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21/11/10

!SE ACABÓ EL SOCIALISMO MANGUANGUA! V


José Rafael Revenga                                    Noviembre 22, 2010
A fines de agosto pasado a Fidel se le fue la frase pero no la convicción de que “este modelo ya no funciona ni aquí”. Raúl Castro pronunció otra frase lapidaria hace pocos días en el mismo sentido. Ésta ha tenido una resonancia mediática mucho menor que la del hermano mayor y  su lenguaje ha sido refinado al máximo en procura de no alarmar.
¿CÓMO DESMONTAR UN MODELO ECONÓMICO DOGMÁTICO?
Estamos en presencia de uno de los mayores actos de malabarismo político-económico desde mediados del siglo pasado. Se trata de desmontar un modelo híper-centralista en la cual la única propiedad es del Estado, el único empleo es el que ofrece la inexpugnable burocracia oficial y todos tienen garantizados un nivel de vida de pobreza el cual no admite afanes de superación. Vietnam, China, Rusia y Alemania del Este lo han intentado y, salvo la última mención, han sido relativamente exitosos en introducir una economía regulada por el gobierno la cual incentiva el emprendimiento privado, la superación de décadas de atraso y la inversión extranjera.
EL CASTILLO DE ARENA SE DESMORONA
Durante cinco décadas el modelo cubano ha sido instrumentado y perfeccionado en sus últimos detalles hasta lograr una artificialidad total. Es el modelo de la escasez magnificada por vía de una tarjeta de racionamiento, de la sumisión de las aspiraciones del pueblo y de una nueva forma de dependencia foránea basada en el subsidio patrocinado por alianzas focalizadas en el mantenimiento del poder de los regímenes en cuestión.
Imaginémonos un castillo de arena, construido laboriosamente año tras año durante medio siglo, cuya fragilidad es mantenida por una imposición política y una propaganda concentrada en ofuscar la opinión y el sentir del colectivo y el cual de repente se viene abajo. Se ha hecho  insostenible.
¿Qué hacer? ¿Cómo ocultar el fracaso? ¿Cómo construir un nuevo modelo económico? Estos son los grandes dilemas que pretende resolver el Presidente y General de Ejército Raúl Castro. Veamos cómo.
EL SEMINARIO PREPARATORIO DEL VI CONGRESO DEL PARTIDO
El presidente Raúl Castro convoca el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) para la segunda quincena de abril 2011. El último tuvo lugar en 1997. En momentos de su celebración habrá 500.000 desincorporados de las "abultadas plantillas del sector oficial" (Noviembre 8, 2010)

A partir del 10 de noviembre, 523 dirigentes se reunieron durante cuatro días en un seminario nacional preparatorio del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba el cual debe tener lugar en la segunda quincena de abril del 2011 con dos años de retraso debido a la inconveniencia política de su celebración. Lo excepcional de la iniciativa se refleja en la distancia que lo separa del V Congreso: 14 años.
Como informó el presidente Castro el 8 de noviembre pasado: “El Congreso no es sólo la reunión de quienes resulten elegidos como Delegados, sino también el proceso previo de discusión por parte de la militancia y de toda la población de los lineamientos o decisiones que serán adoptados en el mismo”. Las discusiones previas se prolongarán hasta fines del próximo mes de enero.


RAÚL CASTRO: “NO QUEDA MÁS ALTERNATIVA”


En dicho cónclave Raúl Castro enunció: “No queda más alternativa”. En otras palabras, el castillo ya se desmoronó y hay que seguir adelante con los cambios propuestos al obsoleto modelo económico.
Después de reconocer lo inevitable, Raúl Castro se ve obligado a recalcar que “las ideas de Fidel están presentes en cada uno de los lineamientos propuestos”. Es decir, no hay herejías y la suprema autoridad referencial sigue siendo Fidel quien no solo está de acuerdo sino que, en un franco giro hiperbólico, el hermano menor afirma: “las ideas son de él”.
Queda todavía por instrumentar como venderle a la alta dirigencia del partido, a la burocracia enquistada en empresas oficiales con abultadas nóminas y análogas pérdidas, al pueblo, el cual ha padecido por tres generaciones la felicidad de las carencias, que el modelo practicado durante cinco décadas es un total fracaso y por lo tanto se impone un salto al vacío cuyo primer paso es colocar en la calle a 85.000 “desocupados” cada mes por lo menos durante un año a partir del pasado mes de octubre y transferirlos a una categoría eufemísticamente etiquetada como “trabajadores por cuenta propia”. Un despido sin “cajita feliz” alguna y sin paracaídas para uno de cada cinco miembros de la fuerza laboral cubana.
¿A DISCUTIR CON TODO EL PUEBLO?
Las ondas expansivas de la repercusión real de dichas medidas sobre la vida diaria de los afectados y sobre su adhesión al régimen político basado en la dominación patriarcal son impredecibles pero potencialmente amenazadoras.
De allí que Raúl Castro insta al medio millar de dirigentes reunidos en el seminario de análisis, a “discutir con todo el pueblo” los lineamientos propuestos para la nueva conducción de la economía.
La apuesta de alto riesgo se basa en una “participación masiva” previa al VI Congreso para “garantizar” su éxito el cual se define como una total aprobación y adhesión al nuevo modelo. 
Para ese entonces ya 500.000 cubanos se encontrarán en la calle sin empleo formal  obligados a transitar un  vía crucis de autorizaciones previas de las cuales depende el “cuentapropismo” para definir su nueva actividad económica, el lugar en el cual puede ejercerla, el número de empleados por contratar, el nivel de precios por fijar y el pago, por primera vez, de impuestos.

¿CÓMO ESTRUCTURAR UNA OFERTA SIN TENER UN MERCADO?
Para cualquier observador la curva de aprendizaje luce casi vertical en función del escaso tiempo disponible, las regulaciones artificiales  y la prédica por medio siglo de que el camino de la “revolución” era diametralmente opuesto. Más aún, no se ha  considerado de dónde pueda surgir el mercado de consumidores y clientes a quienes los emprendedores activados en 178 oficios puedan ofrecer sus bienes y servicios.
Para evitar un desmembramiento de todo el tramado de  la verticalidad de las directrices económicas, el presidente Castro recurre a una diplomática estrategia de persuasión a fin de suavizar y orientar las críticas imposibles de detener: “ la diversidad es fundamental”, “la vida se enriquece cuando hay discrepancias”, “no se trata de convencer sobre lo que está escrito en el Proyecto de Lineamientos, sino de explicar los asuntos y recoger meticulosamente todas las opiniones, porque en este proceso quien va a decidir es el pueblo”. El único comentario que se me viene a la mente es, como diría Bogart en Casablanca, “play it again, Sam”.
“HAY COSAS QUE BAJO FORMULAS ESTATALES NO FUNCIONAN”

Marino Murillo Jorge, vicepresidente del consejo de Ministros y ministro de Economía y Planificación, se hizo vocero en el seminario, de la ambigüedad de un orden que rehúsa desaparecer y un nuevo orden que no se atreve a emerger para recordar un pensamiento de Antonio Gramsci.


El ministro Murillo afirmó: “pues hay cosas que bajo fórmulas estatales no funcionan” para continuar con "en la actualización del modelo económico cubano primará la planificación y no el mercado".  Y el presidente Castro izó la bandera de la ortodoxia para recordar el dogma que reza: “el plan es sagrado”.
En la cúpula nadie se atreve a cortar amarras con la mentalidad dominante y el léxico oficialista. Se habla de “ajustes”, de “actualización” –me recuerda al “aggiornamento” del Concilio Vaticano II- como si se tratara de unas mínimas puestas al día. Los errores históricos pasan a la carpeta de los llamados “desafíos”. Las palabras quizás puedan seducir a los oídos de algunos pero la realidad o la praxis de la vida diaria es implacable.

Marino Murillo Jorge, vicepresidente del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros y ministro de  Economía y Planificación se dirige a la Asociación Nacional de Pequeños Agricultores a fín de lograr la adhesión de sus miembros al cambio del modelo económico. (Noviembre 20, 2010)
Por ejemplo, una de las distorsiones más profundas y más anti-igualitaria del modelo histórico es la circulación de dos monedas: el peso nacional (CUP) que rige para la economía de la inmensa mayoría pobre y el peso cubano convertible (CUC) –casi a la par con el dólar. El peso cubano corresponde al pago de los salarios de casi todos los cubanos y tiene un valor 24 veces menos que el peso convertible.
Obviamente todos están de acuerdo con la unificación de la moneda pero ella depende de la productividad del sector oficial y del éxito del buhonerismo disfrazado de “cuentapropismo”. 
Es probable que la mayor eficiencia surja de un “mercado negro” - permitido hasta ahora en algunos casos- y hoy en día legalizado para que los familiares residentes en USA puedan hacer llegar unos pocos miles de dólares a los cubanos obligados a nadar por cuenta propia y a montar micro negocios.
“NADIE PIENSE QUE VAMOS A CEDER LA PROPIEDAD”
El ministro de Economía se aventuró a proponer la liquidación de las empresas estatales: “no es posible tener diez años una empresa con pérdidas reiteradas y que el Estado tenga que asumir sus gastos”.

El presidente Castro ha sustituido en los dos últimos años a un grupo significativo de funcionarios-gerentes. Pero esto no implica un cambio sustancial del modelo: "No hay reforma, es una actualización del modelo económico. Nadie piense que vamos a ceder la propiedad, la vamos a administrar de otra forma", aclaró el ministro Murillo.

RAÚL CASTRO: “DE OTRA MANERA IREMOS AL PRECIPICIO”

El documento de unas 32 páginas presentado en el Seminario bajo el título “Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revoluciónes un diagnóstico apenas camuflado de lo que queda del castillo de arena sobre el cual se había enarbolado la bandera del “socialismo”:



“…dado el complejo panorama existente, no se han resuelto los principales problemas que limitan el desempeño de la economía, por lo que será necesario:

• Poner en explotación las tierras todavía ociosas, que constituyen cerca del 50 % y elevar los rendimientos agrícolas.
• Buscar alternativas de fuentes de financiamiento para detener el proceso de descapitalización de la industria y la infraestructura productiva del país.
• Eliminar las “plantillas infladas” en todas las esferas de la economía y producir una reestructuración del empleo, incluidas fórmulas no estatales, aplicando un tratamiento laboral y salarial a los trabajadores interruptos que elimine los procedimientos paternalistas.
• Incrementar la productividad del trabajo, elevar la disciplina y el nivel de motivación del salario y los estímulos, eliminando el igualitarismo en los mecanismos de distribución y redistribución del ingreso. Como parte de este proceso, será necesario suprimir gratuidades indebidas y subsidios personales excesivos.
• Recuperar la capacidad exportadora en rubros tradicionales; incrementar sostenidamente y diversificar las exportaciones de bienes y servicios, así como, reducir la elevada dependencia importadora con vistas a revertir la situación financiera externa.
• Otorgar mayores facultades, en los marcos del plan, a las empresas, e impulsar con efectividad la iniciativa de los territorios para potenciar de manera sostenible su desarrollo económico.
• Realizar los estudios para la eliminación de la dualidad monetaria.

“La conducción de la economía a través del sistema de planificación se ha centrado en lo fundamental en los problemas del sector externo, lo que, unido a la insuficiente integralidad entre los objetivos del plan, ha contribuido a mantener las desproporciones y la no correspondencia de los planes de las empresas con el de la economía nacional.

“El Ministerio de Economía y Planificación dedicó su tiempo fundamentalmente a buscar un equilibrio a corto plazo entre lo que se demandaba en cada momento y los recursos disponibles, lo que conllevó a que no desempeñara el papel que le correspondía como organismo rector de la economía.

“Para el próximo quinquenio, la política económica, basada en la proyección aprobada para ese período, debe dar solución a los problemas anteriores”.

El pasado 31 de octubre, Raúl Castro se dirigió a los 202 dirigentes del Pleno del Congreso Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) con la finalidad de que el proceso de “auto-crítica” no se convierta en “crítica” demoledora: “de otra manera iremos al precipicio”. 

Raúl Castro trata de convencer al Pleno de la Confederación de Trabajadores de Cuba sobre las bondades de los "Lineamientos" (Octubre 31, 2010)

Castro añadió:

“La única forma de romper dogmas, malos hábitos, tabúes, es dándoles participación a las masas con la clase obrera al frente, pues junto a los campesinos y el pueblo es la clase más revolucionaria.”

Y en otro aparte destacó la importancia de: “… desterrar la tendencia de algunos de ocultar las fallas, en la urgencia de sacar enseñanzas de los errores cometidos, pues tienen que dejarnos al menos la utilidad de la experiencia para no repetirlos”.

RAÚL CASTRO: “NADIE, NI UN INDIVIDUO NI UN PAÍS, PUEDE DARSE EL LUJO DE GASTAR MÁS DE LO QUE TIENE”

Hace algo más de tres años, el 26 de julio del 2007, el Primer Vicepresidente de los Consejo de Estado y de Ministros alertó sobre la difícil situación económica desde un enfoque realista. Es una lección de economía práctica que muchos gobernantes testarudamente intentan obviar a costa del bienestar del pueblo pero con la finalidad de acrecentar su dependencia:
 “…cualquier incremento de salarios o descenso de precios, para que sea real, solo puede provenir de una mayor y más eficiente producción o prestación de servicios que permita disponer de más ingresos.

“Nadie, ni un individuo ni un país, puede  darse el lujo de gastar más de lo que tiene. Parece algo elemental, pero no siempre pensamos y actuamos en consecuencia con esa realidad insoslayable.

“Para tener más, hay que partir de producir más y con sentido de racionalidad y eficiencia, de forma que podamos reducir importaciones, en primer lugar de alimentos que se dan aquí, cuya producción nacional está aún lejos de satisfacer las necesidades.

“Estamos ante el imperativo de hacer producir más la tierra, que está ahí, con tractores o con bueyes, como se hizo antes de existir el tractor; de generalizar con la mayor celeridad posible, aunque sin improvisaciones, cada experiencia de los productores destacados, tanto del sector estatal como campesino, y de estimular convenientemente la dura labor que realizan en medio del calor sofocante de nuestro clima”.

4 AÑOS MALGASTADOS

Diversas razones de algún peso han contribuido a malgastar 4 años si contamos el tiempo por transcurrir desde el pronunciamiento de Raúl Castro el 26 de julio del 2007 hasta la instrumentación inicial de las que serán las resoluciones del VI Congreso del soberano Partido. La dilación contribuirá a que las medidas por adoptar queden rezagadas frente a la marcha inexorable de la realidad de los acontecimientos.

Para el próximo 1 de octubre del 2011 habrá por lo menos un millón de desplazados quienes tendrán que valerse por cuenta propia al ser abandonados por el “Estado benefactor”. No están incluidos en “Los Lineamientos”. AFP PHOTO

GRAMSCI DE NUEVO

Quizás una relectura de la obra de Gramsci puede ser de alguna ayuda. Por ejemplo:
“Mi practicidad consiste en esto, en el conocimiento que si golpeas tu cabeza contra la pared, es tu cabeza la que se rompe y no la pared…esa es mi fuerza, mi única fuerza”.
Mientras los gobernantes cubanos no hagan suya la máxima de Gramsci, les seguirán saliendo chichones.

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