el especial
éxito de Podemos en el País Vasco, Cataluña y Galicia .
Estamos frente a
la italianización de la conducción política de España con el temor adicional de
que deje de ser una frente a las dinámicas autodeterministas.
Preferencias electorales actuales en funcion de una probable tercera eleccion general |
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