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11/5/14

UN NUEVO BOOM EDITORIAL: "EL CAPITAL EN EL SIGLO 21"


José Rafael Revenga                                 Mayo 18, 2014

Un abultado libro de casi 700 páginas sobre un tema abstruso, salvo per i cognoscenti, obra de un relativamente desconocido pero prominente economista francés  -Thomas Piketty- ha desatado, de manera casi inexplicable, un furor de curiosidad e interés en el público en general.

Su edición en inglés aparece publicada por la prestigiosa Harvard University Press (hacer clic). En unas ocho semanas desde su aparición se ha convertido en un bestseller o blockbuster en Amazon (hacer clic) ocupando el rango #30 en todos los libros vendidos por el gigante del mercadeo en línea. Además, ocupa el primer puesto en los renglones temáticos de  "Business & Money" y "History". Y, en el segundo lugar, en los Kindle eBooks dedicados a "Negocios y Dinero".

El libro original ("Le capital au XXIe siecle") apareció en francés en agosto del 2013 publicado por Seuil en un formato de unas mil páginas.


En los EE.UU, la circulación del libro supera los 100.000 ejemplares de venta y se estima que su tiraje pueda llegar a unos 300.000.

UN NUEVO EMPEÑO EN EL COMBATE CONTRA LA POBREZA

¿Qué puede haber suscitado tal entusiasmo responsable de la venta ya superior a los cien mil ejemplares? Es verosimil que exista una apetencia difusa y no satisfecha, transversal a las culturas y a las naciones, de entender por qué existe una desigualdad de ingresos, indicadores sociales, oportunidades y calidad de vida a pesar de todo tipo de esfuerzos multilaterales y de teorías cuyo efecto terapeútico se ha revelado como marginal.

Hay una copiosa, casi infinita, bibliografía sobre temas similares a los tratados por el profesor de la Escuela de Economía de París. El primer libro que se me viene a la mente es el conocido texto del Premio Nobel de Economía  Joseph Stiglitz "El Precio de la Desigualdad" ("el 1% de la población tiene lo que el 99% necesita") publicado en español en el 2012.

Otro ejemplo del mismo tenor es: "¿Why Nations Fail: The Origins of Power, Prosperity, and Poverty?" del 2013 escrito por Daron Acemoglu y James Robinson.

EL ÍNDICE TEMÁTICO

Indice del "Capital en el siglo 21"


EL FRACASO DE LAS POLÍTICAS PREVIAS

En verdad, la interacción de los factores dinámicos responsables de la acumulación del capital y de su distribución sesgada no han sido objeto de un estudio longitudinal histórico como lo expone Piketty para una veintena de países a lo largo de los dos últimos siglos. Piketty no presenta una visión apocalíptica del fin del capitalismo a lo Karl Marx pero si retrata el empeño fallido puesto en práctica desde mediados del siglo pasado.

The Economist ha celebrado la nueva obra dedicando varias notas sobre el "fenómeno literario" y las implicaciones de su contenido. Una de ellas se pregunta por qué la edición francesa no despertó mayor interés sino después del vendaval generado en el mundo angloparlante.  Hoy, la obra ocupa solo el lugar #192 en la lista de libros más vendidos en Francia.

La obra de Piketty se centra sobre un estudio cuantitativo minucioso que ilustra la concentración de la riqueza privada en las sociedades de Europa Occidental a partir de los 1700s hasta después del fin de la II GM cuando reformas impositivas, prestaciones laborales y programas de los "Estados del bienestar" corrigieron en algún grado la desigualdad. Picketty alerta que de nuevo la concentración de la riqueza ha aumentado en el siglo 21.

El profesor Thomas Piketty autor del "Capital en el siglo 21"

LA AMBIGÜEDAD DE LOS TÉRMINOS

Personalmente considero que Piketty juega con la ambigüedad de ciertos términos. Para el economista francés, "riqueza" es equivalente a "capital" y a "ingresos" lo cual conduce a confusiones en la formulación de políticas. Además, los tres vocablos terminan por identificarse con un cuarto término:"patrimonio". Y éste parece ser el centro de la obsesión de Piketty quien considera que la traslación hereditaria del patrimonio es la causa profunda de la desigualdad.

"Capital" es un factor activo cuyo propietario puede ser el mismo Estado, tenedores organizados de acciones e inversionistas personales. "Riqueza" se equipara usualmente con los bienes muebles e inmuebles asi como las inversiones de una persona o grupo familiar los cuales a la larga tienden a constituir un "patrimonio" relativamente pasivo y transferible hereditariamente.

La disponibilidad de largas series históricas númericas sobre la distribución del ingreso le facilita a Piketty su erudita investigación pero le limita el andamiaje conceptual a partir del cual comprender qué en verdad se entiende por "riqueza" personal bien diferenciada de la "riqueza" en manos de Estados, grandes corporaciones o anónimos fondos de ahorristas.

Además, lo inocula de tener que pronunciarse sobre la máxima concentración de "capital" -y de poder, lo cual también es un "capital"- en sociedades de alta intensidad monocrática. Estas promueven la tenencia del "capital" en diversas formas de "nomenklaturas" o de anillos familiares ligados a monarquías contemporáneas.

LA TESIS DE PIKETTY: EL ENFOQUE REDUCCIONISTA DE UN IMPUESTO GLOBAL

A partir de un enfoque netamente cuantitativo y unidimensional arropado en conceptos difusos es muy fácil llegar a formular políticas públicas profundamente erróneas y disfuncionales. 

Pocos mencionan o recuerdan que Piketty fue uno de los más importantes asesores económicos del presidente Francois Hollande de Francia quien en su campaña eñectoral en el 2012 propuso una nueva legislación tributaria aumentando el impuesto sobre la renta personal al 75% para quienes devengaran más de un millón de euros al año. La iniciativa fracasó por su inaplicabilidad práctica al unificar todos los millonarios en un solo tipo. No es lo mismo un millonario que deriva sus ingresos como remuneración de inversiones de mayor o menor riesgo generadores de "riqueza" colectiva que un rentista pasivo que se beneficia del rendimiento de activos adquiridos o recibidos.

Aún de manera más artificial lo cual delata un enfoque “mecanicista” de parte del autor, Piketty concluye su interesante y estimulante libro con una recomendación planetaria: imposición por parte de los gobiernos de una tasa global sobre la “riqueza” para frenar una desigualdad desbocada. 

El autor no detalla como los ingresos adicionales recibidos por el Fisco Nacional llegarían a distribuirse para beneficiar a las grandes mayorías ni cual sería el incremento promedio per cápita ni el uso al cual los destinarían los receptores de la repartición del “capital”. 



Sin embargo, en los EE.UU. la contribución intelectual de Piketty ha sido recibida positivamente por parte de opinadores de gran autoridad. El 24.04 pasado, Paul Krugman, Premio Nobel de Economía, escribió en su columna de opinión en el New York Times:
"...lo que es realmente novedoso en "Capital en el siglo 21" es la manera en que demuela al mito conservador más querido, la insistencia que vivimos en una meritocracia en la cual grandes riquezas son ganadas y merecidas".

LA RESEÑA DE PAUL KRUGMAN

El 08.05 pasado aparece una amplia reseña del libro de Piketty en The New York Review of Books elaborada por Krugman: "¿Por qué estamos en una Nueva Época Dorada?".
"...es un tour de force de modelación económica y un abordaje que integra el análisis del crecimiento económico con aquel referido a la distribución del ingreso y de la riqueza. Este es un libro que cambiará tanto la manera en que pensamos acerca de la sociedad como el modo en que hacemos economía".
LA NUEVA ECONÓMIA DIGITAL ESTÁ AUSENTE

Hay que tener en cuenta que la desigualdad creciente no proviene principalmente de una disparidad en los ingresos salariales sino de una acumulación de activos en empresas startups en expansión. Así los accionistas emprendedores y los inversionistas avezados asociados con Instagram, Facebook, Twitter han realizado en corto tiempo y sin contar con grandes activos, salvo el ingenio y el talento para programar, fortunas inimaginables.

Algo similar encontramos en los miles de millonarios, y billonarios, que se han beneficiado del cambio de las reglas de la economía en China lo cual ha repercutido en ritmos de crecimiento excepcionales.

Si Pickett dispondiera de las estadísticas chinas, seguramente obtendría resultados que reforzarían su tesis sobre el incremento de la disparidad de ingresos en los diferentes sectores.

Sin embargo, en contraposición a su esquema de distribucionismo aritmético encontraría que el capital formado en el siglo 21 en China ha tenido lugar debido a la modernización comunicacional, la expansión de la construcción y el impulso a empresas de tecnología digital.


LA ECUACIÓN FUNDAMENTAL DEL CAPITALISMO

La ecuación fundamental del modelo de Piketty es que de nuevo, en este resurgir de La Belle Epóque, el ritmo de crecimiento del retorno sobre el capital (después de cancelar impuestos) se hace cada vez mayor en relación a la tasa de crecimiento de la economía en su totalidad. Dicho en forma abreviada: g

Para el final período del 2050 al 2100, Piketty calcula que r alcance algo más del 4% anual mientras que g descendería a algo más del 1,5%.

En la introducción a su libro, Piketty advierte que su contenido no debe ser interpretado desde un determinismo económico en cuanto a las desigualdades de riqueza e ingreso lo cual contradice las apreciaciones que se han popularizado en torno a su obra:
"La historia de la desigualdad depende de la manera en que los actores económicos, sociales y políticos ven lo que es justo y lo que no lo es. Igualmente, depende del poder relativo de esos actores y las decisiones resultantes. Es el producto conjunto de todos los actores relevantes combinados".

UN CAMBIO DE ENFOQUE: LA "REAL EKONOMIE"

Tendré que esperar el próximo libro de Piketty para conocer cómo el profesor piensa tratar esos temas una vez liberado de las interminables series cuantitativas y más cercano a la "real ekonomie".

Un apremiante ejemplo de lo que podemos llamar la "real ekonomie" es la situación del desempleo en la Unión Europea durante las últimas décadas. Y en especial, el desempleo entre los jóvenes de 18 a 24 quienes se ven desprovistos de oportunidad de continuidad en su capacitación y, a la vez, no encuentran como abrir las puertas de una ocupación productiva y significativa.

Las series estadísticas de los últimos quince años saltan a la vista de todos y no requieren un trabajo de erudición histórica para conocer el angustioso dramatismo de millones de personas que se esconde por debajo de los indicadores econométricos. Obviamente, muchos se han enriquecido a costa de muchos como resultado de políticas económicas fraudulentas. Sin embargo, en España, por ejemplo, el modelo aplicado ha sido el del "socialismo a lo Zapatero" cuyos efectos nocivos apenas han sido puestos en cuarentena por el "capitalismo a lo Rajoy".

EL PARO JUVENIL

Veamos los hechos reales: A fines del 2013, 5,4 millones de jóvenes europeos ni estudiaban ni trabajaban. Es decir, uno de cada cinco que buscaba trabajo no lo encontraba. Si nos apartamos del promedio regional, de por sí motivo de toda alarma, y nos enfilamos sobre España (55,56% de desempleo juvenil) y Grecia, entonces el indicador aumenta a uno de cada dos. Una consideración adicional: en casi todos las naciones de la UE, el desempleo juvenil duplica al de los adultos. ¿Cómo no va a generar semejante dinámica una creciente y duradera desigualdad?

La causa de dicha trágica realidad no puede ser imputada al hecho que el "1%" haya mejorado sus fortunas las cuales seguramente se han incrementado a una tas superior al de la economía nacional correspondiente. En muchos casos estas han decrecido. El abismo que separa los diferentes estratos socio-económicos ha sido generada por políticas públicas emanadas de los gobiernos.

Y a pesar de los pesares, hay luz. El 28.02.2014 los ministros de Empleo de las 27 naciones europeas acordaron garantizar a los jóvenes menores de 25 años que no se encuentren en el sistema educativo y estén en situación de paro, una oferta de trabajo adecuada, capacitación adicional o pasantías en un plazo máximo de cuatro meses. Para eso se ha creado un fondo financiero de 6 millardos de euros.

Un impuesto específico al "1%", siempre que sea adecuadamente administrado por los gobiernos, pudiera aportar el financiamiento adecuado. Esa ha sido la tentación del presidente Hollande y es una atmósfera que encubre a importantes centros de formulación de política en los EE.UU.

El resultado neto bien puede ser que el "1%" tenga algo menos, el "10%" todavía menos y en fin de cuentas todos mucho menos.

Es la consecuencia de lo que he llamado "reduccionismo distributivo" el cual garantiza que todos tengan menos incluyendo a quienes ya tienen menos.

La mantra sustitutiva parecería ser el capitalismo o el socialismo, siempre que ambos sean productivos.

NOTA


jrrevenga@gmail.com

@revengajr


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